Huatuscalla y Ccaser son dos cerros que se encuentran
a veinte kilómetros de la ciudad de Huanta. Huatuscalla es
un cerro bastante alto, a cuya cima dicen que la gente no
puede llegar, y si con gran osadía alguno lo logra, le es ya
imposible volver, porque desaparece el camino por donde
llegó, y todo en su derredor se cubre de espinas y vidrios.
Por este cerro debía pasar la carretera que uniría Huanta
con el distrito de San José, pero la obra de los ingenieros
se vio obstaculizada, porque con mucho trabajo hacían un
trecho de carretera y al día siguiente encontraban que el
cerro se había derrumbado, y destruía toda la carretera. A
este respecto los vecinos dicen que una noche oyeron que
Huatuscalla le habló a Ccaser (cerro que queda frente al
primero) y le decía: «Aconséjame, no sé qué hacer, porque
con sus excavaciones ya me están por herir el corazón».
Ccaser (contestando): «Tiyaylla tiyay» («Desplómate
nada más, derrúmbate nada más»).
Huatuscalla (al día siguiente): «Ya no puedo más, ya me
han herido mucho y si me rompen el corazón me robarán
todos mis tesoros».
Ccaser: «No seas tonto, no te dejes robar tus riquezas,
mándamelas que yo te las guardaré».
Efectivamente, a las doce de la noche, se abrió una
puerta en cada cerro, y las puertas quedaron frente a frente;
luego se tendió un puente larguísimo uniendo ambas
puertas; entonces aparecieron misteriosos soldados vestidos
de rojo que trasladaron todas las riquezas de Huatuscalla
a Ccaser, en burros y llamas. Y cuando hubieron
concluido el trabajo, desapareció el puente; se cerraron las
puertas. Desde aquel día Huatuscalla ha quedado con cólera,
y espera el día de vengarse, y por eso se derrumbó en
parte, en el mes de noviembre del año 1945, obstruyendo
el curso del río Mantaro.
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