miércoles, 6 de marzo de 2019

EL FUEGO DEL AMOR

En la época de Beyazid Bestami, un musulmán exhortó un día a un infiel a que se
convirtiera. Le dijo:
«¿Por qué no reunirte con el rebaño de los que logran su salvación descubriendo
la luz del Islam?».
El otro respondió:
«Si es de la fe del sheij Beyazid de la que hablas, no tendré ciertamente fuerza
para resistirme. Estoy lejos de la religión y de la fe, pero las respeto. Mi boca está
cerrada con un sello, pero me adhiero secretamente a su fe. Si la fe de la que hablas
es la vuestra, no tengo ningún deseo de compartirla. Pues cualquiera que es atraído
por la fe pierde inevitablemente su interés por ella al veros. De vuestra fe sólo queda
el nombre. Es como si llamaseis a la gente a buscar asilo en el desierto. En contacto
con vosotros, el fuego del amor a la fe se apaga».

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