sábado, 23 de marzo de 2019

LOS ESCRIBAS

Cayó la noche.
Cristo se sentó en el umbral.
Pasó un escriba y preguntó, “¿Por qué estás en el paso?”
Cristo respondió, “Porque Yo soy el umbral del espíritu. Si tu quieres pasar, lo tendrás que hacer a través de Mí.”
Otro escriba preguntó, “¿Es verdad que el hijo de David se sienta con los perros?”
Cristo respondió, “Ciertamente que estás difamando a David, Mi Padre.”
Se puso obscuro y otro escriba preguntó, “¿Por qué estás sentado allí como si estuvieras temeroso de tu casa?”
Cristo respondió, “Estoy esperando que la obscuridad de la noche me libere de verte. Verdaderamente, obscuridad, parte a la obscuridad.”
Entonces levantándose, Él señaló al Monte Moria en donde estuvo situado el Templo y dijo, “Mi abuelo creó el Templo de piedra pero Él se sienta bajo el lino de la tienda.”
El escriba dijo, “Hombre desquiciado, Él cree que Salomón vive todavía.” Y ellos partieron en ignorancia.
Luego después María salió de la casa y viendo a Cristo dijo, “Maestro, comparte nuestro alimento nocturno.”
Cristo respondió, “El regalo del corazón brilla en la obscuridad.”

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