Un hombre entregaba mucho oro por trabajos bien hechos. Pero esperaba a que lo recompensaran.
Una vez su Maestro le envió una piedra con el mensaje: “Acepta la recompensa, el Tesoro de la estrella lejana.”
El hombre se indignó: “En lugar de mi oro se me envió una piedra. ¿Qué me importa una estrella lejana?”
Y abatido tiró la piedra a un arroyo en la montaña.
Mas el Maestro vino y dijo, ¿Cómo encontraste el tesoro? En la piedra había el diamante más precioso, más brillante que cualquier otra gema.”
El hombre desesperado corrió hacia el arroyo. Y siguiendo la corriente descendió cada vez más abajo.
Mas el ondeo de las olas escondieron por siempre el tesoro.
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