jueves, 14 de diciembre de 2017

El baile del zorro

Una vez, el zorro se encontró envuelto en una de las tantas trifulcas causadas por sus picardías.
Así fue que apareció por el pueblo, vaya a saber de dónde, perseguido por unos perros que le ladraban furiosos.
Todo el vecindario lo vio, como desesperado trataba de esquivar a sus perseguidores.
El compadre tigre también lo vio, que, sentado a la sombra de un árbol, cantaba una chamarrita acompañado de su guitarra.
Al oír el bochinche que hacían el zorro y los perros, dejó de cantar, apoyó la guitarra en el suelo y se puso a mirar tranquilamente cómo se las arreglaba su compadre para salir de ésta.
El zorro, fuera de sí, corría de un lado para otro, ya ni cuenta se daba por dónde pasaba; quería sacarse los perros de encima y corriendo delante de ellos gritaba:
—¡Dejen paso! ¡Dejen paso!
De pronto enderezó directamente hacia donde estaba sentado el tigre.
Todo sucedió tan rápido que no tuvo tiempo de salir del camino ni de sacar la guitarra.
El zorro corría como una flecha y como una flecha pasó sobre la guitarra, haciendo sonar las cuerdas con sus patas de tal manera, que cualquiera pudo pensar que el baile iba a comenzar.
El zorro sorprendido se paró en seco y miró al tigre, pero como los perros se acercaban cada vez más, se dio a la fuga velozmente mientras gritaba:
—¡Como para baile ando, compadre!

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