jueves, 14 de marzo de 2019

Mitología egipcia:El viaje a los infiernos del dios Sol

Del 1492 al 1070 a. de C. casi todos los faraones eran enterrados en la necrópolis
real de la ribera occidental de Tebas, apropiadamente descrito hoy en día como el
valle de los Reyes. Las sepulturas talladas en roca contenían originariamente un
valioso ajuar funerario y los sarcófagos tenían momias reales decoradas con exquisita
joyería. A pesar del aguijón venenoso de Meretseger, la diosa serpiente que moraba
en el pico que dominaba el valle, y de la (errática) vigilancia de los guardias de la
necrópolis, los ladrones de joyas eran capaces de saquear los tesoros de los faraones
(incluyendo unos cuantos objetos del enterramiento de Tutankhamón que, tras haber
sido vuelto a sellar, se escapó de ser saqueado hasta la excavación de Howard Carter
de 1922). Afortunadamente, aún no existía un mercado ilegal de arte antiguo
demandando fragmentos de los complicados y confusos dibujos pintados en las
paredes de las tumbas reales. Sin embargo, estas pinturas quedaron abandonadas para
sufrir los ataques de la sal contenida en la piedra caliza tebana, de los torrentes
ocasionales de las lluvias y de los garabatos de los turistas griegos o coptos de hace
casi dos mil años. Pero es en estas paredes donde sobrevive, a pesar de los daños
naturales o las mutilaciones, un rico panorama de los infiernos egipcios. La fértil
imaginación de los pensadores religiosos egipcios hizo evolucionar numerosas
imágenes y símbolos, cuya suma total enfatizaría la seguridad del dios Sol en su viaje
infernal y su transformación de dios que desciende a las regiones tenebrosas de los
infiernos cada noche en una deidad regenerada que surgía cada mañana, llena de vida
y energía. Manu era la montaña occidental a través de la cual empezaba su viaje tras
ponerse el sol; Duat era el infierno a través del que viajaba; Baju era la montaña
occidental sobre la que ascendía por la mañana.
Conservamos tres composiciones importantes que describen los peligros
solventados con éxito por Re en los infiernos, disipando las dudas sobre su seguro
ascenso al cielo. Estas complejas recopilaciones se desarrollan a lo largo de siglos y
van adquiriendo añadidos que a menudo oscurecen más que aclaran los guiones o los
textos enigmáticos. Algunas veces los antiguos escribas que hicieron los dibujos eran
incapaces de entender sus documentos de trabajo, que se acumulaban a lo largo de
generaciones, con el resultado de que algunas inscripciones eran leídas como exóticos
galimatías. En otras ocasiones, las hojas de los rollos de papiro pueden haber sufrido
un gran desgaste y haberse hecho demasiado ilegibles para ser copiadas en las
paredes. En estos casos los dibujantes escribían en la composición los jeroglíficos
Gem Uesh, que significan "la fuente original está defectuosa". La más antigua de
estas recopilaciones es el Libro de Am-Duat (el Libro de lo que hay en el Infierno).
Los visitantes de las tumbas de Tutmosis III (1425 a. de C.) y Amenhotep II (1401 a.
de C.) pueden ver las versiones completas de este libro en dibujos esquemáticos en
las paredes de las cámaras mortuorias. Las tumbas de Setos I (1290 a. de C.) y
Rameses VI (1143 a. de C.) contienen once de los Doce Guiones, simbolizando estos
Doce Guiones las doce horas de la noche. La segunda composición, el Libro de las
Puertas, se puede encontrar en parte en su forma más antigua en la tumba de
Horemheb (1307 a. de C.), pero las versiones más completas están en la tumba de
Rameses VI y sobre el pulcramente grabado sarcófago de Setos I que, habiendo sido
rechazado por los entonces avaros Trustees del Museo Británico, fue adquirido por sir
John Soane y puede verse en su Museo de Lincoln's Inn Fields en Londres. Además,
en la tumba de Rameses VI hay una copia completa de la última y más rara de las tres
composiciones, la conocida como Libro de las Cavernas.
El Libro de Am-Duat
El dios Sol hace su viaje a los infiernos a lo largo de esos Doce Guiones o relatos
esquemáticos para renacer como Jepri el escarabajo. Al principio de su viaje el dios
Sol está en el Horizonte Occidental, acercándose al río de Uernes por el que va a
viajar. En un prólogo se formula la esencia de esta composición que enfatiza su poder
mágico: "Conocimiento del poder de los que están en los infiernos. Conocimiento de
sus acciones, conocimiento de los rituales sagrados de Re, conocimiento del
dinamismo oculto, conocimiento de las horas y los dioses, conocimiento de las
puertas y caminos por donde pasan los grandes dioses, conocimiento de lo poderoso y
lo destruido."
Re empieza su viaje a través del Primer Guión (u Hora) de Duat y se le representa
como un dios con cabeza de macho cabrío dentro de una capilla, siendo llamado
"Carne". Esta descripción destaca la forma infernal de Re, que al final se transmuta
en Jepri. Viaja en su barca solar y su tripulación consta de dos dioses en la proa
llamados "Abrecaminos" e "Inteligencia", así como de una diosa llamada la "Señora
de la barca" que lleva cuernos de vaca y un disco solar, el dios con cabeza de halcón
"Horus el Adorador" y, en los remos de dirección, cuatro divinidades llamadas "Toro
de la Verdad", "Vigía", "Voluntad" y "Guía de la Barca". A ambos lados de Re hay
grupos de divinidades que se muestran en cuadros individuales; por ejemplo, hay dos
grupos de mandriles, que le abren las puertas a Re y le cantan cuando entra en los
infiernos, y doce diosas serpientes que iluminan en la oscuridad.
Re navega hasta la Segunda Hora de la noche donde establece los derechos
territoriales del dios del grano de la región de Uernes. La Tercera Hora es cuando Re
hace que Osiris vuelva a la vida al darle a "Voluntad" e "Inteligencia" (energía para
decidir y actuar). En el Cuarto Guión aparece un motivo característico en forma de
pasadizo inclinado con dos puertas abiertas. Hay serpientes guardianas, alguna del
reino de los seres mitológicos que tiene cabeza humana y cuatro patas cortas, o tres
cabezas de serpiente y dos alas. Que estas serpientes no harán daño a Re o a su
séquito viene confirmado por los epítetos mágicos que indican que son
autosuficientes en comida: "que viven del aliento de su boca" o "que viven de la voz
de los dioses que guardan los caminos". El pasadizo es el camino a los infiernos por
la entrada tradicional de "Ro-setau" o "Puerta de los Pasadizos". Por medio de esta
ruta se accede al cuerpo de Sokar, un dios-necrópolis de Menfis, y a la tumba de
Osiris.
En la Quinta Hora Re ha llegado a una etapa crucial de su viaje que está llena de
imágenes de la resurrección. La barca solar es remolcada hacia una colina de la que
emerge una cabeza llamada "Carne de Isis que está encima de la arena de la tierra de
Sokar". Debajo aparece el interior de esta colina; a través del cual Re va a ser
remolcado. Su puerta está guardada por cuatro cabezas que lanzan llamas. Sobre el
lomo del leonino dios tierra bicéfalo Aker hay una bolita de arena. Surgiendo de ésta
está Sokar, de cabeza de halcón, de pie sobre el lomo de una serpiente con cabeza
humana en un extremo y tres cabezas de serpiente en el otro. Sokar es aquí
manifestación del cuerpo infernal de Re bajo una forma primitiva, animado por el
paso del dios Sol por encima. El cable de remolque está sujeto a la montaña por un
escarabajo que sale de una colina del desierto y que aparece en el registro superior de
la pintura. Isis y Neftitis en forma de cometas flanquean esta colina, que representa la
tumba desierta de Osiris. De nuevo el dios Sol vence a la muerte surgiendo de una
colina llamada "Noche" como el escarabajo Jepri —representación visual de la
creencia de los teólogos egipcios de que la vida y la muerte son un ciclo continuo sin
que uno suprima al otro. En esta imagen de la colina el dios Sol está contenido en
Osiris, pero no constreñido a la muerte "perpetua".
Durante la Sexta Hora, Re se para en su barca ante una representación sedente del
dios Tot, representado como un mandril que sostiene un ibis sagrado. El propósito de
Tot es fundar en el campo una ciudad para los dioses y para los reyes del Alto y del
Bajo Egipto. Aquí también se ve representado el cuerpo de Jepri rodeado por una
serpiente de cinco cabezas enroscada (el dios Sol visita su manifestación como
cadáver infernal). Todo esto tal vez parezca estrambótico para nuestra actual
racionalidad, por eso citamos algunas frases de una síntesis hecha por un estudioso
holandés llamado Kristensen que podrían aclarar el proceso de pensamiento de los
egipcios sobre la vida y la muerte:
… todo lo que vive y todo lo que crece es resultado de una inexplicable y completamente
misteriosa cooperación de factores heterogéneos… La Vida y la Muerte parecen ser opuestos
irreconciliables: sin embargo, juntas forman la vida imperecedera. Ninguna predomina; se alternan,
o mejor dicho, se originan la una a la otra. La vida del Universo es el conjunto de vida y muerte; en
ella se reconcilian fuerzas hostiles y abandonan su independencia individual… el Sol, cuando se
pone, no muere sino que alcanza la fuente oculta de su vida. Transformarse o llegar es la naturaleza
de Jepri… Cualquier resurgimiento acontece en y desde la muerte, que así manifiesta ser vida en
potencia. La oscuridad es cuna de la luz; en ella el Sol encuentra el poder para emerger… La vida
absoluta tiene su hogar en el reino de la muerte. (Citado por N. Rambova en A. Piankoff,
"Mythological Papirus: texts", Bollingen Series XL. 3, 1957, págs. 29-30)
A continuación se ven algunas escenas violentas en la Hora Séptima, mientras Re
navega. Protegido por la espiral de una serpiente aparece un dios llamado "Carne de
Osiris", frente al cual una divinidad con orejas felinas blandiendo un cuchillo ha
decapitado a los enemigos; entre tanto otra, el "Castigador", mantiene amarrados con
una cuerda a los rebeldes. Los oponentes de Osiris han sido capturados y aniquilados.
Ante Re en la barca solar aparece la escena de su archienemigo Apofis siendo
derrocado. Apofis es una serpiente gigantesca que simboliza la fuerza de la noexistencia
y una perpetua amenaza para el dios Sol, al que trata de tragar. A pesar de
la indestructibilidad de Apofis, las representaciones de las paredes de la tumba real
intentan derrotarlo por medio de la magia, de forma que, siempre que Re está cerca
de él, aparece en trance de ser destruido o sojuzgado. Allí la serpiente extendida a lo
largo ocupa en torno a 240 m. La diosa-escorpión Serket y el dios llamado "Director
de los cuchillos" agarran la cabeza y la cola de Apofis, cuya cabeza y cuerpo están
atravesados por hojas de cuchillo.
En la Hora Octava Re es remolcado, con nueve símbolos de su poder ante él en
forma de bastones antropocéfalos, anexo a los cuales hay un bulto del que sale un
cuchillo. Estos emblemas destruyen a sus enemigos. Alrededor hay compartimentos
dotados de puertas en los que varias divinidades se muestran acompañadas por el
signo del vestido de lino. Algunas de estas figuras son momiformes; otras están
sentadas y tienen cabezas humanas; otras tienen cabeza de toro, cabra, rata,
icneumón, cocodrilo o hipopótamo; mientras otras toman la forma de una cobra.
Responden a la llamada de Re cuando pasa por sus "cavernas" con una diversidad de
sonidos semejantes, por ejemplo, a los de los gatos, al de un ribazo desplomándose en
el curso del Nilo o a un nido de pájaros. En la Hora Nona Re se encuentra doce
cobras que escupen fuego, la cuales guardan a Osiris y "viven de la sangre de
aquéllos a los que matan". También navega ante dioses que llevan cetros de palmas y
que son responsables de los árboles o plantas para tallar.
En la Hora Décima aparecen símbolos de la inminente resurrección de Re al
amanecer. El escarabajo tiene el huevo del que Re surgirá por el Horizonte Oriental y
se muestran dos discos solares preparados para ser lanzados al cielo. Frente a la barca
solar, un séquito armado de doce dioses comprueban la seguridad de la aproximación
al Horizonte Oriental. Re se dirige a ellos: "Sed rápidos con vuestras flechas, haced
diana con vuestras lanzas y tensad vuestros arcos. Castigad a mis enemigos
acechándolos en la oscuridad junto a la puerta." La Hora Undécima representa
gráficamente la destrucción de estos enemigos infernales que son arrojados a pozos
de fuego, cada uno con una diosa escupiendo fuego en ellos. Estos enemigos son
presentados como cautivos atados, como almas destruidas, como sombras y como
cabezas cortadas. En un sexto pozo, más grande que los anteriores, aparecen cuatro
rebeldes cabeza abajo. Horus hace un discurso explicando esta enorme destrucción:
"…habéis caído en pozos ardientes y no podéis escapar… el cuchillo de la que dirige
la hojas de cuchillo os acuchilla, ella os corta en trozos y os despedaza. Nunca veréis
a los que viven sobre la tierra."
Ahora el disco sol ha llegado a la Hora Duodécima, y al clímax de su viaje por los
infiernos. La barca solar es remolcada al interior de la cola de una serpiente
gigantesca en cuyo cuerpo Re se desprende de su manifestación infernal y nace de la
boca de la serpiente como Jepri el escarabajo. En esta forma Re descansa sobre la
cabeza del dios aire Shu, cuyos brazos cierran los infiernos. Después Re navega
desde el Este en la barca diurna para "brillar entre los muslos de Nut".
Tabulación del avance del dios Sol en el Am-Duat


Guión Nombre de ciudad/región
infernal
Nombre de diosa de
cada Hora
1 Gran Ciudad Hendidora de las
cabezas de los
enemigos de Re
2 Campo de Uernes La Sabia, la Guardiana
de su Señor
3 Campo de los Dioses del Grano Cortadora de almas y
Agua de Osiris
4 Caverna de la Vida de las
Formas
Grande en poder
5 Caverna de Sokar Ella en su barca
6 Agua Profunda Hábil dirigente
7 Caverna de Osiris, Ciudad de
la Cueva Misteriosa
Rechazadora de la
Serpiente
8 Ciudad del Sarcófago del Dios Señora de la Noche
9 Ciudad de las Manifestaciones Adoradora Vivientes
10 Ciudad del Agua Profunda de
la Cueva Misteriosa
Decapitadora de los
rebeldes y de las
Orillas Escarpadas
11 Ciudad del Recuento de
Cadáveres
La Estrella,
rechazadora de
rebeldes
12 Caverna al final de la
oscuridad, Ciudad de la
Manifestación del Nacimiento
Contempladora de la
belleza de Re.
El Libro de las Cavernas
Esta última compilación glorifica al dios Sol como portador de la vida y la luz en
el reino de la oscuridad de los infiernos, concebido como una secuencia de cavernas.
Las pinturas representan a Re avanzando por Duat, iluminando las cavernas de los
dioses; también muestran los castigos de los enemigos y los rebeldes con horribles
detalles. La interacción de la buena suerte contra los justos castigos convierte al Libro
de las Cavernas en un cuadro psicológico. Se diferencia de otras composiciones
sobre los infiernos en la intensidad de la centralidad de la recompensa y el castigo.
Por encima de todo, el efecto que produce es el de recordar las vividas ejecuciones de
los enemigos, cuando tal vez los beneficios del viaje de Re deberían de acaparar toda
la importancia.
El comienzo muestra a Re de pie descendiendo a los infiernos, frente a una serie
de óvalos que contienen las figuras de los dioses y diosas. Cada óvalo es un sarcófago
que cubre un cuerpo al que el poder de Re puede dar vida durante el viaje. En la
Primera Caverna, Re demuestra su conocimiento de los nombres secretos para
guardarse del peligro y atacar identificando a las divinidades guardianas. Por
ejemplo, he aquí algunos de los términos que utiliza para dirigirse a tres enormes
serpientes:
"¡Picadora en tu caverna, terrorífica, sométete y cede! Entro por el Oeste para mantener a Osiris y
situar a sus oponentes en el lugar de ejecución.
Visión que atemorizas en tu caverna, a quien los que están en los infiernos entregan las almas del
lugar de destrucción…
El que rodea Rosetau para el gobernante de Duat…"
El nombrar a la serpiente y la afirmación de su propio poder posibilita a Re
avanzar por la caverna, saludando a las divinidades en sus sarcófagos. Al seguir su
camino, nuestros ojos desembocan en el registro inferior de la pintura, donde los
prisioneros atados y los enemigos decapitados están desfilando.
El castigo continúa en la Segunda Caverna en la que a algunos enemigos,
colocados cabeza abajo, se les han arrancado los corazones y los han puesto a sus
pies. Aquí el dios Sol se encuentra con algunos dioses en sus sepulcros, cuyas
cabezas son las de la musaraña y el siluro. Éstos son símbolos primitivos asociados
con Horus de Letópolis y Osiris. Avanzando en la TerceraCaverna, Re camina a
través de Aker, el dios tierra con forma de león de dos cabezas. Debajo está Osiris
representado como itifálico, para señalar su vuelta a la vida gracias a la luz de Re. Un
elogio de su belleza y de sus buenas obras le da al dios Sol la bienvenida a la Cuarta
Caverna.
En la Quinta Caverna Re presencia la aniquilación total de sus enemigos. Se
llenan varios calderos con cadáveres decapitados en posición invertida, con cabezas,
corazones, almas y sombras. Re se dirige a dos diosas que están junto a uno de los
calderos para cerciorarse de que los enemigos, tanto los antiguos como los
potenciales, serán ejecutados de igual modo: "Diosas de la llama poderosa, que
removéis los calderos con huesos, que quemáis las almas, los cadáveres, la carne y la
sombra de mis enemigos. Ved que paso junto a vosotras, que destruyo a mis
enemigos. Permaneceréis en vuestras cuevas, vuestro fuego hará que se calienten mis
calderos, vuestras almas no abandonarán este lugar ni se unirán a mi séquito." La
Quinta Caverna está visualmente dominada por dos grandes figuras que están puestas
en pie y que se extienden a lo alto de tres registros de pinturas. Entonces el dios Sol
se encontrará con "el Secreto", una representación de Nut, la diosa cielo, rodeada de
discos solares e imágenes de resurrección. Se encontrará igualmente con el Osiris
itifálico.
Pero ahora Re ha llegado a la Sexta Caverna donde sus enemigos están siendo
decapitados. Es hora de que deje atrás las matanzas, y la imagen del escarabajo
tirando del disco solar prevalece en los registros superiores de la escena final.
Remolcada hacia el Horizonte Oriental, la barca lleva a Re representado como el
escarabajo y el dios con cabeza de carnero. La transformación se produce de manera
que la forma de escarabajo del dios Sol luego se mueva hacia el Este, pero su cabeza
se ha mezclado con la imagen infernal de Re, por lo que vemos una criatura solar
híbrida que consiste en el cuerpo de un escarabajo y la cabeza de un carnero. Es un
momento de renacimiento y, por lo tanto, el símbolo del sol como un niño chupando
su dedo puede verse descansando su pie sobre el disco solar a punto de emerger de la
Montaña Oriental.
El Libro de las Puertas
Esta composición es una de las presentadas de forma más dramática en las tumbas
reales, de manera especial por su motivo recurrente de una serpiente gigante lanzando
fuego cuando guarda una puerta en Duat. Un prólogo sitúa el comienzo del viaje del
dios Sol en las montañas del Desierto Occidental, de donde Re pasa a los infiernos
por una puerta protegida por una serpiente. Re es representado como antropomorfo
hasta los hombros, coronados por una cabeza de carnero y por el disco solar, portando
el cetro de soberanía. El título que se le da es el de "Carne de Re", su manifestación
corpórea infernal. Está de pie en su barca solar, en una capilla rodeada por una
serpiente con gran número de anillos, llamada "Mehen" o la "Que Rodea". También
están en la barca dos cualidades personificadas del dios Sol, representadas como
figuras humanas masculinas de pie, en la proa está Sia o "Inteligencia"/"Percepción",
mientras en los remos de dirección está Heka o "Magia". La barca papiriforme es
remolcada por cuatro habitantes de los infiernos. Éste es el tema común que aparece a
lo largo de todo el Libro de las Puertas, ya que en el registro central se muestra el
viaje del dios Sol a lo largo del río de Duat. Los registros superior e inferior nos dan
una visión de la actividad en las dos orillas del río. En este Primer Guión, "Carne de
Re" es remolcado por delante en su forma de Atum, dios creador de Heliópolis, que
está supervisando la destrucción de los enemigos que yacen postrados ante él, o que
desfilan formando una línea de cautivos atados. Sus pecados se concretan en
blasfemias contra Re, asesinato y perjurio. Atum les dice a estos criminales:
"… Soy el hijo nacido de su padre, soy el padre nacido de su hijo [es decir, Atum y Re están juntos
en un ciclo continuo de renovación]. Estáis atados con fuertes cuerdas… Vuestros cuerpos serán
despedazados, vuestras almas serán inexistentes. No veréis a Re en sus manifestaciones cuando
viaje por la región secreta."
Las puertas, como aquélla por la que ahora pasa Re para entrar en el Segundo
Guión, son enormemente estilizadas pero indican claramente que son dobles
bastiones robustos y almenados, con adornos conocidos como los "Jejeru", que hacen
su aparición históricamente en el conjunto de la pirámide escalonada del rey Dyoser
en Saqqara (hacia 2600 a. de C.). Nueve dioses momiformes están puestos en fila en
las murallas exteriores de la puerta con un guardián especial en la entrada y salida del
pasadizo que hay entre los bastiones. Una cobra que echa fuego se alza sobre cada
torre de la puerta, mientras una serpiente erguida sobre su cola se extiende desde el
suelo hasta lo alto de la muralla, guardando la puerta verdadera. Cada una de estas
divinidades protectoras tiene un nombre, de modo que el dios Sol sólo tiene que
pronunciar sus nombres, que conoce por su sabiduría oculta, para pasar sin riesgo a la
región que está más allá de la puerta. En el Segundo Guión, "Carne de Re" saluda a
doce dioses de la cebada que surgen de un lago de fuego, el cual actúa como fuerza
disuasoria contra los pájaros, aunque, por arte de magia, no daña al grano. La barca
del dios Sol se ve en el momento en que rebasa una vara cuyos extremos son cabezas
de toros; ésta representa la Barca de la Tierra. Así se muestra el poder de Re para
superar todos los obstáculos pudiendo autotransformarse. En la orilla, Atum se apoya
sobre su bastón delante de Apofis, la serpiente infernal enemiga de Re que aquí ya
está derrotada, enrollada y sin esperanza.
El dios Sol es remolcado a través de la Tercera Puerta a una región en la que se
ven unos dioses chacales y cobras guardando los lagos. Los dioses chacales protegen
el Lago de la Vida de los habitantes de los infiernos porque es sagrado y exclusivo
del dios Sol. El Lago de las Cobras guarda la llama con que los enemigos de Re son
aniquilados. También en esta región "Carne de Re" pasa ante una serpiente
intrincadamente enrollada llamada Hereret. La serpiente está en un hoyo, a cuyos
lados aparecen las diosas descritas como las "Horas de los Infiernos". Su tarea es
tragarse lo que Hereret pudiera exudar o parir, de modo que se convierta en
inofensiva.
En el Cuarto Guión pueden verse una serie de doce dioses en la orilla llevando
una larga cuerda con una gran parte de ella aún sin enrollar. Su tarea es medir las
cosechas y repartir los campos asignados entre los habitantes de los infiernos. Hay
acuerdo general en las inscripciones de que la tarea se ha hecho de forma
satisfactoria. En la otra orilla el dios Horus, apoyado en su bastón, es precedido por
seis figuras masculinas a las que las inscripciones dividen en las cuatro razas
tradicionales de la humanidad, tal como las percibían los egipcios: Cuatro Hombres
—este es el "rebaño de Re" en Duat, en Egipto y en los desiertos, es decir, los únicos
elementos de la raza humana que pueden llamarse egipcios; los Cuatro del Oriente
Medio— son los habitantes de Palestina y Siria a los que creó, según se dice, la diosa
leona Sajmet; los Cuatro Nubios —que representan a los habitantes sedentarios y a
las tribus nómadas de las regiones al sur de la frontera natural de Egipto en la Primera
Catarata del Nilo en Asuán; y los Cuatro Libios—, la diosa Sajmet también creó a las
tribus del Desierto Occidental y de la ribera marítima mediterránea a lo largo de la
costa libia.
La "Carne de Re" es remolcada por la Quinta Puerta e inmediatamente entra en la
Sala de Osiris. El dios Osiris, gobernante de Duat, está entronizado sobre un estrado y
lleva el cetro curvo y el "anj", el signo de la vida. Ante él y sobre los hombros de una
deidad momiforme hay un par de balanzas para pesar los corazones de los que buscan
morar en Duat, para juzgar si sus vidas terrenales han sido suficientemente
irreprochables como para obtener este privilegio. En una barca papiriforme un cerdo
está siendo apaleado por un mono, lo que simboliza la humillación de Set, el enemigo
de Osiris. Pasada esta sala del Quinto Guión, el dios Sol observa la derrota de Apofis
que es llevado por doce dioses. Del cuerpo de Apofis salen cabezas humanas que
representan a sus víctimas, a las que Re vuelve a la vida. Se describe a Apofis como
"sin ojos, sin nariz, resollando por sus bramidos, viviendo de su propio griterío" para
simbolizar su propia incapacidad para la destrucción. Más adelante todavía, doce
dioses tiran de una cuerda enrollada en la boca de una divinidad llamada Aken,
representando cada vuelta de la cuerda una hora de los infiernos.
"Carne de Re" está ahora en el Sexto Guión, siendo remolcado hacia unas varas
coronadas por cabezas de chacal a las que los enemigos han sido atados, listos para
ser decapitados. En una orilla hay algunos dioses cuidando espigas de grano y
segadores con hoces para proporcionar ofrendas de buena comida y cerveza al dios
Sol y a Osiris. Tras la Séptima Puerta hay unos dioses llevando una cuerda, de la que
surgen emblemas como látigos, halcones, cabezas humanas y estrellas. Esos dioses
crean los misterios en honor de Re, pero las inscripciones no nos permiten conocer
detalles.
En contraste con el Séptimo Guión, la región que está tras la Octava Puerta
proporciona a "Carne de Re" una agitadísima actividad. En la orilla ve a los doce
dioses que forman un consejo para abastecer de comida en su isla de la Llama a
nueve almas, representadas con cuerpos de pájaros pero con cabeza y brazos
humanos. Re se acerca a su manifestación como Atum, que está apoyado en su bastón
contemplando un estanque en el que los hombres están representados en posición
postrada. Éstos son los dioses de las aguas asociados al Diluvio Primordial. Re los
hace capaces de moverse, respirar y nadar, para que no se queden estáticos en el
elemento en el que se supone que ejercen una benéfica influencia. En la otra orilla
Horus está llevando a los enemigos de Osiris hasta una serpiente que arroja fuego,
con dioses momiformes que salen de sus anillos. Esos enemigos han manchado las
ceremonias del templo del dios, por lo que Horus exhorta a la serpiente a "abrir sus
fauces, arrojar llamas… quemar sus cadáveres, destruir sus almas con la
conflagración".
En el Noveno Guión "Carne de Re" sigue a unas deidades blandiendo redes y a
unos lanceros preparados para aniquilar a Apofis, que está esperando acostado en el
sendero del dios Sol. En la orilla ve las coronas del Alto y del Bajo Egipto y, sobre el
lomo de una criatura heráldica con forma de león, a un dios llamado "Sus dos caras",
el cual tiene las cabezas de Horus y Set sobre su cuello. Esto simboliza la pacífica
unión del norte y el sur de Egipto, sugiriendo la ausencia de conflicto entre los dos
enemigos tradicionales.
Tras la Décima Puerta, "Carne de Re" se une a una procesión en la que viaja otra
barca con una cabeza masculina con la cara vuelta hacia adelante. Es la "Cara del
Disco", un elemento del propio dios Sol en el viaje de renacimiento. En la orilla se ve
un dramático encadenamiento de la serpiente Apofis. Su cabeza está atada por la
diosa escorpión Serket, que se estira en toda su longitud a lo largo de la cadena.
Dieciséis dioses están sobre el lomo de la serpiente sosteniendo la cadena, y son
apoyados en su labor por puños macizos que salen del suelo (uno no puede correr
riegos con una criatura tan feroz). En el extremo de la cola de Apofis está Osiris, ante
el cual se yergue el cuerpo de la serpiente para mostrar cuatro crías de serpiente
encadenadas. Y aún se proporciona más vigilancia situando a cinco figuras sobre su
último anillo, las cuales representan al dios tierra Geb y a los hijos de Horus.
En el Undécimo Guión, además de la derrota y encadenamiento de Apofis, cuatro
mandriles anuncian el acercamiento de Re al Horizonte Oriental. En cuanto al
Duodécimo Guión, cierra el eterno ciclo del sol. De su agua primordial el dios Nu
hace surgir una barca en la que viaja el dios Sol en forma de Jepri el escarabajo y en
forma de disco. Encima de Nu, la diosa cielo se inclina hacia abajo, con sus pies
descansando sobre la cabeza de Osiris representando a Duat. Para destacar la
realización con éxito de su viaje, un disco solar despunta en la arena del desierto en el
lugar en el que surgirá Re al amanecer.
Las tres complejas composiciones religiosas que acabamos de narrar son
enigmáticas en principio para la mentalidad moderna. Pueden considerarse como una
mezcolanza de inscripciones mutiladas y una lista de nombres sin fin, pero, por
supuesto, el viaje sin estorbos del dios Sol a través de Duat era una de las piedras
angulares de las creencias egipcias. Tras las ejecuciones de enemigos, la destrucción
de Apofis, las divinidades momiformes y los dioses en sus sarcófagos, está el reino
de la vida. Duat no es, pues, una región de desesperación, y por ello los antiguos
egipcios no se harían eco de los versos de este poema:
Esta es la tierra de los muertos
esta es la tierra del cactus
aquí las imágenes de piedra
son levantadas, aquí reciben
la súplica de la mano de un hombre muerto
bajo el centelleo de una estrella que se apaga.
(T. S. Eliot, The Hollow Man)
Estos oscuros sentimientos deben rechazarse porque en Duat está la mezcla de
dos grandes dioses, Re se convierte en Osiris, y Osiris en Re. El dios de los infiernos
es la forma anterior del dios Sol del que el Sol nace de nuevo. En el ensalmo 17 del
Libro de los Muertos encontramos la siguiente afirmación y una glosa explicativa:
"Yo soy el Ayer, Yo soy el Mañana
¿qué significa esto?
Osiris es el Ayer y Re es el Mañana."
El paso de la "Carne de Re" a través de Duat es un proceso de dotación de energía
del dios Sol para convertirse en Jepri y renacer. La vida y la muerte son un continuo,
engendrando cada una eternamente a la otra.
Tabulación del viaje del dios Sol en el Libro de las Puertas
Guión Serpiente Guardiana Nombre de la puerta
1 Guardiana del Desierto El del nombre oculto
(Osiris)
2 Envolvente De Llama intensa
3 La que pica Señora de la Nutrición
4 Cara de la Llama La de la Acción
5 Ojo de Fuego Señora de la Continuidad
6 Movimiento del Ojo Trono de su Señor
7 Ocultación del Ojo La que destella
8 Cara de Fuego Rojo Vivo
9 Colmillo de la Tierra Exaltada por la Veneración
10 La que deslumbra Sagrada
11 La que fluye De acceso oculto
12 La del amanecer y
envolvente
De Poder Sagrado




No hay comentarios:

Publicar un comentario