Un hombre había dado a cuatro personas una moneda de oro a cada una.
El primero dijo:
«¡Vamos enseguida a comprar ENGUR!».
El otro, que era árabe, dijo:
«¡No, ENGUR no. Yo quiero INEB!».
El tercero, que era griego, exclamó:
«¡Yo habría preferido ISTAFIL!».
El cuarto, un turco:
«Yo quiero uzum (uva).»
Estalló así una querella insensata entre los cuatro amigos. Discutían por ignorar la
significación de lo que deseaba cada uno. Si hubiese estado allí un sabio, habría
dicho:
«Con vuestro dinero, podéis satisfacer todos vuestro deseo. Para vosotros, cada
palabra es una fuente de desacuerdo. Pero, para mí, cada palabra es una guía hacia la
unión. Vosotros queréis todos uva sin saberlo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario