Está al descubierto el gas destructivo del planeta. Está contenido en el oro puro. Uno debe mantenerlo alejado.
Mayormente las piedras y los metales naturalmente atan al hombre con el fondo del planeta y se convierten en nidos de contagios. El culto ampliamente extendido al oro nos ha obligado a que le pongamos atención. Por medio de investigaciones complicadas, se hicieron intentos de aplicar la acción del oro a distintas manifestaciones de Fuerzas Cósmicas. No hay duda que este metal fue saturado con poderosas emisiones de luz. Y las vetas de oro transmiten la luz astral al fondo de la tierra. En consecuencia, si el mundo astral estuviera bien ordenado, el rol del oro podría ser incluso benéfico. Pero, precisamente este conductor se puede convertir en una mecha y explotar. Uno puede imaginar lo fácil que este metal puede transmitir este gas color café que ha sido hecho denso para el horror del mundo astral. Y el espíritu hará su aparición como un agente reventador y como un ímpetu para los volcanes.
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