miércoles, 6 de marzo de 2019

CARNE PROHIBIDA

Había en la India un hombre muy sabio. Un día, vio llegar a un grupo de viajeros.
Al ver que estaban hambrientos, les dijo:
«No hay duda de que tenéis la intención de cazar para alimentaros. Pero ¡cuidado,
noble gente! ¡No cacéis la cría del elefante! Es ciertamente fácil de coger y su carne
es abundante. Pero no olvidéis a su madre que lo vigila, pues sus gritos y lamentos se
oirán desde lejos. ¡Conservad este consejo como una joya si queréis evitar
catástrofes!».
Y, con estas palabras, se marchó. Los viajeros, cansados por su largo camino, no
tardaron en encontrar un elefantito muy gordo y, olvidando los consejos que se les
habían dado, se lanzaron sobre él como lobos. Sólo uno de ellos decidió obedecer el
consejo del sabio y no tocar la carne del elefantito. Los demás, hartos de carne, no
tardaron en dormirse.
De pronto, un elefante encolerizado se precipitó sobre ellos. Se dirigió primero
hacia el único que no dormía. Olfateó su boca pero no encontró ningún olor acusador.
Por el contrario, habiendo comprobado que todos los que dormían tenían el olor de su
pequeño en el aliento, los aplastó bajo sus patas. ¡Oh, tú que te alimentas con el fruto
de la prevaricación! ¡Estás comiéndote el elefantito! No olvides que su madre vendrá
a vengarlo. Pues la ambición, el rencor y el deseo despiden un olor tan fuerte como el
de la cebolla. Te será imposible ocultar que has abusado del bien del prójimo.

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