El cazador que se interna por primera vez en la selva,
suele ser sorprendido por unos extraños ruidos como los
que se producen al golpear en un cajón vacío; son los
golpes dados por el Sacha Runa63 en la aleta de un árbol,
para conocer el ánimo del cazador. Si este no se asusta
ante esos ruidos, el Sacha Runa trata de atemorizarlo y
confundirlo con otras manifestaciones; hace que se presenten,
por ejemplo, a la vista del cazador manadas de
monos o de jabalíes, con el fin de que este, con el incentivo
de la caza, los persiga por el interior de la selva y se
desoriente y pierda la ruta. Si el cazador sale sin novedad
de estas pruebas y otras más, el Sacha Runa hace caer
una terrible tempestad, con viento, lluvia, rayos y truenos,
hasta obligarlo a regresar a su casa, sin cazar un solo
animal, pues por más que dispare contra uno de estos, no
acierta a alcanzarle. Es que el Sacha Runa lo ha shingureado
(«influenciado en su voluntad para que no pueda
realizar lo que se propone»).
El cazador llega a su casa enfermo, con fiebre alta y
fuertes dolores en todo el cuerpo. Pasada esta enfermedad,
el cazador queda apto para ir a cazar en la selva y el
Sacha Runa ya no lo molesta.
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