1.
Los Tuatha De Danann son dioses: su lugar en el sistema teológico de los
celtas. 2. Origen del nombre de los
Tuatha De Danann. La diosa Brigit y sus hijos, el dios irlandés Brian y el jefe
galo Brennos. 3. Primitivamente, la batalla de Mag Tured es única. Más tarde se
distinguen dos batallas de Mag Tured. 4. El dios Nuadu Argatlam. 5.
Indicaciones sobre la época en que fue compuesto el relato de la primera
batalla de Mag Tured. 6. Por qué tuvo lugar la primera batalla de Mag Tured. 7.
Relato de la primera batalla de Mag Tured. Resultado de la misma.
1.
Los
Tuatha De Danann son dioses: su lugar en el sistema teológico de los celtas.
Los Tuatha De Danann son los más eminentes
representantes de uno de los dos principios que se disputan el mundo. El más
antiguo de esos dos principios es negativo: es la muerte, la noche, la
ignorancia, el mal; el otro, nacido del primero, es positivo: es el día, la
vida, la ciencia, el bien. Los Tuatha De Danann constituyen la más brillante
expresión del segundo de esos principios, ya que de ellos emanan, por ejemplo,
tanto la ciencia de los druidas como la de los file.
Los textos irlandeses concernientes a los Tuatha De
Danann se pueden dividir en dos categorías: los que expresan las creencias
paganas y los que sufrieron la influencia de esa escuela que, en la segunda
mitad del siglo XI, quiso, costara lo que costase, crear para Irlanda una
historia modelada sobre las genealogías bíblicas. Según los textos de esta
segunda categoría, que se atienen a una doctrina sistemática, todos los pueblos
de Irlanda, tanto míticos como históricos, descienden de un tronco común que, a
través de Jafet, se remonta hasta Adán, padre del género humano. Entre los
ancestros de los Tuatha De Danann se encuentra Nemed, uno de cuyos hijos,
Iarbonel, disfrutó dei don de profecía. Iarbonel dejó una posteridad que escapó
a la matanza de la torre de Conann y que abandonó Irlanda para ir a vivir
durante un tiempo en las regiones septentrionales del mundo y estudiar el
druidismo, el arte de obtener visiones y prever el porvenir, así como la
práctica de encantamientos. Una vez adquiridos esos conocimientos maravillosos,
los descendientes de Iarbonel regresaron a Irlanda, a donde llegaron envueltos
en nubes oscuras que ocultaron el sol durante tres días y, según el "Libro
de las conquistas", ¡también durante tres noches!
La tradición primitiva, sin embargo, es muy
diferente. Las antiguas creencias paganas consideraban a los Tuatha De Danann
como dioses venidos del cielo. Incluso Tuan mac Cairill, convertido por Finnen,
lo cree así. El cuenta que ha sido contemporáneo de los Tuatha Dee ocus
ande, es decir, de las gentes del dios y del falso dios; de entre las
cuales —agrega— es sabido que proviene la clase sabia; y a continuación dice
que, probablemente, el punto de partida del viaje de aquellos haya sido el
cielo. Un poema atribuido a Eochaid ua Flainn, que murió en 984 — poema que,
aunque su proveniencia no ha sido aún rigurosamente establecida, es, no
obstante, anterior al "Libro de las conquistas"—, hace una tímida
referencia a dicha creencia, si bien no se atreve a confirmarla abiertamente.
No tenían naves... En realidad no se sabe si vinieron del cielo o de la
tierra. ¿Eran demonios del diablo? ¿Eran hombres?
Después de declarar que los Tuatha De Danann
descienden de Jafet por intermedio de Iarbonel y Nemed, tal como lo sostenía el
sistema adoptado por los eruditos irlandeses del siglo XI, el "Libro de
las conquistas" nos ofrece un nuevo ejemplo de sus frecuentes
contradicciones al decir —de acuerdo con las tradiciones anteriores al
cristianismo— que aquellos son demonios, nombre con el que los cristianos
designaban a los dioses de los paganos. La palabra "demon" penetró en
el irlandés a través del latín de la teología cristiana; pero la lengua
irlandesa ya poseía una expresión para designar a esos cuerpos maravillosos, en
apariencia semejantes a los nuestros y con ayuda de los cuales se creía que, a
veces, los dioses se aparecían a los hombres: esa palabra era siabra, que
podemos traducir por "fantasma". Cuando Eochaid ua Flainn, en el
poema precitado, cuenta la llegada a Irlanda de los Tuatha De Danann, que
vienen a atacar a los Fir Bolg, dice que estos nuevos conquistadores eran
tropas de siabra. Justamente ese carácter sobrenatural de los Tuatha De
Danann es lo que le ha impedido a Girauld de Cambrie aceptar la realidad histórica
de los mismos; y es por eso que, al resumir en su "Topographia
Hibernica" los relatos legendarios irlandeses acerca de los pueblos que
habitaron primitivamente esta isla, conquistada poco antes por los
anglonormandos, no los menciona en absoluto.
Cuando los Tuatha De Danann hubieron vencido a los
Fir Bolg, Fir Domnann y Galioin, así como a sus dioses, los Fomoré, se
convirtieron, durante un tiempo, en únicos señores de Irlanda; pero entonces
llegó la raza de Milé —los goidels, la moderna raza irlandesa—, los atacó, y,
después de vencerlos, tomó posesión del país. Después de la derrota, los Tuatha
De Danann se refugiaron en el fondo de las cavernas, en las profundidades de
las montañas. Por lo común, cuando, para distraerse, recorren sus antiguos dominios,
lo hacen bajo la protección de un encantamiento que los substrae a las miradas
de los felices mortales por los que han sido desposeídos; no obstante, a pesar
de ese desposeimiento, han conservado un gran poder que manifiestan a los
hombres, ya sea prestándoles algún servicio o bien jugándoles una mala pasada.
En la imaginación de los griegos, este conjunto de características constituía
el atributo de los hombres o semidioses de la antigua raza de oro.
Cuando esta raza fue cubierta por la tierra, la voluntad
del gran Zeus hizo de sus integrantes demonios buenos que habitan la tierra y
vigilan a los hombres mortales, recompensando las buenas acciones y castigando
los crímenes; velados por el aire que les sirve de vestido, recorren la tierra
distribuyendo riquezas; y, así, están investidos de una especie de realeza.[1]
2.
Origen del nombre de los Tuatha De Danann. La diosa
Brigit y sus hijos, el dios irlandés Brian y el jefe galo Brennos.
El nombre de los Tuatha De Danann[2]
significa "gentes del dios cuya madre se llamaba Dana", genitivo
Danann o Donand. Dana, nominativo Donand en irlandés
común, recibe en otros lugares el nombre de Brigit; es madre de tres dioses a
los que a veces se designa con los nombres de Brian, Iuchar y Uar, y otras con
los de Brian, Iucharba y luchair. Estos tres personajes míticos son los dioses
del genio o de la inspiración artística y literaria: dei dana, o los
dioses hijos de la diosa Dana, dee Donand. Dana o Donand, también
llamada Brigit, su madre, era la esposa de Bress, rey de los Fomoré; pero, por
nacimiento, pertenecía a la otra raza divina. Era hija de Dagdé o el "buen
Dios", rey de los Tuatha De Danann, y se la consideraba diosa de la
literatura. Sus tres hijos habían tenido en común un hijo único llamado ecné,
es decir, ciencia o poesía. En la época cristiana, Brigit, diosa de los
irlandeses paganos, fue suplantada por Santa Brígida; y, en cierto modo, los
irlandeses de la edad media volcaron sobre esta santa nacional el culto que sus
ancestros paganos habían rendido a la diosa Brigit.
El culto de Brigit no era desconocido en Gran
Bretaña. En esta isla se han encontrado cuatro dedicatorias que se remontan a
la época del imperio romano y que están dirigidas a una diosa de idéntico
nombre, salvo una ligera variante dialectal. Una de ellas muestra una fecha que
corresponde al año 205 d.J.C. El nombre Brigit, genitivo Brigte, propio
de la Irlanda del siglo XII, supone un nominativo Brigentis; y el nombre
divino que se lee en las cuatro inscripciones britano-romanas, es Brigantia.
La forma gala de este nombre parece haber sido Brigindo: en la
inscripción gala de Volnay, hoy conservada en el museo de Beaune, se encuentra
una dedicatoria a una divinidad gala de ese nombre.
Así pues, la raza céltica adoró antiguamente a una
divinidad femenina cuyo nombre, en la época de la dominación romana, era Brigantia
en Gran Bretaña; en la Galia, probablemente, Brigindo; y, en la
Irlanda medieval, Brigit (por Brigentis). Este nombre parece
derivar del participio presente de la raíz BARGH, en sánscrito BRiH,
"crecer, fortalecer, elevar", cuyo participio presente brihant por
brighant, significa "corpulento, grande, elevado". Con esta
raíz se relacionan los sustantivos femeninos irlandeses brig, "superioridad,
poder, autoridad", en galés bri, "dignidad, honor", que
ha perdido la g final. También el adjetivo irlandés brig, "fuerte,
poderoso", se explica por la misma raíz.
En la Irlanda medieval Brigit lleva un segundo
nombre, Dana o Dona, genitivo Danann, Donand. Hija del
jefe supremo de los dioses del día, la luz y la vida, ella misma es madre de
tres dioses que pertenecen al mismo grupo divino; y, debido al nombre de su
madre, a esos tres dioses se les llama dioses de Dana. Pero esta tríada, en
realidad, sólo nos ofrece los tres diferentes aspectos de un dios único, Brian,
el primero de los tres, y del que los otros dos, en cierto modo, sólo
constituyen un desdoblamiento. De ahí el nombre con el que se designa al grupo
completo de los dioses del día, la luz y la vida: se los llama "las gentes
del dios de Dana", Tuatha De Danann.
Ese mito parece haber sido conocido por los galos
que tomaron Roma a comienzos del siglo IV, así como por aquellos otros que,
aproximadamente un siglo más tarde, conquistaron la región septentrional de la
península de los Balcanes y llevaron sus victoriosas expediciones hasta Delfos,
es decir, hasta el más sagrado de los santuarios griegos. Según los
historiadores de Grecia y Roma, tanto el jefe del ejército que tomó Roma
como el del que saqueó
Delfos llevaban el mismo nombre: ambos se llamaban Brennos. Esta
coincidencia ha conducido a los historiadores franceses a admitir que Brennos,
en galo, era un sustantivo común que significaba "rey". Y se lo
ha explicado por medio del galés brenin, que, precisamente, posee ese
sentido. Pero hoy en día esa doctrina resulta inadmisible. El galés moderno brenin,
breenhin en el siglo XII, ha perdido dos consonantes mediales, y en la
época romana se hubiera escrito bregentinos.[3] Por lo tanto, es
preciso encontrar otra explicación para la palabra Érennos.
Tanto los romanos en el año 390 a.J.C. como los
griegos en el 279, conocieron por boca de los galos el nombre del general que
había llevado a éstos a la victoria. Ahora bien, ¿quién era el jefe supremo que
conducía los ejércitos al combate y los convertía en invencibles en esas épocas
primitivas y en unas razas tan impregnadas del sentimiento religioso? Era un
dios. A la pregunta: "¿Quién es vuestro rey?", el galo vencedor
respondía con el nombre del dios al que atribuía el éxito de sus armas y al que
su imaginación representaba como invisible y sentado en un carro con el venablo
en la mano y guiando a los batallones conquistadores sobre los cadáveres de los
enemigos; y el nombre de ese dios, idéntico en Italia y en Grecia con un
intervalo de ciento veinte años, era el del jefe de la tríada formada por los
hijos de Brigantia o Brigit, también llamada Dana. Brian, nombre del primero de
los tres hijos de Brigit en la edad media, es la forma relativamente moderna de
un primitivo Brenos. En la época que precedió a la edad media se decía Brenos,
y se pronunciaba Brigentis el nombre que luego se pronunció Brigit;
Érennos con dos n no es sino una variante ortográfica de Brenos.
Cuando los galos, vencedores en Roma y Delfos,
contaron que habían combatido bajo el mando de Brennos, nombraban al
jefe mítico cuyo poder sobrenatural había, según su fe, producido la
superioridad de sus fuerzas sobre los ejércitos enemigos; y ese jefe mítico era
el primero de los tres personajes divinos a los que en la Irlanda medieval se
llamaba dioses de Dana. Era él quien ocupaba la primera fila en la tríada de la
que proviene el nombre conjunto de los dioses del día, la luz y la vida.
Brennos o Brenos, más tarde Brian, es el primero de los dioses de Dana, Dei
Danann en irlandés antiguo. Es el dios de Dana por excelencia; y, en
irlandés antiguo, los dioses de la luz, el día y la vida, se llaman
"gentes del dios de Dana", Tuatha De Danann.
3.
Primitivamente, la batalla de Mag Tured es única.
Más tarde se distinguen dos batallas de Mag Tured.
Según la leyenda, antes de ser reducidos al papel de
seres invisibles, los Tuatha De Danann fueron los amos visibles de Irlanda. Ese
éxito lo deben a la batalla de Mag Tured. La tradición más remota, que se
encuentra recopilada en primer término por los dos catálogos más antiguos de la
literatura épica irlandesa y luego por diversos documentos del siglo X, sólo
menciona una batalla de Mag Tured. En esta batalla, los Tuatha De Danann
vencieron a la triple raza de hombres que por entonces era dueña de Irlanda, es
decir, los Fir Bolg, Fir Domnann y Galioin. En esa misma batalla derrotaron a
los dioses cuya suerte estaba asociada a la de esa antigua raza, dioses
conocidos como Fomoré o Dei Domnann.
En el siglo XI surgió la idea de distinguir dos batallas
de Mag Tured. En la primera, los Tuatha De Danann habrían vencido a los Fir
Bolg, Fir Domnann y Galioin; y, en la segunda, a los Fomoré o Dei Domnann.
Flann Manistrech, monje irlandés que murió en 1056 después de haber retocado
las viejas leyendas de Irlanda, a las que impuso el sello de la ciencia de su
tiempo, es el primer autor en el que encontramos la nueva doctrina que, en
lugar de una batalla de Mag Tured, nos ofrece dos. En su poema irlandés acerca
de las circunstancias en que habrían perecido los distintos personajes
conocidos en la literatura irlandesa con el nombre de Tuatha De Danann, y a los
que la literatura precedente consideraba como inmortales, Flann menciona antes
que nada una primera batalla de Mag Tured. El texto muy posterior que nos ha
conservado el relato de esta batalla la sitúa a mediados del verano, del 5 al 9
de junio. Es probable que esta fecha fuera admitida en el siglo XI. En efecto,
Flann Manistrech, después de haber hablado de la primera batalla de Mag Tured,
distingue aquella otra en que Balar, jefe de los Fomoré, combatió a los Tuatha
De Danann después del primero de noviembre, fiesta de Samain. Ahora bien, el
manuscrito del siglo XV (reproducción de otro mucho más antiguo, ya perdido)
que nos conservara el relato detallado de la segunda batalla de Mag Tured,
también sitúa el comienzo de la misma en el día de Samain, el primero de
noviembre. El sistema de Flann Manistrech sobre la distinción de las dos
batallas de Mag Tured fue adoptado en el "Libro de las conquistas",
donde, a la primera, se opone la última batalla de Mag Tured. Según el
"Libro de las conquistas", el número de víctimas de la primera
batalla de Mag Tured habría sido de cien mil. Esta cifra la encontramos ya en
un poema atribuido a Eochaid ua Flainn, muerto en 984, que no conoció sino una
batalla de Mag Tured: según él, sólo hubo una batalla de Mag Tured, y fue
justamente la que luego se convirtió en la segunda; y en esta única batalla
habrían sido muertos los cien mil guerreros que, según el "Libro de las conquistas",
escrito en el siglo siguiente, habrían perecido durante la primera.
En el "Libro de las conquistas", las
víctimas de la segunda batalla de Mag Tured son objeto, por parte del dios
Fomoré Indech, de una enumeración separada que éste formula ante Lug, uno de
los Tuatha De Danann.
4.
El
dios Nuadu Argatlam.
El "Libro de las conquistas" separa las
dos batallas de Mag Tured por un intervalo de veintisiete años. Ello es
consecuencia de las creaciones cronológicas debidas a la ciencia irlandesa del
siglo XI: como se quería establecer a toda costa una concordancia entre los
orígenes irlandeses y los sistemas históricos fundados sobre la Biblia, era
preciso que la historia más antigua de Irlanda, es decir, la época mitológica
irlandesa, espaciara sus relatos para cubrir el vasto intervalo que, según la
cronología de San Jerónimo y de Bede, transcurre desde el diluvio hasta la
época de San Patricio. Para lograrlo se empleó un procedimiento consistente en
crear —utilizando los nombres provistos por las viejas tradiciones, así como
muchos otros inventados sin duda alguna en fecha más reciente— listas de reyes,
la duración de cuyos reinados fue fijada arbitrariamente.
Si nos fiamos del "Libro de las
conquistas", entre las dos batallas de Mag Tured se desenvolvieron los
reinados de dos de esos reyes: uno es Bress mac Eladan, que habría reinado
siete años; y, el otro, Nuadu Argatlam, o el de la mano de plata, cuyo reinado
habría durado veinte años. La mano de Nuadu Argatlam había sido cortada en el
transcurso de la primera batalla de Mag Tured, en la que participó como jefe,
con el título de rey; posteriormente, hizo reemplazar la mano cortada por una
mano de plata cuya fabricación requirió siete años. A causa de su herida perdió
el trono y fue reemplazado por Bress. Cuando, gracias a la mano de plata, hubo
recuperado la integridad de sus miembros, Bress tuvo que devolverle la corona,
y Nuadu la conservó hasta la segunda batalla de Mag Tured, donde la perdió
junto con su vida. Tal es la doctrina irlandesa del siglo XI y del "Libro
de las conquistas": Nuadu no ha sido inventado por el autor del
"Libro de las conquistas", sino que se trata de un personaje que
vivía en las concepciones mitológicas de los irlandeses mucho antes de que sus
eruditos hubieran pensado en distinguir dos batallas de Mag Tured. Pero no nos
contentaremos con hacer constar que su nombre se encuentra ya en un poema
compuesto antes de la fecha en que la batalla de Mag Tured fue desdoblada para,
con su leyenda, crear dos batallas -cosa que sucedió hacia comienzos del siglo
XI — , sino que agregaremos que Nuadu el de la mano de plata, Argatlam, era
un dios cuyo culto, en Irlanda, era anterior a la edad media. Este culto había
penetrado en Gran Bretaña en la época del imperio romano. En el condado de Gloucester,
no lejos de la embocadura del Severn, en el fondo y al norte del canal de
Bristol, en esta porción occidental de Gran Bretaña que, durante la dominación
romana, parece haber sido ocupada por una población de la misma raza que los
irlandeses, se le había consagrado un templo, templo que se levantaba cerca de
Lidney. El nombre del dios, que en la Irlanda del siglo XII se escribía Nuadu
en el nominativo, Nuadat en el genitivo y Nuadait en el
dativo, aparece en dativo con tres ortografías diferentes en tres inscripciones
de ese templo romano-bretón, inscripciones que han llegado hasta nosotros: Nodonti,
Nudente, Nodenti.
Por lo tanto, Nuadu es un dios que era objeto de
culto antes de la época en que los romanos abandonaran Gran Bretaña,
acontecimiento que, como se sabe, se remonta al comienzo del siglo V. Los
evemeristas irlandeses del siglo XI lo convirtieron en un rey que habría
ocupado el trono en dos oportunidades: primero durante un período
indeterminado, previo a la invasión de Irlanda por los Tuatha De Danann; y
luego durante veinte años, desde la curación de la herida que recibiera en la
primera batalla de Mag Tured hasta su muerte en la segunda batalla del mismo
nombre. Porque, según esta literatura relativamente moderna del siglo XI, él
murió: está claro que, cuando gracias al triunfo del cristianismo, dejó de ser
un dios como en los tiempos paganos, para convertirse en un hombre, era preciso
que muriera.
Según los autores irlandeses del siglo XI, entre sus
dos reinados, separados por el de Bress, transcurrieron siete años; si
agregamos los veinte años que duró su segundo reinado, tenemos veintisiete
años, tiempo que separa las dos batallas de Mag Tured, en la primera de las
cuales, según se dice, fue herido, para morir en la segunda. Esta cronología
constituye una invención reciente, ya que, en los textos anteriores al siglo
XI, ambas batallas forman una sola.
5.
Indicaciones sobre la época en que fue compuesto el
relato de la primera batalla de Mag Tured.
Relataremos las dos batallas de Mag Tured según la
redacción relativamente reciente que ha llegado hasta nosotros. Que nosotros
sepamos, el único manuscrito donde se encuentra el relato de la primera batalla
de Mag Tured data sólo del siglo XV o XVI. De la segunda batalla de Mag Tured
también poseemos un solo manuscrito, que data también del siglo XV. La
redacción primitiva de ambos fragmentos es anterior a su transcripción en esos
manuscritos, pero del examen de los mismos debemos concluir que el segundo es
mucho más antiguo que el primero.
La primera de esas composiciones literarias data de
una época en que nuevas concepciones épicas habían modificado sensiblemente en
Irlanda el carácter primitivo de la tradición céltica. Así, por ejemplo, hemos
mencionado anteriormente que en ocasión de la primera batalla de Mag Tured los
Fir Bolg solicitaron el consejo del fabuloso Fintan, versión cristiana del Tuan
mac Cairill céltico, y que en esa batalla fueron muertos algunos hijos de
Fintan. Ahora bien, Fintan ha sido inventado hacia la segunda mitad del siglo
X, por lo que su presencia en el relato de la primera batalla de Mag Tured,
evidentemente, impregna a dicha narración con un carácter de relativa novedad.
El fragmento épico que relata la segunda batalla de
Mag Tured tiene un carácter mucho más antiguo que la pieza relativa a la
primera de ellas, que es sólo una variación de la segunda. Además, en el
"Glosario" de Cormac, que data de fines del siglo IX o comienzos del
X, aparece un fragmento del relato de esta segunda batalla. No obstante, el
orden lógico de los hechos nos obliga a comenzar por la leyenda de la primera
batalla de Mag Tured.
6.
Por
qué tuvo lugar la primera batalla de Mag Tured.
Mientras que Partolón, jefe de la más antigua de las
poblaciones míticas de Irlanda, desembarcó al sudoeste de la isla, proveniente
de España, los Tuatha De Danann penetraron en la misma por el extremo opuesto,
es decir, por el nordeste. Era un lunes primero de mayo, fiesta de Beltené. El
primero de mayo debía ser también el día de la llegada de los hijos de Milé,
los irlandeses. Partolón había desembarcado en Irlanda el 14 del mismo mes. Los
Tuatha De Danann llegaron envueltos en una nube mágica que los hacía
invisibles; y cuando, una vez disipada esa nube, los Fir Bolg empezaron a
preocuparse por la presencia de esos inesperados conquistadores, aquellos ya
habían penetrado en el noroeste del Connaught y establecido fortificaciones
alrededor de su campamento en Mag Rein.
¿De dónde venían? Según cuenta cierto autor,
pretendían haber llegado a Irlanda en alas del viento. La verdad —agrega el
escritor evemerista— es que llegaron por mar y a bordo de naves que fueron
destruidas inmediatamente después del desembarco. Ya hemos mencionado que,
según las tradiciones más antiguas, no habían llegado por mar, sino descendido
del cielo.
Antes de tomar una decisión, los Fir Bolg quisieron
saber cómo eran los recién llegados, y para ello enviaron a uno de sus
guerreros más grandes, fuertes y bravos a visitar el campo de Mag Rein y ver
quién lo había construido. Ese guerrero se llamaba Sreng. Este se puso en
camino. Cuando se encontraba próximo al final de su viaje fue avistado por los
centinelas de los Tuatha De Danann, quienes enviaron a su encuentro a uno de
sus guerreros, llamado Breas. Sreng y Breas se aproximaron mutuamente con gran
prudencia. Cuando estuvieron al alcance de la voz se detuvieron y, cada uno al
abrigo de su escudo, se observaron durante cierto tiempo con aire inquieto.
Finalmente, Breas rompió el silencio, y habló en su lengua materna, que era el
irlandés —porque, según la concepción de la fábula irlandesa cristiana, todos
los pueblos primitivos de Irlanda provienen del mismo padre, que es un
descendiente de Magog o de Gomer, hijos de Jafet—. Sreng, el guerrero Fir Bolg,
se sintió encantado al oír que el guerrero desconocido que se presentaba ante
él hablaba irlandés. Ambos se aproximaron, expusieron sus respectivas
genealogías y luego examinaron sus armas. Sreng llevaba consigo dos pesadas
lanzas sin punta; Breas, dos lanzas muy ligeras y a la vez muy aguzadas. Este
detalle concuerda con los datos de la literatura antigua: ya hemos visto
anteriormente que en esta época ya no se conocía en Irlanda el uso del venablo.
Sreng seguía la nueva costumbre nacional, y Breas la antigua, que luego fue
restablecida. Uno de los viejos poemas insertados en el "Libro de las
conquistas" relata que en tiempos de Eochaid mac Eirc, el último rey de
los Fir Bolg, en Irlanda las armas eran romas. Los Tuatha De Danann —continúa—
llegaron con lanzas y mataron al rey.
Breas, el enviado de los Tuatha De Danann, no había
visto nunca unas lanzas pesadas y romas como las que llevaba Sreng, el emisario
de los Fir Bolg; y ésa era la primera vez que Sreng veía unas lanzas tan
delgadas y puntiagudas como aquellas de que iba armado Breas. Cada uno de ellos
contemplaba con admiración el instrumento mortal de que estaba provisto el
otro. Finalmente intercambiaron sus armas: Breas tomó las dos pesadas lanzas
romas del guerrero Fir Bolg para llevárselas a los Tuatha De Danann y ponerlos
al tanto del armamento que los Fir Bolg usaban en el combate, y Sreng tomó las
dos lanzas ligeras y puntiagudas de Breas para enseñárselas a los Fir Bolg y
darles a conocer los temibles instrumentos de muerte con que les amenazaban los
Tuatha De Danann.
Antes de separarse de Sreng, Breas le informó que
los Tuatha De Danann le habían encargado de pedir a los Fir Bolg la mitad de
Irlanda, y que si los Fir Bolg aceptaban esta proposición, ambos pueblos serían
amigos y se unirían para rechazar toda nueva invasión. Después, ambos guerreros
regresaron a su punto de partida: Sreng a Tara, que ya bajo la dominación de
los Fir Bolg era capital de Irlanda, y Breas al campo donde se habían
atrincherado los Tuatha De Danann. Los Fir Bolg descartaron de inmediato la
proposición de los Tuatha De Danann porque pensaron que, si cedían la mitad de
la isla a los recién llegados, semejante muestra de debilidad los
envalentonaría, llevándolos muy pronto a querer apoderarse de la totalidad. Así
pues, reunieron un ejército y se pusieron en marcha para atacar a los enemigos
que habían invadido el suelo patrio.
Durante ese tiempo, los Tuatha De Danann examinaron
las dos lanzas romas que Breas había recibido de Sreng y que les había llevado
como muestra del armamento de los Fir Bolg: ante ellas, se sintieron
sorprendidos primero y aterrorizados después. Las lanzas sin punta de los Fir
Bolg les parecían mucho más temibles que las de aguzado hierro que componían su
propio armamento. Por lo tanto, abandonaron su campamento y se batieron en
retirada hacia el sudoeste. Los Fir Bolg los alcanzaron en la llanura de Mag
Tured.
Al principio, la leyenda irlandesa sólo conoció una
llanura de Mag Tured, en la que tuvo lugar la única batalla de ese nombre y
donde los Tuatha De Danann vencieron a la vez a los Fir Bolg y a los Fomoré.
Incluso cuando, en el siglo XI, se produjo el desdoblamiento en dos batallas,
la primera contra los Fir Bolg y la segunda contra los Fomoré, aún. se concebía
un solo campo de batalla donde, con veintisiete años de intervalo, habían
tenido lugar ambos combates. Más tarde, sin embargo, se distinguieron dos
campos de batalla diferentes: uno al sur, en el condado de Mayo, llamado Mag
Tured Conga, donde se dice que fueron vencidos los Fir Bolg; y otro en el
norte, en el condado de Sligo, llamado Mag Tured na bFomorach, donde fueron
vencidos los Fomoré. Los datos antiguos, ya complicados por una dualidad
cronológica que de una sola hizo dos batallas separadas por veintisiete años de
intervalo, en el siglo XVII se complicaron más todavía mediante el agregado de
una dualidad geográfica: en lugar de un campo de batalla hubo dos, separados
por varios kilómetros de distancia.
Habíamos dejado a los ejércitos de los Fir Bolg y
los Tuatha De Danann enfrentados en la llanura de Mag Tured. Los Fir Bolg
estaban encabezados por su rey Eochaid mac Eirc; el célebre Nuadu Argatlam o el
de la mano de plata —que por entonces no llevaba todavía ese sobrenombre y
poseía sus dos manos naturales de carne y hueso— mandaba el ejército de los
Tuatha De Danann. Hizo llegar nuevamente a los Fir Bolg la proposición que ya
les fuera transmitida por Breas e insistió para que los Fir Bolg le cedieran la
mitad de Irlanda. El rey Eochaid mac Eirc se negó a ello. ¿Cuándo queréis
entablar el combate?, preguntaron entonces los enviados de Nuadu. Necesitamos
tiempo —contestaron los Fir Bolg— para poner a punto nuestras lanzas,
bruñir nuestros cascos, afilar nuestras espadas; además, queremos tener lanzas
como las vuestras, y vosotros también querréis armaros con otras semejantes a
las que usamos nosotros. Y, de común acuerdo, se decidió que se
consagrarían ciento cinco días a los preparativos del combate.
7.
Relato de la primera batalla de Mag Tured. Resultado
de la misma.
La batalla comenzó el primer día de la sexta semana
del verano, es decir, el 5 de junio. Entre los jefes de los dos ejércitos se
convino que no habría una lucha generalizada, sino que cada día se enfrentaría
un número determinado de guerreros, igual por ambos bandos. Los Tuatha De
Danann llevaron ventaja en los sucesivos combates. Esto duró cuatro días, y los
Tuatha De Danann fueron, definitivamente, los más fuertes. Los Fir Bolg incluso
perdieron a su rey, quien, al abandonar el campo de batalla para ir a apagar su
sed en una fuente, fue perseguido por un grupo de Tuatha De Danann comandado
por los tres hijos de Nemed: los cien guardias que le acompañaban no pudieron
salvarle la vida. Su muerte ha sido cantada en los siglos XII y XI, e incluso
en épocas más antiguas, en poemas irlandeses que han llegado hasta nosotros.
Como hasta esa época las lanzas de los Fir Bolg no eran aguzadas, se dice que
fue el primer rey al que en Irlanda le quitó la vida una punta de lanza. Los
vencedores enterraron a Eochaid en el mismo lugar donde cayó; sobre la fosa
levantaron un gran montón de piedras, o carn, que se pretende haber
individualizado y que todavía hoy se muestra al público.
Después de esos cuatro días de combates en los que
habían llevado la peor parte, los Fir Bolg propusieron a los Tuatha De Danann
liquidar la cuestión con una pequeña batalla en la que tomarían parte
trescientos hombres por cada bando; y el resultado de esta lucha final
decidiría cuál de los dos pueblos debía quedar como dueño de Irlanda. Pero los
Tuatha De Danann les ofrecieron la paz y la provincia de Connaught. Aquellos
aceptaron y abandonaron en manos de los Tuatha De Danann su capital Tara y el
resto de Irlanda, salvo la provincia de Connaught, donde se refugiaron; y
todavía en el siglo XVII Duald mac Firbis, célebre genealogista irlandés, encontraba
en el Connaught familias irlandesas que, a través de una larga lista de
ancestros, pretendían remontarse hasta los Fir Bolg establecidos en esta
provincia después de la primera batalla de Mag Tured.
No nos corresponde pronunciarnos aquí sobre el valor
de esas pretensiones nobiliarias. Pero parece ser verdad que los Fir Bolg
fueron un pueblo que existió realmente. En los relatos modernos, Fir Bolg es
una fórmula abreviada que se usa para designar a los tres pueblos: Fir Bolg,
Fir Domnann y Galioin, entre los cuales el más importante es el segundo. Al
haber disputado el suelo de Irlanda a la moderna raza irlandesa, es decir, a la
rama más occidental de la raza céltica, a la que precedieron en esta comarca,
la leyenda mitológica asoció a esos pueblos con los dioses malvados, los dioses
de la noche y de la muerte que, con el nombre de Fomoré, son los adversarios de
los dioses buenos, de los dioses de la luz y de la vida conocidos con el nombre
de Tuatha De Danann. Estos fueron los vencedores en la batalla de Mag Tured,
única en principio, pero que luego fue desdoblada en dos batallas.
[1]
Hesíodo, "Los trabajos y los días", versos 120-126.
[2]
Tuatha es un nominativo plural. También se
encuentra el singular tuath, que puede traducirse como
"pueblo".
[3]
"Grammatica céltica", 2a edición, p. 141.
No hay comentarios:
Publicar un comentario