jueves, 28 de marzo de 2019

EL UNICORNIO

PARECE que se ha obtenido entre autores, tanto del Este como del Oeste, una creencia en el unicornio, como la del dragón, en períodos muy remotos. En este caso, sin embargo, ha sobrevivido la reacción de una confianza necia en las fábulas y una conexión con ejem-plares de la Edad Media, e incluso ahora la existencia o no existencia de este destacable animal es una cuestión de-batible.

Hasta hace no mucho tiempo, los corresponsales de los periódicos sudafricanos continuaron afirmando su existen-cia, basando sus comunicaciones en los relatos de cazado-res del interior, mientras que hace unos pocos cientos de años los viajeros hablaban de que lo habían visto real-mente o que habían pasado por países en los que su exis-tencia les fue rotundamente confirmada. Se trajeron cuer-nos, generalmente como los del narval, y en ocasiones de una especie como el rinoceronte, y fueron depositados en museos como si se tratase de verdaderos unicornios, o se vendían, bajo el mismo pretexto, por cuantiosas sumas, dando cuenta de sus reputadas y valiosas propiedades me-dicinales279. El animal es generalmente descrito parecido a un caballo o una clase de venado; esta descripción puede referirse a algún animal o tipo intermedio entre ellos, ahora casi, si no totalmente, extinguido. En algunos ejem-plos parece que lo que se describe es un rinoceronte. 
Ha habido mucha discusión en cuanto a la identidad del animal referido en muchos pasajes de la Biblia, su nombre hebreo, Reem, se tradujo como "unicornio". W. Smith considera que no sería una especie de rinoce-ronte si se habla de un pasaje en el que se sacrifican ani-males, donde la ceremonia ritual de los judíos prohibía el uso de todo animal que no poseyera la doble característica de ser rumiante y con pezuñas. Las cualidades que se le atribuyen son muy fuertes, una disposición indomable, fuerza natural y con mucha actividad cuando son jóvenes. Tiene en cuenta el pasaje del Deuteronomio, XXXIII, 17, que nos remite a que "sus cuernos son como los cuernos de un unicornio" y no, como se comunica, "cuernos de uni-cornios"; creo que se refiere a alguna especie de búfalo. 
Entre los autores occidentales profanos encontramos que el primero que hace referencia al unicornio es Ctesias, que dice que tenía un cuerno de medio metro. Herodoto también lo menciona en el pasaje 280: "El este de Libia, donde habitan los nómadas, es bajo y arenoso hasta el río Tritón; pero hacia el Oeste la tierra de los agricultores es muy montañosa y con muchos bosques y bestias salvajes, pues éste es el lugar donde se encuentra la gran serpiente, leones, elefantes, osos, áspides y burros con cuernos." Y sigue: "Entre los nómadas no hay ninguno de éstos, pero sí otros animales como antílopes, etc. y burros sin cuernos y una clase de animales que no necesitan beber." 
Aristóteles281 menciona dos unicornios. "Hay sólo unos pocos (animales) que tengan una pezuña sólida y un cuerno, como el burro indio y el órix." 
Plinio282 nos cuenta que los indios orseos persiguen un animal muy feroz llamado monoceronte, que tiene la cara de ciervo, los pies de elefante y la cola como un jabalí, mientras que el resto del cuerpo es de caballo. Hace un ruidito profundo y tiene un solo cuerno negro que se eleva desde el medio de la frente con un metro de longitud. Se dice que este animal no se puede encontrar vivo. Al hablar del burro indio, dice283 que "el burro indio es un animal con un solo cuerno", y del órix de África284, "el órix es un animal que tiene un cuerno y pezuñas". 
Eliano285 transfiere su localización otra vez de África a Asia y se puede deducir, por la siguiente cita, que él in-dica el país al norte del Himalaya, Tíbet y Tartaria, que aún son los lugares donde habita el unicornio. 
"Dicen que hay montañas en las regiones más interio-res de la India que son inaccesibles para el hombre, y que están llenas de bestias salvajes, donde las criaturas que hemos domesticado, como ovejas, perros, cabras y rebaños vagan a su libre albedrío, libres de pastores o vaqueros. 
Ambos historiadores, y algunos otros doctos de los in-dios, entre los que se especifican los brahmanes, declaran que hay un número incontable de estas bestias. Entre ellos citan al unicornio, al que ellos llaman 'cartazonon', y di-cen que alcanza el tamaño de un caballo de edad madura, que tiene unas crines de color amarillo rojizo y que sobre-sale por su velocidad, debido a sus excelentes patas y todo el conjunto de su cuerpo. Lo mismo que el elefante, tiene los pies inarticulados y tiene una cola como la de un ve-rraco; se levanta entre sus cejas un cuerno negro, no des-garbado pero algo enroscado, y termina en una punta afi-lada. 
Tiene, de entre todos los animales, la voz más áspera y contenciosa. Se dice que es amable con otras bestias que se le acercan, pero que pelea con sus iguales. No sólo los machos están en desacuerdo en contiendas entre ellos mis-mos, sino que ellos también luchan con las hembras y lle-van sus combates hasta tal punto que matan al perdedor, pues no sólo su cuerpo está dotado de una gran fuerza, sino que están armados con un cuerno invencible. Fre-cuenta las regiones desérticas y vaga en solitario. En la temporada de reproducción, adopta una conducta gentil hacia la hembra y se alimentan juntos; cuando esto se pasa y la hembra se torna seria, se vuelve feroz y sigue va-gando solo. 
Dicen que las crías, cuando aún son jóvenes, son lleva-das ante el rey de los prasianos para mostrar su fuerza y son expuestas en combates y fiestas; pero nadie recuerda haber capturado uno de edad madura."
César286 documenta la reputada existencia en su día, en los límites del gran bosque herciniano, de un toro, con forma de venado, con un cuerno que le salía del medio de la frente, entre las orejas.

Cosmas287, llamado Indicopleustes, un comerciante de Alejandría que vivió en el siglo VI y que hizo un viaje a la India, escribió obras de cosmografía en las que da la figura del unicornio, no, como él dice, como la actual imagen de él, sino desde la reproducción de cuatro figuras que de él había en latón en el palacio del rey de Etiopía. Afirma que "es imposible encontrar viva a esta feroz bestia y que toda su fuerza reside en el cuerno. Cuando se ve en peligro de captura, se arroja desde un precipicio y es tan hábil en las caídas que recibe todo el golpe en el cuerno y así consigue escapar sano y salvo". Merece la pena destacar que este modo de huida se atribuye en la actualidad, tanto al buey almizclado como al cordero de Júpiter. 
Marco Polo puede o no describir un rinoceronte en el pasaje: "Après avoir descendu ces deux journées et demie, on trouve une province au midi qui est sur les confins de l'Inde, on l'appelle Amien -on marche quinze journées par des lieux desertes et par de grands bois oü il y a beaucoup d'éléphants et de licornes et d'autres bétes sauvages-. II n'y a ni hommes ni habitations aussi, nous lais-serons ce lieu." 
Pero Leo y Ludolfo no consiguen ninguna aclaración de las descripciones del unicornio etíope. 
El primero dice288: 
"El unicornio se encuentra en las montañas de la alta Etiopía. Es de color ceniciento y recuerda a un potro de dos años, excepto en que tiene la cabeza de cabra y, en el medio de la frente, un cuerno de un metro de largo, que es suave y blanco como el marfil y tiene rayas amarillas que van desde abajo hasta arriba. 
Este cuerno es un antídoto contra el veneno y hay do-cumentos que dicen que otros animales se entretienen be-biendo hasta que lo remoja en agua para purificarlo. Este animal es tan ligero que no es posible cogerlo ni matarlo. Pero muda su cuerno como los ciervos y los cazadores lo encuentran en los desiertos. Pero algunos autores ponen en duda esta veracidad." 
Ludolfo dice289: 
"Aquí hay otra bestia, llamada arucharis, con un cuerno, feroz y fuerte, del que se han visto varios co-miendo en los bosques." 
Acercándonos más en el tiempo, encontramos el uni-cornio que describió Lewes Vertomannus 290, quien, tras vi-sitar, entre otros sitios, el lugar de la leyenda de San Jorge y el dragón291 y haber pasado muchas aventuras, visitó, de camino al templo de La Meca y, como sigue, da una des-cripción "de los unicornios del templo de La Meca, que no se ven en ningún otro sitio". 
"En la otra parte del templo hay parques y lugares cer-cados, donde se han visto dos unicornios, llamados por los griegos monocerotes, que son mostrados a la gente como un milagro, no sin razón, por su naturaleza rara y ex-traña. Uno de ellos, que es mucho más alto que el otro, no muy diferente a un potro de treinta meses de edad; en la cabeza le crece un cuerno a modo de palo, de una lon-gitud de un metro y medio. El otro es mucho más joven, de un año de edad, y como un potrillo; el cuerno de éste mide unos cuatro puños. 
Esta bestia es de color pardo y tiene la cabeza como un ciervo, pero el cuello no es largo y con una ligera crin que le cuelga de un lado. Las patas son delgadas como las de un cervatillo. Las pezuñas de las patas delanteras están divididas en dos, como las de las cabras. La parte externa de las patas traseras está cubierta de pelo. 
Esta bestia da apariencia, sin duda, de ser salvaje y feroz, aunque es una fiereza con cierta gentileza. 
Estos unicornios fueron un regalo al sultán de La Meca como un don precioso y singular. Fueron envia-dos por un rey de Etiopía que deseaba, por medio de este presente, darle las gracias al sultán de La Meca." 
Visitando el interior de Arabia desde Aden, par-tiendo de Persia, Vertomannus se vio obligado a retro-ceder, por el viento en contra, a Zeila (en África), que él describe como una importante ciudad con muchos comerciantes, cuando vuelve a decir: "Vi allí un cierto venado, con un solo cuerno en medio de la frente, como tiene el unicornio, de un palmo de largo, pero el cuerno se encorva hacia atrás. Es de un color rojo brillante." 
En una narración de los viajes de Johann Grueber, jesuita (alrededor del 1661), contenida en la colección de viajes de Astley, encontramos:
"Sining292 es una ciudad populosa y grande, construida al amparo de la gran muralla china, a través de cuya puerta entran los mercaderes de la India hacia Katay o China. Hay escaleras para subir a la muralla y muchos van por allí desde la entrada de Sining a la siguiente de Soochew, que está a dieciocho días de viaje, con un delicioso panorama a lo largo de todo el camino, desde la muralla, por las numerosas poblaciones que hay a un lado y las bestias que campan en el desierto al otro lado.

Además de toros, hay tigres, leones, elefantes, rinoce-rontes y monocerontes, que son una clase de asnos con cuernos. 
Así los mercaderes pueden ver las bestias sin peligro, sobre todo en la parte de la muralla que corre hacia el Sur, cerca de Quang-si, Yunnan y Tíbet; durante algunas épo-cas del año se dirigen al río Amarillo y parte cerca de la muralla que está plagada de matorrales, con el fin de abas-tecerse de pastos y buscar presas." 
El padre Jerónimo Lobo, un jesuita portugués, que em-barcó hacia Abisinia en el año 1622293, afirma que: 
"En la provincia de Agaus se ha visto el unicornio, esa bestia de la que tanto se ha hablado y de la que se sabe tan poco. La prodigiosa rapidez con la que corre la criatura de un bosque a otro no me ha permitido examinarlo con dete-nimiento, aunque he estado lo suficientemente cerca como para poder dar alguna característica de él. 
La forma es como la de un hermoso corcel, perfecto y bellamente proporcionado, de color bayo, con la cola negra, que en unas provincias es larga y en otras es muy corta; algunos tienen crines que les cuelgan hasta el suelo. Son tan asustadizos que nunca comen, a menos que estén rodeados de otras bestias que lo defiendan. 
Los ciervos y otros animales indefensos se reúnen en ma-nadas frecuentemente con los elefantes, que se contentan con raíces y hojas, y preservan a las bestias que están junto a ellos, casi bajo su protección, de otros que puedan devorarlos." 
Hay una dudosa historia en la Narrative of a Journey from St. Petersburg, in Russia, to Peking, in China, in 1719294, al efecto entre Tobolsky y Tomski: 
"Después de que nuestro equipaje hubo esperado en Tara nuestra llegada, abandonamos el lugar el día 18 y llegamos a un pueblo ruso muy grande a sesenta verstas, la última pobla-ción de rusos hasta que se pasa el Baraba y se llega al río Obi... Uno de estos cazadores me contó la siguiente historia, que confirmaron muchos de sus vecinos: En el año 1713, en el mes de marzo, salió a cazar y descubrió la huella de un ve-nado y la siguió. Al alcanzar al animal, se quedó atónito al contemplar que sólo tenía un cuerno en medio de la frente. Como estaba cerca del pueblo, se lo llevó a casa y lo mostró, ante la admiración de cuantos lo contemplaron. Luego lo mató, se comió la carne y vendió el cuerno a un fabricante de peines de la ciudad de Tara, por diez alteens, unas quince li-bras esterlinas. 
Me informé cuidadosamente de la forma y tamaño de este unicornio, como yo lo llamé, y me dijeron que era muy pare-cido a un ciervo. 
El cuerno era de color marrón, con un arco de unos setenta centímetros y enroscado hasta la punta, donde se dividía, como un tenedor, en dos puntas muy afiladas."
Uno de los observadores más fiables, el abad Huc, ha-bla muy positivamente del asunto del unicornio295. Dice: "El unicornio existe realmente en el Tíbet... Tenemos desde hace mucho tiempo un pequeño tratado mongol so-bre historia natural, para uso de los niños, donde el uni-cornio forma una de las ilustraciones... El itinerario chino dice que, con respecto al lago que se ve al llegar a Atzder (yendo de Este a Oeste), 'el unicornio, un animal singular, se encuentra en los alrededores de este lago, que mide cuarenta li de longitud'."

El unicornio se conoce en Tíbet con el nombre de se-rou; en Mongolia, con el de kere, mientras que un manus-crito tibetano examinado por el último mayor Lattre le llama tsopo. 
Hazlitt, en sus notas añadidas a la afirmación de Huc sobre el unicornio, declara que Hodgson, de Nepal, envió a Calcuta la piel y el cuerno de un unicornio que murió en la colección de fieras del rajá de Nepal. 
Se describe como un animal muy fiero y abundante en las planicies de Tingri, al sur de la provincia tibetana de Tsang, bañada por el Arroun; se reúne alrededor de lechos de sal. La forma es grácil, el color rojizo, con dos mecho-nes que salen de la nariz, y tiene más pelo alrededor de la boca. El pelo es fuerte, parece ahuecado. El doctor Able lo denominó Antelope Hodgsonii. 
El barón von Müller describe296, por medio de Antoine d'Abbadie, un unicornio, animal que recibió cuando es-taba en Melpes, en Kordofan:
"Me encontré, el 17 de abril de 1848, con un hombre que solía venderme ejemplares de animales. Un día me preguntó si quería también un a nasa, que él me describió así: 'Es del tamaño de un asno pequeño, tiene el cuerpo grueso y los huesos delgados, pelo tosco y cola como un jabalí. Tiene un cuerno en medio de la frente, que pende cuando está solo, pero que se erige inmediatamente en cuanto ve un enemigo. Es una arma formidable, pero no sé exactamente cuánto mide. El a'nasa se encuentra no le-jos de aquí (Melpes), dirección sur-sudoeste. Lo he visto con frecuencia en estado salvaje, donde los negros lo ma-tan, se lo llevan a casa y hacen escudos con su piel.' (N.B.-Este hombre distinguía perfectamente el rinoce-ronte, que él llamaba fetit, del a'nasa.)

El 14 de junio yo estaba en Kursi, también en Kordo-fan, y me encontré allí con un comerciante de esclavos que no conocía a mi primer informador, y me dio espontá-neamente la misma descripción del a'nasa, añadiendo que él cazó y comió uno hace mucho tiempo y que su carne era muy buena." 
Rupell menciona esta criatura bajo el nombre de Ni-llekma o Arase, como característica de Kordofan; también Cavassi lo cita como conocido en el Congo con el nombre de Abada. 
Freeman, en el South African Christian Recorder (vol. I), nos ofrece una narración sobre un animal común en Makooa, al que llamó Ndzoodzoo, y dice de él que era del ta-maño de un caballo, extremadamente ligero y fuerte, con un único cuerno de entre sesenta y noventa centímetros de largo, que le sale de la cabeza, y del que se dice que es flexible cuando el animal está dormido y capaz de subirse en espiral a placer, pero que se pone rígido y duro cuando el animal está furioso. Es extremadamente feroz y ataca invariablemente al hombre cuando lo percibe. La hembra carece de cuerno. 
Nuestra más reciente información sobre esta especie nos llega de mano de Prejevalski297, quien, al hablar de él como el orongo, dice que tiene unos elegantes cuernos ne-gros que le salen verticalmente por encima de la cabeza; el lomo es de color pardo; la mitad del pecho, estómago y grupa, blancos; visto desde lejos parece blanco; es muy abundante en el norte del Tíbet. Añade: "Otra superstición que prevalece es que el orongo tiene un solo cuerno que crece verticalmente desde el centro de la cabeza. En Kansu y Kokonor nos dijeron que el unicornio era raro, uno o dos entre un millar. Los mongoles de Tsaidan lo niegan y dicen que eso puede ser en el sudoeste del Tíbet." 
Volviendo a los clásicos y libros antiguos de China, encontramos referencias, a veces vagas y míticas, a veces exactas, a varios unicornios. Pueden ser enumerados de la siguiente forma298: 
1.  El Ki-Lin, representado en Japón por el Kirin. 
2.  El King. 
3.  EI KiohTwan. 
4.  El Poh. 
5.  El Hiai Chai. 
6.  El Too Jon Sheu. 
Junto a éstos hay claras descripciones de rinocerontes, que en ningún modo hay que confundir con los anteriores. El único de éstos popularmente conocido es el Ki-Lin, cuya historia está entretejida con la de épocas remotas. La primera mención de ella se da en los Libros de Bambú; sin embargo, sólo en esa parte de ellos es un comentario, una nota o una adición posterior, aunque muchas autoridades lo consideran como una porción del texto real. La obra asegura que, durante el reinado de Hwang-Ti (2697 a.C), aparecieron Ki-Lins en los parques. 
Su aparición se suponía generalmente para distinguir el reinado de un monarca honrado, y Confucio considera que la aparición de uno durante su época era un mal augu-rio, como que no armonizaba con los problemas de Estado de su tiempo. El nombre de Ki-Lin es una palabra gené-rica o dual, compuesta por Ki y Lin, el macho y la hem-bra, respectivamente, de la criatura.
Fig. 79. El ki-lin. (De una pintura china moderna.)

Esta especie peculiar de formación de palabras se adopta en otros ejemplos con referencia a aves y anima-les; así, tenemos el Fung macho y el Hwang hembra uni-dos en Fung Hwang, o el fénix chino, y el Yuen y el Yang en el Yuen Yang, o pato mandarín.
A veces, la palabra Lin sola se usa con el mismo sen-tido genérico.
Fig. 80. El Un (hembra del unicornio chino). (Del 'Rh Ya.)


El 'Rh Ya, en el texto original, describe que el lin tiene cuerpo de kiun (el Kiun es una clase de venado), cola de buey y un cuerno. El comentario asegura que el extremo del cuerno es carnoso y que el capítulo King Yang de los "Anales de Primavera y Otoño" de Confucio lo define como un kiun con cuernos. 
El prefacio al Shi Shu cita a Li Siün con el sentido de que el lin es una bestia propicia y perfecta. 
Sun Yen dice que es una bestia espiritual. El Shwoh Wan dice que el lin es la hembra del k'i y el k'i es una bestia dotada de bondad, con cuerpo de kiun, cola de buey y con un cuerno. Según el Shwoh Wan, el lin puede ser considerado como un gran venado hembra. El Shu King considera que muchas de estas bestias están agrupadas bajo el Ki-Lin, sólo las características, si bien mante-niendo la base ha llegado a cambiar en forma. 
Chen Nau lo llama Lin-che-chi, y Man Chw'en dice que el lin es auténtico y que se le puede reducir a norma. 
El Li Yuen dice: "Si el unicornio se pudiera domesticar, entonces las demás bestias no mostrarían temor." 
Ta Tai, en el Li Ki, citando el Yih (King) dice que hay trescientas sesenta clases de criaturas peludas y el ki-lin es el jefe de todos ellos. 
El Li Ki, en su comentario del King Fang I Chw'en, dice: "El lin tiene cuerpo de kiun, cola de buey, pezuñas de caballo y es de cinco colores. Mide tres metros y me-dios de alto"299. 
Otra vez, en el comentario de la obra de Fuh Kien Ho Chwen, dice: "El lin surge de las regiones centrales de la 
tierra. Es una bestia de integridad superior, unido a su ma-dre y convertido en norma. El Shu King, al citar a luh li. dice que el lin tiene cuerpo de kiun, cola de buey, patas de caballo y es de color amarillo, con pezuñas redondas y un cuerno. El extremo del cuerno es erguido y carnoso. 
Su grito en el medio es como la campana de un monas-terio; su paso es regular; sólo camina por suelos escogidos y tras haber examinado el lugar. No vive en rebaños ni va acompañado en sus movimientos. No se le engaña con trampas ni se le puede capturar a lazo. Cuando el monarca es virtuoso, esta bestia aparece." 
En la actualidad existen lins en la frontera de Ping Cheu. Incluso el más grande o el más pequeño de los lins son siempre como venados, por eso esta especie no es el favorable ying lin, aunque Tsz Ma Siang Su300, en sus odas a la caza de mi y la captura de lin, dice que sí lo es. 
El que la punta del cuerno sea carnosa es una caracte-rística del lin, y Moa Chw'en dice que el cuerno es un em-blema de bondad. Ching Tsein dice que el cuerno tiene una terminación carnosa, lo cual indica el carácter pací-fico de la bestia, y que no lo usa. 
El Libro de Ritos, al citar el Kwang Ya, dice que, de-bido a su estilo elegante, tiene su lugar, por excelencia, entre las bestias de cuernos grandes; la edición existente del Kwang Ya omite esto. 
El Kung Yang Chw'en dice que el kiun también tiene cuernos. 
Kung Ssun Tsz, en los anales del decimocuarto año del duque Ngai (Estado de Lu), dice que el kiun tiene cuernos flexibles. 
Kwoh, en su prefacio, demuestra que el lin tiene cuerpo de kiun. 
El 'Rh Ya ofrece el dibujo de un unicornio llamado ki, pero no da ninguna referencia del cuerno en el texto, que simplemente describe como un gran kiun con cola de yac y patas de perro.
Fig.81.Elki.
El ki no está definido en el 'Rh Ya, y la única informa-ción de que dispongo proviene del diccionario de Wi-lliams, donde se dice que es "un fabuloso animal favora-ble, que aparece cuando nacen los sabios; el macho del unicornio chino. Está representado como un caballo pío con escamas, con un cuerno y cola de vaca, y puede haber tenido un origen vivo en algún equino extinguido". Pero hay un relato muy completo de un animal llamado el king. No es imposible que sea idéntico al king que, en un estilo epistolar normal del origen del texto del 'Rh Ya, está mos-trado como un gran biao (una clase de ciervo), con cola de buey y un cuerno, y los. variados comentarios sobre él son los siguientes:
"En la época del emperador Wu, de la dinastía Han, durante la adoración al cielo y a la tierra en el solsticio en Yung, se dio caza a un unicornio como un piao; fue deno-minado en ese momento como un lin; sin embargo, era un piao, relacionado con el chang (una clase de venado)."
El Shwoh Wan dice: "El king es un gran venado con cola de buey y un cuerno." Puede ser una gran forma de de un piao. El Wang Hwu Analects dice que el piao es un objeto de caza, y que es tan rápido como un ciervo.
Kwan Tsz, en el vomunen Ti Yuen, dice que de la misma forma que hay mi y piao y muchas otras especies de venados, así el piao es una especie de ciervo.
El "Shi Ki", en el libro Fung Shen, dice que, durante la adoración en el solsticio en Yung, fue capturado una bestia con un cuerno como un piao y que las autoridades locales aseguran que como Su Majestad estaba haciendo invoca-ciones reverentes en el altar al Ser Supremo, fue recompen-sado en consideración por el sacrificio con una bestia que era el unicornio.
El prefacio de Wu Chao al Loh Yiu dice: "El cuerpo es como el de un yac y tiene un cuerno"; mientras que la Pri-mavera y el Otoño (los Anales) aluden a este animal al ha-blar del kiun con cuernos.
Fig. 82. Elking. (Del 'Rh Ya.)
Los habitantes de Ch'u dicen que el kiun es un piao. Kwoh, en su prefacio, dice que la captura hecha en la época de Wu, de la dinastía Han, era en realidad un piao, como está demostrado en los libros del Han. La narra-ción de Chung Kiun afirma que en Shang Yung se cap-turó un lin blanco que tenía un cuerno, cuyo extremo era carnoso. Hasta el momento no se ha oído nada de un piao con el extremo carnoso, por tanto debía ser una bes-tia diferente.
Fig. 83. El ki-rin (De un dibujo japonés en un templo en Kioto)
Kwoh también dice que el piao es idéntico al chang, y el chang al kiun. Éste se corresponde con lo que ya esta-bleciera Wei Chao So, que el pueblo de Ch'u afirma que el kiun es un piao, y que el piao es verdaderamente una clase de venado.
Su carne es exquisitamente sabrosa.
Luh Ki dice que de todas las criaturas cuadrúpedas, el piao es el más excelente.
Yeu Shi asegura en los anales de Kiao Sz ("Sacrificios al Cielo y la Tierra") que el piao es una clase de venado. Su cuerpo recuerda exactamente al del chang.
Finalmente, los explicativos prefacios de muchas obras clásicas, cuando hacen comentarios sobre el 'Rh Ya, dicen que el piao es idéntico al chang y de color negro, y confir-man la opinión de Kwoh, a pesar de que el 'Rh Ya olvida explicar las tres características que denotan su color negro.
Era probable que algún unicornio referido en la His-toria General de China, llamada el Tong Kien Kang Mu (véase la traducción de Pére de Maula), presentara al emperador Yung Loh de la dinastía Ming, en el año 1415 de nuestra era, por enviados desde Bengala. De Mailla dice que los chinos lo llamaban Ki-Lin fuera de lisonjas.
De nuevo la misma Historia dice que al año siguiente el reino de Malin envió como tributo un ki-lin parecido al de Bengala. El ki-lin, una versión japonesa del ki-lin, es simplemente un préstamo de fuentes chinas. Está repre-sentado en la edición ilustrada de la gran Enciclopedia Ja-ponesa Kasira gaki zou vo Sin mou dzu wi tai sei301, y, como en los dibujos chinos, cubierto de escamas; pero hay que destacar que en ninguno de los textos de cada país se autoriza esta característica del cuerpo302.
En la misma enciclopedia figura otro unicornio bajo el nombre de Kai Tsi, y lo describe como un animal de paí-ses extranjeros, parecido a un león y con un solo cuerno. También es conocido con el nombre de Sin You o divino cordero. Es capaz de distinguir entre el bien y el mal. Cuando Kau You ejerce su jurisdicción criminal, cede su puesto a aquellos cuyo crimen era dudoso para el Kai Tsu, y se dice que este animal destruía la culpabilidad y espar-cía la inocencia.
Fig. 84. El sz, o rinoceronte malayo. (Del 'Rh Ya.)
Esto está descrito en la obra china Yuen Kien Léi Han303, bajo el nombre del Hiai Chai, y se le atribuyen similares poderes de discriminación.

Un sinónimo de él era el Chiai Tung. Afirma que, se-gún el Si Yang Y Shu, un cordero espiritual con un cuerno nació en el distrito de Ping Shen en el año veintiuno de Kai Yuen. El hueso era carnoso, y en el extremo estaba re-cubierto de pelo blanco. El segundo capítulo sobre el mismo asunto dice que, en tiempos remotos, si la reunión era legal, el juez sacaba este animal que cornearía al cul-pable. 
El Kioh Twan es también otro unicornio descrito en el Yuen Kien Léi Han304, del que se dice que parecía un ciervo con cola de caballo, pero de color verdoso, con un cuerno sobre la nariz, capaz de recorrer dieciocho li en un día. 
El Li Kau Sing Sha Shao dice que el emperdador Yuen Ti Su envió a sus embajadores a la parte oeste de la India, quienes se procuraron animales de varios metros de longi-tud305, unicornios como rinocerontes. Se dice que eran desfavorables para el emperador, y fueron devueltos inme-diatamente.
El poh
El Shan Hai King describe a un animal que existe entre las planicies de Mongolia, con apariencia de caballo, cuerpo blanco, cola negra, un cuerno, dientes y zarpas como un tigre, aullidos como el redoble de un tambor, devorador de tigres y leopardos, capaz de sustituir a los sol-dados; se llama poh.

El 'Rh Ya describe al mismo animal como un caballo con dientes como sierras, iguales a los del tigre y leopardo. 
La Historia del Norte dice que en el reino de Peh Chi (?) un magistrado llamado Chung Wa tenía un ofi-cio que era equivalente a su norma. Su distrito estaba invadido por algunos animales muy feroces. De repente, seis poh vinieron, los mataron y se los comieron como premio a su buena actuación. 
La Historia Sung dice que un hombre llamado Leu Chang, un embajador, llegó a un distrito llamado Shen Su, donde las montañas albergaban a un animal extraño, con apariencia de caballo, pero capaz de devorar tigres y leo-pardos. La gente sabía de él, y le preguntaban a Leu Chang lo que era, a lo que les contestó que se llamaba poh, y los remitió al Shan Hai King para que vieran una descripción.
Fig. 85. Objeto en forma de esfinge. (Del San Li Tu.) Las flechas se dispararon hacia adelante y cayeron en el cilindro de detrás de la figura.

Fig. 86, El objeto Lu. (Del San Li T'u.)
Entre otros destacables e interesantes dibujos que nos han llegado desde la antigüedad en el San Li T'u306, o la edición ilustrada de los tres rituales (ceremonias), repre-sentan los diferentes objetos usados por los oficiales de distintos rangos en los exámenes militares, en los que las flechas hay que guardarlas para lanzarlas desde grandes distancias. Están representados en forma de animales, uno que recuerda la idea de la esfinge y dos que representan al unicornio, llamados respectivamente el lu -que según al-gunos es como un asno, con un cuerno, pero, según otros, difiere del burro en que tiene pezuñas hendidas- y el sz, del que se dice que es como un buey con un cuerno.

El Too Jou Shen es el nombre de un animal con cuerpo y cabeza de león, patas hendidas y un cuernecillo romo que le sale del centro de la frente. Dos pares de este ani-mal forman una parte de la avenida de figuras de animales en piedra que presiden las tumbas Ming, a unos ciento treinta kilómetros al norte de Pekín. No lo he encontrado descrito en ningún libro.
Fig. 87. El objeto sz. (Del San Li Tu.)

Fig. 88. El Too Jou Shen. (De las tumbas Ming.) 
Fig. 89. El Too Jou Shen. (De las tumbas Ming.)
Un escritor de la China Review307 se esforzó en de-mostrar que el ki-lin es una reminiscencia de la jirafa, que supone que en un tiempo abundaba en Asia y como suma a varios pasa-jes incluidos entre los que he citado arriba, presenta uno del Wu Tsah Tsu, que afirma que: "En el período Yung Loh de la dinastía Ming (1403-1425) se cap-turó un ki-lin, y se le or-denó a un pintor que hiciera un boceto de él y se lo su-biera a los magistrados. Según la pintura, el cuerpo tenía una forma exactamente igual a la de un ciervo, pero el cuello era muy largo, quizá un metro o metro y medio." Debo admitir que no puedo estar de acuerdo con sus con-clusiones. Harris308 ha ofrecido argumentos mucho más válidos a favor de que el unicornio sea simplemente una especie de órix. Me parece, no obstante, que habla dema-siado categóricamente, que hace sus hechos demasiado sencillos y que basa su principal creencia en una teoría in-sostenible de que el mito, tradición o teoría están basados en el retrato de un órix, que exhibe un solo cuerno. Po-dríamos esperar que la gente empezara a contar historias de vacas o caballos de dos patas, o razas de hombres con una sola pierna, si fuera suficiente una base tan simple para renunciar a una especie. A qué categoría zoológica puede pertenecer el unicornio es algo que no estoy prepa-rado para responder, pero me parece imposible creer que una criatura cuya existencia ha sido confirmada por tantos autores, en fechas tan diferentes y en países tan dispares, pueda ser, como consideran los mitólogos, simplemente el símbolo de un mito. Hay una posible solución que no pa-rece que haya chocado con los escritores anteriores al asunto; es decir, que el unicornio puede ser simplemente un híbrido producido ocasionalmente en intervalos más o menos excepcionales.
Al aceptar este punto de vista, podríamos explicar las extraodinarias combinaciones de características que se le han asignado, así como la discrepancia que existe entre las cualidades de coraje y gentileza que le atribuyen autores chinos. Queda por escribir un valioso capítulo por parte de los naturalistas sobre los límites dentro de los cuales se encuentra la hibridación en un estado natural entre los ani-males superiores; su predominio entre los inferiores y las plantas es, por supuesto, bien conocido. Un cruce entre una especie de equino y un cérvido podría dar como resul-tado realmente un unicornio, y podrían predominar las cualidades de coraje del padre309 y la gentileza de la ma-dre, de acuerdo con las relaciones de las especies en cada ejemplo.
Como alternativa, podemos especular acerca de que el unicornio sea un nombre genérico para varias especies di-ferentes de (probablemente) animales extinguidos ya; que se hayan perdido lazos de unión entre las tres familias de équidos, cérvidos y bóvidos, criaturas contemporáneas del hombre prehistórico y que, antes de su extinción total, atrajeran la atención de sus descendientes, durante los pri-meros tiempos históricos, por la excepcional aparición de unos pocos individuos supervivientes.
Las cualidades sobrenaturales que le atribuyen los dis-tintos países deben ser consideradas simplemente fruto de la fantasía, dedicada a enriquecer y adornar un artículo es-timado, raro y valioso.
  

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