miércoles, 6 de marzo de 2019

LLAMAR

Un hombre se había enamorado locamente de una mujer, pero su unión era
imposible. Se lamentaba noche y día, sin comer ni dormir. El amor lo había
transformado en un vagabundo. Y sus tormentos eran interminables.
¿Por qué se presenta el amor al principio como un verdadero asesino? Es para que
se pueda distinguir a los que no son realmente enamorados.
Cada vez que nuestro hombre intentaba enviar un mensaje a su amada, el portador
del mensaje, dominado por los celos, omitía entregarlo a su destinataria. Había
intentado también atar una carta al cuello de una paloma, pero el calor de sus palabras
había quemado las alas del ave.
Esta situación duró siete años. Soñaba sin cesar con el instante de su unión. El
profeta dijo: «¡Si llamas, se te abrirá!». Y nuestro enamorado llamaba a la puerta con
todo su corazón.
Una noche, cuando había entrado en el jardín y se ocultaba para no ser
descubierto por el guarda, encontró a su amada. Se puso entonces a rogar a Dios que
colmase de favores a ese guarda que le había ayudado a encontrar a su amada.
Cuando las piernas se han roto, Dios nos ofrece alas. Puede, incluso, abrir una
puerta en el fondo de un pozo. Si miras con Dios una cosa desagradable, esa cosa se
convertirá en un favor para ti.

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