Un día, un hombre rico y generoso preguntó a un derviche:
«¡Oh, sufí! dime: ¿prefieres que te dé enseguida una moneda de oro o que te dé
tres, pero mañana?».
El derviche respondió:
«¡Si me hubieses dado ayer media moneda de oro, habría quedado más satisfecho
que con una moneda de oro hoy o con cien monedas mañana!».
Una bofetada dada al instante vale más que un favor esperado. He aquí mi cuello:
¡Dame una bofetada si quieres, pero hazlo enseguida!
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