jueves, 14 de diciembre de 2017

EMIGRACIÓN DE LOS TUATHA DE DANANN. PRIMERA BATALLA DE MAG TURED

1.  Los Tuatha De Danann son dioses: su lugar en el sistema teológico de los celtas. 2.  Origen del nombre de los Tuatha De Danann. La diosa Brigit y sus hijos, el dios irlandés Brian y el jefe galo Brennos. 3. Primitivamente, la batalla de Mag Tured es única. Más tarde se distinguen dos batallas de Mag Tured. 4. El dios Nuadu Argatlam. 5. Indicaciones sobre la época en que fue compuesto el relato de la primera batalla de Mag Tured. 6. Por qué tuvo lugar la primera batalla de Mag Tured. 7. Relato de la primera batalla de Mag Tured. Resultado de la misma.


1.

Los Tuatha De Danann son dioses: su lugar en el sistema teológico de los celtas.


Los Tuatha De Danann son los más eminentes representantes de uno de los dos principios que se disputan el mundo. El más antiguo de esos dos principios es negativo: es la muerte, la noche, la ignorancia, el mal; el otro, nacido del primero, es positivo: es el día, la vida, la ciencia, el bien. Los Tuatha De Danann constituyen la más brillante expresión del segundo de esos principios, ya que de ellos emanan, por ejemplo, tanto la ciencia de los druidas como la de los file.
Los textos irlandeses concernientes a los Tuatha De Danann se pueden dividir en dos categorías: los que expresan las creencias paganas y los que sufrieron la influencia de esa escuela que, en la segunda mitad del siglo XI, quiso, costara lo que costase, crear para Irlanda una historia modelada sobre las genealogías bíblicas. Según los textos de esta segunda categoría, que se atienen a una doctrina sistemática, todos los pueblos de Irlanda, tanto míticos como históricos, descienden de un tronco común que, a través de Jafet, se remonta hasta Adán, padre del género humano. Entre los ancestros de los Tuatha De Danann se encuentra Nemed, uno de cuyos hijos, Iarbonel, disfrutó dei don de profecía. Iarbonel dejó una posteridad que escapó a la matanza de la torre de Conann y que abandonó Irlanda para ir a vivir durante un tiempo en las regiones septentrionales del mundo y estudiar el druidismo, el arte de obtener visiones y prever el porvenir, así como la práctica de encantamientos. Una vez adquiridos esos conocimientos maravillosos, los descendientes de Iarbonel regresaron a Irlanda, a donde llegaron envueltos en nubes oscuras que ocultaron el sol durante tres días y, según el "Libro de las conquistas", ¡también durante tres noches!
La tradición primitiva, sin embargo, es muy diferente. Las antiguas creencias paganas consideraban a los Tuatha De Danann como dioses venidos del cielo. Incluso Tuan mac Cairill, convertido por Finnen, lo cree así. El cuenta que ha sido contemporáneo de los Tuatha Dee ocus ande, es decir, de las gentes del dios y del falso dios; de entre las cuales —agrega— es sabido que proviene la clase sabia; y a continuación dice que, probablemente, el punto de partida del viaje de aquellos haya sido el cielo. Un poema atribuido a Eochaid ua Flainn, que murió en 984 — poema que, aunque su proveniencia no ha sido aún rigurosamente establecida, es, no obstante, anterior al "Libro de las conquistas"—, hace una tímida referencia a dicha creencia, si bien no se atreve a confirmarla abiertamente. No tenían naves... En realidad no se sabe si vinieron del cielo o de la tierra. ¿Eran demonios del diablo? ¿Eran hombres?
Después de declarar que los Tuatha De Danann descienden de Jafet por intermedio de Iarbonel y Nemed, tal como lo sostenía el sistema adoptado por los eruditos irlandeses del siglo XI, el "Libro de las conquistas" nos ofrece un nuevo ejemplo de sus frecuentes contradicciones al decir —de acuerdo con las tradiciones anteriores al cristianismo— que aquellos son demonios, nombre con el que los cristianos designaban a los dioses de los paganos. La palabra "demon" penetró en el irlandés a través del latín de la teología cristiana; pero la lengua irlandesa ya poseía una expresión para designar a esos cuerpos maravillosos, en apariencia semejantes a los nuestros y con ayuda de los cuales se creía que, a veces, los dioses se aparecían a los hombres: esa palabra era siabra, que podemos traducir por "fantasma". Cuando Eochaid ua Flainn, en el poema precitado, cuenta la llegada a Irlanda de los Tuatha De Danann, que vienen a atacar a los Fir Bolg, dice que estos nuevos conquistadores eran tropas de siabra. Justamente ese carácter sobrenatural de los Tuatha De Danann es lo que le ha impedido a Girauld de Cambrie aceptar la realidad histórica de los mismos; y es por eso que, al resumir en su "Topographia Hibernica" los relatos legendarios irlandeses acerca de los pueblos que habitaron primitivamente esta isla, conquistada poco antes por los anglonormandos, no los menciona en absoluto.
Cuando los Tuatha De Danann hubieron vencido a los Fir Bolg, Fir Domnann y Galioin, así como a sus dioses, los Fomoré, se convirtieron, durante un tiempo, en únicos señores de Irlanda; pero entonces llegó la raza de Milé —los goidels, la moderna raza irlandesa—, los atacó, y, después de vencerlos, tomó posesión del país. Después de la derrota, los Tuatha De Danann se refugiaron en el fondo de las cavernas, en las profundidades de las montañas. Por lo común, cuando, para distraerse, recorren sus antiguos dominios, lo hacen bajo la protección de un encantamiento que los substrae a las miradas de los felices mortales por los que han sido desposeídos; no obstante, a pesar de ese desposeimiento, han conservado un gran poder que manifiestan a los hombres, ya sea prestándoles algún servicio o bien jugándoles una mala pasada. En la imaginación de los griegos, este conjunto de características constituía el atributo de los hombres o semidioses de la antigua raza de oro.
Cuando esta raza fue cubierta por la tierra, la voluntad del gran Zeus hizo de sus integrantes demonios buenos que habitan la tierra y vigilan a los hombres mortales, recompensando las buenas acciones y castigando los crímenes; velados por el aire que les sirve de vestido, recorren la tierra distribuyendo riquezas; y, así, están investidos de una especie de realeza.[1]

2.

Origen del nombre de los Tuatha De Danann. La diosa Brigit y sus hijos, el dios irlandés Brian y el jefe galo Brennos.


El nombre de los Tuatha De Danann[2] significa "gentes del dios cuya madre se llamaba Dana", genitivo Danann o Donand. Dana, nominativo Donand en irlandés común, recibe en otros lugares el nombre de Brigit; es madre de tres dioses a los que a veces se designa con los nombres de Brian, Iuchar y Uar, y otras con los de Brian, Iucharba y luchair. Estos tres personajes míticos son los dioses del genio o de la inspiración artística y literaria: dei dana, o los dioses hijos de la diosa Dana, dee Donand. Dana o Donand, también llamada Brigit, su madre, era la esposa de Bress, rey de los Fomoré; pero, por nacimiento, pertenecía a la otra raza divina. Era hija de Dagdé o el "buen Dios", rey de los Tuatha De Danann, y se la consideraba diosa de la literatura. Sus tres hijos habían tenido en común un hijo único llamado ecné, es decir, ciencia o poesía. En la época cristiana, Brigit, diosa de los irlandeses paganos, fue suplantada por Santa Brígida; y, en cierto modo, los irlandeses de la edad media volcaron sobre esta santa nacional el culto que sus ancestros paganos habían rendido a la diosa Brigit.
El culto de Brigit no era desconocido en Gran Bretaña. En esta isla se han encontrado cuatro dedicatorias que se remontan a la época del imperio romano y que están dirigidas a una diosa de idéntico nombre, salvo una ligera variante dialectal. Una de ellas muestra una fecha que corresponde al año 205 d.J.C. El nombre Brigit, genitivo Brigte, propio de la Irlanda del siglo XII, supone un nominativo Brigentis; y el nombre divino que se lee en las cuatro inscripciones britano-romanas, es Brigantia. La forma gala de este nombre parece haber sido Brigindo: en la inscripción gala de Volnay, hoy conservada en el museo de Beaune, se encuentra una dedicatoria a una divinidad gala de ese nombre.
Así pues, la raza céltica adoró antiguamente a una divinidad femenina cuyo nombre, en la época de la dominación romana, era Brigantia en Gran Bretaña; en la Galia, probablemente, Brigindo; y, en la Irlanda medieval, Brigit (por Brigentis). Este nombre parece derivar del participio presente de la raíz BARGH, en sánscrito BRiH, "crecer, fortalecer, elevar", cuyo participio presente brihant por brighant, significa "corpulento, grande, elevado". Con esta raíz se relacionan los sustantivos femeninos irlandeses brig, "superioridad, poder, autoridad", en galés bri, "dignidad, honor", que ha perdido la g final. También el adjetivo irlandés brig, "fuerte, poderoso", se explica por la misma raíz.
En la Irlanda medieval Brigit lleva un segundo nombre, Dana o Dona, genitivo Danann, Donand. Hija del jefe supremo de los dioses del día, la luz y la vida, ella misma es madre de tres dioses que pertenecen al mismo grupo divino; y, debido al nombre de su madre, a esos tres dioses se les llama dioses de Dana. Pero esta tríada, en realidad, sólo nos ofrece los tres diferentes aspectos de un dios único, Brian, el primero de los tres, y del que los otros dos, en cierto modo, sólo constituyen un desdoblamiento. De ahí el nombre con el que se designa al grupo completo de los dioses del día, la luz y la vida: se los llama "las gentes del dios de Dana", Tuatha De Danann.
Ese mito parece haber sido conocido por los galos que tomaron Roma a comienzos del siglo IV, así como por aquellos otros que, aproximadamente un siglo más tarde, conquistaron la región septentrional de la península de los Balcanes y llevaron sus victoriosas expediciones hasta Delfos, es decir, hasta el más sagrado de los santuarios griegos. Según los historiadores de Grecia y Roma, tanto el jefe del ejército que tomó  Roma  como  el del que  saqueó  Delfos llevaban el mismo nombre: ambos se llamaban Brennos. Esta coincidencia ha conducido a los historiadores franceses a admitir que Brennos, en galo, era un sustantivo común que significaba "rey". Y se lo ha explicado por medio del galés brenin, que, precisamente, posee ese sentido. Pero hoy en día esa doctrina resulta inadmisible. El galés moderno brenin, breenhin en el siglo XII, ha perdido dos consonantes mediales, y en la época romana se hubiera escrito bregentinos.[3] Por lo tanto, es preciso encontrar otra explicación para la palabra Érennos.
Tanto los romanos en el año 390 a.J.C. como los griegos en el 279, conocieron por boca de los galos el nombre del general que había llevado a éstos a la victoria. Ahora bien, ¿quién era el jefe supremo que conducía los ejércitos al combate y los convertía en invencibles en esas épocas primitivas y en unas razas tan impregnadas del sentimiento religioso? Era un dios. A la pregunta: "¿Quién es vuestro rey?", el galo vencedor respondía con el nombre del dios al que atribuía el éxito de sus armas y al que su imaginación representaba como invisible y sentado en un carro con el venablo en la mano y guiando a los batallones conquistadores sobre los cadáveres de los enemigos; y el nombre de ese dios, idéntico en Italia y en Grecia con un intervalo de ciento veinte años, era el del jefe de la tríada formada por los hijos de Brigantia o Brigit, también llamada Dana. Brian, nombre del primero de los tres hijos de Brigit en la edad media, es la forma relativamente moderna de un primitivo Brenos. En la época que precedió a la edad media se decía Brenos, y se pronunciaba Brigentis el nombre que luego se pronunció Brigit; Érennos con dos n no es sino una variante ortográfica de Brenos.
Cuando los galos, vencedores en Roma y Delfos, contaron que habían combatido bajo el mando de Brennos, nombraban al jefe mítico cuyo poder sobrenatural había, según su fe, producido la superioridad de sus fuerzas sobre los ejércitos enemigos; y ese jefe mítico era el primero de los tres personajes divinos a los que en la Irlanda medieval se llamaba dioses de Dana. Era él quien ocupaba la primera fila en la tríada de la que proviene el nombre conjunto de los dioses del día, la luz y la vida. Brennos o Brenos, más tarde Brian, es el primero de los dioses de Dana, Dei Danann en irlandés antiguo. Es el dios de Dana por excelencia; y, en irlandés antiguo, los dioses de la luz, el día y la vida, se llaman "gentes del dios de Dana", Tuatha De Danann.

3.

Primitivamente, la batalla de Mag Tured es única. Más tarde se distinguen dos batallas de Mag Tured.


Según la leyenda, antes de ser reducidos al papel de seres invisibles, los Tuatha De Danann fueron los amos visibles de Irlanda. Ese éxito lo deben a la batalla de Mag Tured. La tradición más remota, que se encuentra recopilada en primer término por los dos catálogos más antiguos de la literatura épica irlandesa y luego por diversos documentos del siglo X, sólo menciona una batalla de Mag Tured. En esta batalla, los Tuatha De Danann vencieron a la triple raza de hombres que por entonces era dueña de Irlanda, es decir, los Fir Bolg, Fir Domnann y Galioin. En esa misma batalla derrotaron a los dioses cuya suerte estaba asociada a la de esa antigua raza, dioses conocidos como Fomoré o Dei Domnann.
En el siglo XI surgió la idea de distinguir dos batallas de Mag Tured. En la primera, los Tuatha De Danann habrían vencido a los Fir Bolg, Fir Domnann y Galioin; y, en la segunda, a los Fomoré o Dei Domnann. Flann Manistrech, monje irlandés que murió en 1056 después de haber retocado las viejas leyendas de Irlanda, a las que impuso el sello de la ciencia de su tiempo, es el primer autor en el que encontramos la nueva doctrina que, en lugar de una batalla de Mag Tured, nos ofrece dos. En su poema irlandés acerca de las circunstancias en que habrían perecido los distintos personajes conocidos en la literatura irlandesa con el nombre de Tuatha De Danann, y a los que la literatura precedente consideraba como inmortales, Flann menciona antes que nada una primera batalla de Mag Tured. El texto muy posterior que nos ha conservado el relato de esta batalla la sitúa a mediados del verano, del 5 al 9 de junio. Es probable que esta fecha fuera admitida en el siglo XI. En efecto, Flann Manistrech, después de haber hablado de la primera batalla de Mag Tured, distingue aquella otra en que Balar, jefe de los Fomoré, combatió a los Tuatha De Danann después del primero de noviembre, fiesta de Samain. Ahora bien, el manuscrito del siglo XV (reproducción de otro mucho más antiguo, ya perdido) que nos conservara el relato detallado de la segunda batalla de Mag Tured, también sitúa el comienzo de la misma en el día de Samain, el primero de noviembre. El sistema de Flann Manistrech sobre la distinción de las dos batallas de Mag Tured fue adoptado en el "Libro de las conquistas", donde, a la primera, se opone la última batalla de Mag Tured. Según el "Libro de las conquistas", el número de víctimas de la primera batalla de Mag Tured habría sido de cien mil. Esta cifra la encontramos ya en un poema atribuido a Eochaid ua Flainn, muerto en 984, que no conoció sino una batalla de Mag Tured: según él, sólo hubo una batalla de Mag Tured, y fue justamente la que luego se convirtió en la segunda; y en esta única batalla habrían sido muertos los cien mil guerreros que, según el "Libro de las conquistas", escrito en el siglo siguiente, habrían perecido durante la primera.
En el "Libro de las conquistas", las víctimas de la segunda batalla de Mag Tured son objeto, por parte del dios Fomoré Indech, de una enumeración separada que éste formula ante Lug, uno de los Tuatha De Danann.

4.

El dios Nuadu Argatlam.


El "Libro de las conquistas" separa las dos batallas de Mag Tured por un intervalo de veintisiete años. Ello es consecuencia de las creaciones cronológicas debidas a la ciencia irlandesa del siglo XI: como se quería establecer a toda costa una concordancia entre los orígenes irlandeses y los sistemas históricos fundados sobre la Biblia, era preciso que la historia más antigua de Irlanda, es decir, la época mitológica irlandesa, espaciara sus relatos para cubrir el vasto intervalo que, según la cronología de San Jerónimo y de Bede, transcurre desde el diluvio hasta la época de San Patricio. Para lograrlo se empleó un procedimiento consistente en crear —utilizando los nombres provistos por las viejas tradiciones, así como muchos otros inventados sin duda alguna en fecha más reciente— listas de reyes, la duración de cuyos reinados fue fijada arbitrariamente.
Si nos fiamos del "Libro de las conquistas", entre las dos batallas de Mag Tured se desenvolvieron los reinados de dos de esos reyes: uno es Bress mac Eladan, que habría reinado siete años; y, el otro, Nuadu Argatlam, o el de la mano de plata, cuyo reinado habría durado veinte años. La mano de Nuadu Argatlam había sido cortada en el transcurso de la primera batalla de Mag Tured, en la que participó como jefe, con el título de rey; posteriormente, hizo reemplazar la mano cortada por una mano de plata cuya fabricación requirió siete años. A causa de su herida perdió el trono y fue reemplazado por Bress. Cuando, gracias a la mano de plata, hubo recuperado la integridad de sus miembros, Bress tuvo que devolverle la corona, y Nuadu la conservó hasta la segunda batalla de Mag Tured, donde la perdió junto con su vida. Tal es la doctrina irlandesa del siglo XI y del "Libro de las conquistas": Nuadu no ha sido inventado por el autor del "Libro de las conquistas", sino que se trata de un personaje que vivía en las concepciones mitológicas de los irlandeses mucho antes de que sus eruditos hubieran pensado en distinguir dos batallas de Mag Tured. Pero no nos contentaremos con hacer constar que su nombre se encuentra ya en un poema compuesto antes de la fecha en que la batalla de Mag Tured fue desdoblada para, con su leyenda, crear dos batallas -cosa que sucedió hacia comienzos del siglo XI — , sino que agregaremos que Nuadu el de la mano de plata, Argatlam, era un dios cuyo culto, en Irlanda, era anterior a la edad media. Este culto había penetrado en Gran Bretaña en la época del imperio romano. En el condado de Gloucester, no lejos de la embocadura del Severn, en el fondo y al norte del canal de Bristol, en esta porción occidental de Gran Bretaña que, durante la dominación romana, parece haber sido ocupada por una población de la misma raza que los irlandeses, se le había consagrado un templo, templo que se levantaba cerca de Lidney. El nombre del dios, que en la Irlanda del siglo XII se escribía Nuadu en el nominativo, Nuadat en el genitivo y Nuadait en el dativo, aparece en dativo con tres ortografías diferentes en tres inscripciones de ese templo romano-bretón, inscripciones que han llegado hasta nosotros: Nodonti, Nudente, Nodenti.
Por lo tanto, Nuadu es un dios que era objeto de culto antes de la época en que los romanos abandonaran Gran Bretaña, acontecimiento que, como se sabe, se remonta al comienzo del siglo V. Los evemeristas irlandeses del siglo XI lo convirtieron en un rey que habría ocupado el trono en dos oportunidades: primero durante un período indeterminado, previo a la invasión de Irlanda por los Tuatha De Danann; y luego durante veinte años, desde la curación de la herida que recibiera en la primera batalla de Mag Tured hasta su muerte en la segunda batalla del mismo nombre. Porque, según esta literatura relativamente moderna del siglo XI, él murió: está claro que, cuando gracias al triunfo del cristianismo, dejó de ser un dios como en los tiempos paganos, para convertirse en un hombre, era preciso que muriera.
Según los autores irlandeses del siglo XI, entre sus dos reinados, separados por el de Bress, transcurrieron siete años; si agregamos los veinte años que duró su segundo reinado, tenemos veintisiete años, tiempo que separa las dos batallas de Mag Tured, en la primera de las cuales, según se dice, fue herido, para morir en la segunda. Esta cronología constituye una invención reciente, ya que, en los textos anteriores al siglo XI, ambas batallas forman una sola.

5.

Indicaciones sobre la época en que fue compuesto el relato de la primera batalla de Mag Tured.


Relataremos las dos batallas de Mag Tured según la redacción relativamente reciente que ha llegado hasta nosotros. Que nosotros sepamos, el único manuscrito donde se encuentra el relato de la primera batalla de Mag Tured data sólo del siglo XV o XVI. De la segunda batalla de Mag Tured también poseemos un solo manuscrito, que data también del siglo XV. La redacción primitiva de ambos fragmentos es anterior a su transcripción en esos manuscritos, pero del examen de los mismos debemos concluir que el segundo es mucho más antiguo que el primero.
La primera de esas composiciones literarias data de una época en que nuevas concepciones épicas habían modificado sensiblemente en Irlanda el carácter primitivo de la tradición céltica. Así, por ejemplo, hemos mencionado anteriormente que en ocasión de la primera batalla de Mag Tured los Fir Bolg solicitaron el consejo del fabuloso Fintan, versión cristiana del Tuan mac Cairill céltico, y que en esa batalla fueron muertos algunos hijos de Fintan. Ahora bien, Fintan ha sido inventado hacia la segunda mitad del siglo X, por lo que su presencia en el relato de la primera batalla de Mag Tured, evidentemente, impregna a dicha narración con un carácter de relativa novedad.
El fragmento épico que relata la segunda batalla de Mag Tured tiene un carácter mucho más antiguo que la pieza relativa a la primera de ellas, que es sólo una variación de la segunda. Además, en el "Glosario" de Cormac, que data de fines del siglo IX o comienzos del X, aparece un fragmento del relato de esta segunda batalla. No obstante, el orden lógico de los hechos nos obliga a comenzar por la leyenda de la primera batalla de Mag Tured.

6.

Por qué tuvo lugar la primera batalla de Mag Tured.


Mientras que Partolón, jefe de la más antigua de las poblaciones míticas de Irlanda, desembarcó al sudoeste de la isla, proveniente de España, los Tuatha De Danann penetraron en la misma por el extremo opuesto, es decir, por el nordeste. Era un lunes primero de mayo, fiesta de Beltené. El primero de mayo debía ser también el día de la llegada de los hijos de Milé, los irlandeses. Partolón había desembarcado en Irlanda el 14 del mismo mes. Los Tuatha De Danann llegaron envueltos en una nube mágica que los hacía invisibles; y cuando, una vez disipada esa nube, los Fir Bolg empezaron a preocuparse por la presencia de esos inesperados conquistadores, aquellos ya habían penetrado en el noroeste del Connaught y establecido fortificaciones alrededor de su campamento en Mag Rein.
¿De dónde venían? Según cuenta cierto autor, pretendían haber llegado a Irlanda en alas del viento. La verdad —agrega el escritor evemerista— es que llegaron por mar y a bordo de naves que fueron destruidas inmediatamente después del desembarco. Ya hemos mencionado que, según las tradiciones más antiguas, no habían llegado por mar, sino descendido del cielo.
Antes de tomar una decisión, los Fir Bolg quisieron saber cómo eran los recién llegados, y para ello enviaron a uno de sus guerreros más grandes, fuertes y bravos a visitar el campo de Mag Rein y ver quién lo había construido. Ese guerrero se llamaba Sreng. Este se puso en camino. Cuando se encontraba próximo al final de su viaje fue avistado por los centinelas de los Tuatha De Danann, quienes enviaron a su encuentro a uno de sus guerreros, llamado Breas. Sreng y Breas se aproximaron mutuamente con gran prudencia. Cuando estuvieron al alcance de la voz se detuvieron y, cada uno al abrigo de su escudo, se observaron durante cierto tiempo con aire inquieto. Finalmente, Breas rompió el silencio, y habló en su lengua materna, que era el irlandés —porque, según la concepción de la fábula irlandesa cristiana, todos los pueblos primitivos de Irlanda provienen del mismo padre, que es un descendiente de Magog o de Gomer, hijos de Jafet—. Sreng, el guerrero Fir Bolg, se sintió encantado al oír que el guerrero desconocido que se presentaba ante él hablaba irlandés. Ambos se aproximaron, expusieron sus respectivas genealogías y luego examinaron sus armas. Sreng llevaba consigo dos pesadas lanzas sin punta; Breas, dos lanzas muy ligeras y a la vez muy aguzadas. Este detalle concuerda con los datos de la literatura antigua: ya hemos visto anteriormente que en esta época ya no se conocía en Irlanda el uso del venablo. Sreng seguía la nueva costumbre nacional, y Breas la antigua, que luego fue restablecida. Uno de los viejos poemas insertados en el "Libro de las conquistas" relata que en tiempos de Eochaid mac Eirc, el último rey de los Fir Bolg, en Irlanda las armas eran romas. Los Tuatha De Danann —continúa— llegaron con lanzas y mataron al rey.
Breas, el enviado de los Tuatha De Danann, no había visto nunca unas lanzas pesadas y romas como las que llevaba Sreng, el emisario de los Fir Bolg; y ésa era la primera vez que Sreng veía unas lanzas tan delgadas y puntiagudas como aquellas de que iba armado Breas. Cada uno de ellos contemplaba con admiración el instrumento mortal de que estaba provisto el otro. Finalmente intercambiaron sus armas: Breas tomó las dos pesadas lanzas romas del guerrero Fir Bolg para llevárselas a los Tuatha De Danann y ponerlos al tanto del armamento que los Fir Bolg usaban en el combate, y Sreng tomó las dos lanzas ligeras y puntiagudas de Breas para enseñárselas a los Fir Bolg y darles a conocer los temibles instrumentos de muerte con que les amenazaban los Tuatha De Danann.
Antes de separarse de Sreng, Breas le informó que los Tuatha De Danann le habían encargado de pedir a los Fir Bolg la mitad de Irlanda, y que si los Fir Bolg aceptaban esta proposición, ambos pueblos serían amigos y se unirían para rechazar toda nueva invasión. Después, ambos guerreros regresaron a su punto de partida: Sreng a Tara, que ya bajo la dominación de los Fir Bolg era capital de Irlanda, y Breas al campo donde se habían atrincherado los Tuatha De Danann. Los Fir Bolg descartaron de inmediato la proposición de los Tuatha De Danann porque pensaron que, si cedían la mitad de la isla a los recién llegados, semejante muestra de debilidad los envalentonaría, llevándolos muy pronto a querer apoderarse de la totalidad. Así pues, reunieron un ejército y se pusieron en marcha para atacar a los enemigos que habían invadido el suelo patrio.
Durante ese tiempo, los Tuatha De Danann examinaron las dos lanzas romas que Breas había recibido de Sreng y que les había llevado como muestra del armamento de los Fir Bolg: ante ellas, se sintieron sorprendidos primero y aterrorizados después. Las lanzas sin punta de los Fir Bolg les parecían mucho más temibles que las de aguzado hierro que componían su propio armamento. Por lo tanto, abandonaron su campamento y se batieron en retirada hacia el sudoeste. Los Fir Bolg los alcanzaron en la llanura de Mag Tured.
Al principio, la leyenda irlandesa sólo conoció una llanura de Mag Tured, en la que tuvo lugar la única batalla de ese nombre y donde los Tuatha De Danann vencieron a la vez a los Fir Bolg y a los Fomoré. Incluso cuando, en el siglo XI, se produjo el desdoblamiento en dos batallas, la primera contra los Fir Bolg y la segunda contra los Fomoré, aún. se concebía un solo campo de batalla donde, con veintisiete años de intervalo, habían tenido lugar ambos combates. Más tarde, sin embargo, se distinguieron dos campos de batalla diferentes: uno al sur, en el condado de Mayo, llamado Mag Tured Conga, donde se dice que fueron vencidos los Fir Bolg; y otro en el norte, en el condado de Sligo, llamado Mag Tured na bFomorach, donde fueron vencidos los Fomoré. Los datos antiguos, ya complicados por una dualidad cronológica que de una sola hizo dos batallas separadas por veintisiete años de intervalo, en el siglo XVII se complicaron más todavía mediante el agregado de una dualidad geográfica: en lugar de un campo de batalla hubo dos, separados por varios kilómetros de distancia.
Habíamos dejado a los ejércitos de los Fir Bolg y los Tuatha De Danann enfrentados en la llanura de Mag Tured. Los Fir Bolg estaban encabezados por su rey Eochaid mac Eirc; el célebre Nuadu Argatlam o el de la mano de plata —que por entonces no llevaba todavía ese sobrenombre y poseía sus dos manos naturales de carne y hueso— mandaba el ejército de los Tuatha De Danann. Hizo llegar nuevamente a los Fir Bolg la proposición que ya les fuera transmitida por Breas e insistió para que los Fir Bolg le cedieran la mitad de Irlanda. El rey Eochaid mac Eirc se negó a ello. ¿Cuándo queréis entablar el combate?, preguntaron entonces los enviados de Nuadu. Necesitamos tiempo —contestaron los Fir Bolg— para poner a punto nuestras lanzas, bruñir nuestros cascos, afilar nuestras espadas; además, queremos tener lanzas como las vuestras, y vosotros también querréis armaros con otras semejantes a las que usamos nosotros. Y, de común acuerdo, se decidió que se consagrarían ciento cinco días a los preparativos del combate.

7.

Relato de la primera batalla de Mag Tured. Resultado de la misma.


La batalla comenzó el primer día de la sexta semana del verano, es decir, el 5 de junio. Entre los jefes de los dos ejércitos se convino que no habría una lucha generalizada, sino que cada día se enfrentaría un número determinado de guerreros, igual por ambos bandos. Los Tuatha De Danann llevaron ventaja en los sucesivos combates. Esto duró cuatro días, y los Tuatha De Danann fueron, definitivamente, los más fuertes. Los Fir Bolg incluso perdieron a su rey, quien, al abandonar el campo de batalla para ir a apagar su sed en una fuente, fue perseguido por un grupo de Tuatha De Danann comandado por los tres hijos de Nemed: los cien guardias que le acompañaban no pudieron salvarle la vida. Su muerte ha sido cantada en los siglos XII y XI, e incluso en épocas más antiguas, en poemas irlandeses que han llegado hasta nosotros. Como hasta esa época las lanzas de los Fir Bolg no eran aguzadas, se dice que fue el primer rey al que en Irlanda le quitó la vida una punta de lanza. Los vencedores enterraron a Eochaid en el mismo lugar donde cayó; sobre la fosa levantaron un gran montón de piedras, o carn, que se pretende haber individualizado y que todavía hoy se muestra al público.
Después de esos cuatro días de combates en los que habían llevado la peor parte, los Fir Bolg propusieron a los Tuatha De Danann liquidar la cuestión con una pequeña batalla en la que tomarían parte trescientos hombres por cada bando; y el resultado de esta lucha final decidiría cuál de los dos pueblos debía quedar como dueño de Irlanda. Pero los Tuatha De Danann les ofrecieron la paz y la provincia de Connaught. Aquellos aceptaron y abandonaron en manos de los Tuatha De Danann su capital Tara y el resto de Irlanda, salvo la provincia de Connaught, donde se refugiaron; y todavía en el siglo XVII Duald mac Firbis, célebre genealogista irlandés, encontraba en el Connaught familias irlandesas que, a través de una larga lista de ancestros, pretendían remontarse hasta los Fir Bolg establecidos en esta provincia después de la primera batalla de Mag Tured.
No nos corresponde pronunciarnos aquí sobre el valor de esas pretensiones nobiliarias. Pero parece ser verdad que los Fir Bolg fueron un pueblo que existió realmente. En los relatos modernos, Fir Bolg es una fórmula abreviada que se usa para designar a los tres pueblos: Fir Bolg, Fir Domnann y Galioin, entre los cuales el más importante es el segundo. Al haber disputado el suelo de Irlanda a la moderna raza irlandesa, es decir, a la rama más occidental de la raza céltica, a la que precedieron en esta comarca, la leyenda mitológica asoció a esos pueblos con los dioses malvados, los dioses de la noche y de la muerte que, con el nombre de Fomoré, son los adversarios de los dioses buenos, de los dioses de la luz y de la vida conocidos con el nombre de Tuatha De Danann. Estos fueron los vencedores en la batalla de Mag Tured, única en principio, pero que luego fue desdoblada en dos batallas.




[1] Hesíodo, "Los trabajos y los días", versos 120-126.
[2] Tuatha es un nominativo plural. También se encuentra el singular tuath, que puede traducirse como "pueblo".
[3] "Grammatica céltica", 2a edición, p. 141.

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