A pocos kilómetros de la ciudad de lea se encontraba
sentada una mujer rubia; con los cabellos hasta la cintura
y mirándose en un espejo, siempre permanecía allí. Cierta
vez, un caminante se perdió de su ruta y fue a dar a ese
lugar. Fue bajando los cerros hasta llegar a las palmeras
donde se quedó contemplando a la mujer; entonces el caminante
quiso ir adonde ella estaba, para preguntarle el
motivo por el cual se encontraba tan sola en esos lugares;
al intentarlo, ella se dio cuenta, y como nunca había visto
a ninguna persona se asustó y empezó a correr, tal fue el
miedo que sintió que se le cayó el espejo que tenía, y del
espejo se formó la laguna de la Huega.
esta muy cursi
ResponderEliminarPues yo creo q está buena la leyenda ,aunque es un poco corta
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