miércoles, 13 de diciembre de 2017

La torre de Hércules

En el escudo de La Coruña figuran una torre,
una calavera y dos tibias cruzadas y, además, seis
conchas. La torre es la famosa de Hércules, que
sirve de faro, al norte de la ciudad, y que se levanta,
desde tiempos inmemoriales, sobre un promonto-
rio de rocas. La calavera y las tibias se refieren a
la leyenda de Hércules, que mató y enterró a Gerión
en aquel mismo sitio. Las conchas recuerdan al
señorío del Arzobispado de Santiago en los tiempos
feudales.
Según la leyenda, Hércules perseguía a Gerión
porque éste había deshonrado a una hermana suya,
y le fue siguiendo desde la costa gaditana hasta
cerca del sitio donde luego se alzó La Coruña,
yendo ambos en frágiles barquillas de mimbre forra-
das con pieles de buey. Aunque eran hombres muy
fuertes, el viaje resultó fatigoso. Gerión, que lleva-
ba a su enemigo bastante delantera, tomó tierra
entre las rocas más altas, y con su embarcación se
improvisó una vivienda para esconderse y aguardar
allí a que el perseguidor perdiese la pista. Ya se
creía seguro, pues no descubría la barca de Hér-
cules en todo lo que alcanzaba a ver desde aquel
punto tan elevado, cuando se echó a dormir a pierna
suelta, para descansar de su penoso viaje.

Pero durante la noche de aquel mismo día llegó
Hércules y no durmió, porque le desvelaba el deseo

de la venganza. Toda la noche estuvo buscándole, 
y  al amanecer, los primeros rayos del sol le mos-
traron la vivienda que Gerión creía escondida. El
héroe tenía un apetito voraz, e imaginando que allí
se albergaría algún pescador, se dirigió hacia aquel
lugar para averiguarlo. Y en vez del pescador en-
contró a su enemigo, que no sólo dormía apaci-
blemente, sino que soñaba que ya estaba libre de su
perseguidor. Aunque Hércules pudo aplastarle en-
tonces el cráneo con su maza, como era valiente y
noble, le despertó para que se defendiera. Tres días
duró el combate, y si bien Hércules era más fuerte,
Gerión era más ágil y más diestro. No obstante,
Hércules obtuvo la victoria, y después de haber
agotado a su enemigo, lo mató sin piedad.
En recuerdo de su victoria, Hércules, después de
haber enterrado entre las rocas el cráneo y las
armas de Gerión y de haber arrojado su cuerpo ai
mar, sobre aquellos despojos levantó la torre de su
nombre; luego mandó edificar allí una gran ciudad
y hacer escribir los nombres de los hombres y
mujeres que fueron a poblarla. Una de las pobla-
doras se llamó Coruña, y de aquí le viene el nombre
a la ciudad.
La torre de Hércules sirvió de faro desde aquella
época remota, y es, como se sabe, un faro muy
diferente a los actuales. En la cima de la Torre
había una gran plancha de estaño pulimentada, de
forma circular y giratoria, que brillaba a los rayos
del Sol. Por las noches se encendía una hoguera en
la plataforma, y al reflejarse la plancha de estaño,
suplía a la luz solar y servía a los navegantes para
avisarles la proximidad de los grandes escollos. Se
dijo que su resplandor en muchos casos atraía a los

marinos incautos hacia las rocas, donde 
se estrellaban las embarcaciones, y después 
sus cuerpos eran devorados por sirenas y por 
brujas moradoras de aquel lugar.
Desde entonces, la torre de Hércules y sus cer-
canías se creen habitadas por espíritus malignos.

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