Cuéntase que Añá (el diablo) vio hacer a Tupá, el mainumby (el
colibrí) y se propuso imitarlo. Púsose el diablo en la tarea, acaso con la
mira secreta de crear un pajarito más primoroso que el concluido por
Tupá. Cuando terminó su obra y vio sin duda que era bella, la arrojó
al espacio para que ensayara el vuelo, pero el colibrí hecho por Añá,
en vez de volar, cayó al suelo y salió saltando grotescamente sobre el
césped.
Por eso el sapo, abortado picaflor, sin alas, se arrastra sobre la tierra.
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