Los hijos de una familia de leñadores preguntaron, en
una ocasión, a su abuelita, que era muy anciana, por qué
la capirona tiene a veces un sonido especial: ciiiií; y otras
veces: ta ta ta ta... La abuelita Ies contestó que el primer
sonido semeja el lloro de una criatura, y que la capirona
grita de este modo cuando nace un varón, y llora porque
sabe que el hombre que está naciendo, más tarde, la
tronchará convirtiéndola en trozos de leña; y que lanza el
segundo grito, que parece una risa, cuando está naciendo
una mujer, y ríe porque de ella no espera nada malo, razón
por la cual se alegra y exterioriza así su contento.
Esta creencia está tan arraigada entre los leñadores
de la región amazónica, que cuando el árbol de capirona
llora, a ciencia cierta dicen: «Está naciendo un varón»; y
cuando lo oyen reír: «Está naciendo una inujer».ú
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