sábado, 23 de marzo de 2019

EL ORIGEN DEL FUEGO EN LA INDIA ANTIGUA

En la mitología védica, se dice que el fuego fue traído del
cielo a la tierra por Mátarisvan, quien en esa medida se corresponde
con el Prometeo griego. Era mensajero de Vivasvant, el
primer sacrificador, y trajo el fuego con intención de que fuera
usado en el sacrificio; ya que, en opinión de los poetas védicos,
la utilidad primordial del fuego no es calentar al hombre y
cocinar su comida, sino consumir el sacrificio ofrecido a los
dioses.1 Así, en el himno del Rigveda dedicado conjuntamente a
Agni (el fuego divinizado) y a Soma (planta deificada, que es
fuente de un licor embriagante), se dice:
Oh, Agni y Soma, vosotros dos cooperando habéis encendido las
luminarias del cielo.
De la maldición y el reproche, oh Agni y Soma, liberad a los ríos
que estaban encadenados.
A uno de vosotros (a saber, Agni) trajo Mátarisvan del cielo, y el
Halcón bajó al otro (esto es, Soma), de los montes.2
Y nuevamente, en un himno dedicado en exclusiva a Agni,
leemos:
El que vaga a su entero antojo, Agni, está aquí oculto a nuestra
vista.
A él trajo Mátarisvan de lejos, producido por fricción, por manos de
los Dioses.3
Y en otro himno dirigido a Agni sólo, está escrito:
El Poderoso lo cogió en el seno de las olas: y el pueblo confió en el
Rey que debía ser alabado.
Como enviado de Vivasvân, Mátarisvan trajo a Agni Vaisavánara
hasta aquí de lejos.4
Igualmente, en otro himno dirigido a Agni sólo, se dice:
Que Mátarisvan, rico en riquezas y tesoros, y detentor de la luz,
encuentre un camino para sus retoños.
Guardián de nuestro pueblo, Padre de tierra y cielo. Los dioses
poseyeron a Agni el dador de riquezas.5
Así mismo, en otro himno dedicado sólo a Agni, leemos:
Tan grande como la presencia de la alada Mañana es para el que
vive junto a nosotros, Mátarisvan.
Es lo que el Bráhman hace cuando se acerca al sacrificio y se siente
a los pies del Hotar.6
Y en un himno dirigido a Visvedevas, se dice:
Dos perfectas fuentes de calor colman la trinidad (Threefold), y
descienden porque su deleite es Mátarisvan.
Deseando vehementemente la leche del cielo, se hacen presentes
los dioses: bien conocen ellos la canción de alabanza y el Sáman.7
En las referencias de los poetas védicos a Mátarisvan su
personalidad aparece mal definida; pero, como su contrapartida
griega, Prometeo, parece haber sido concebido, no como un
hombre sabio que revelara a los demás humanos el fuego, sino
como un semidiós que bajó el fuego del cielo, aunque no hay el
menor atisbo de que ello supusiera un robo a los dioses.8 A
veces, el Rigveda parece querer identificarlo con Agni, esto es,
con el Fuego, del que en otras partes se lo distingue.9 En el
Atharvaveda, las Brahmanas y en toda la literatura india posterior,
el nombre de Mátarisvan, por un curioso cambio de significado,
viene a designar al viento (Vayu); pero en este sentido
nunca aparece usado en el Rigveda.10
Si preguntamos a que fenómeno natural puede corresponder
Mátarisvan, la más probable respuesta parece ser que fuera en
un principio la personificación del rayo que, descendiendo del
cielo, prende fuego en la tierra. Semejante interpretación parece
aceptada por algunos doctos estudiosos.11 Tal vez la leyenda
griega de Hefestos caído de los cielos12 pueda haber sido una
expresión mítica del mismo fenómeno natural y con frecuencia
repetido. De ser así esto, podríamos esperar hallar a Hefestos
figurando como el portador del fuego a los hombres en la mitología
griega; pero ningún mito de este tipo, hasta donde puedo
saber, ha llegado hasta nosotros, aunque, según Platón, como ya
hemos visto, fue de la forja de Hefestos de donde Prometeo
robó el fuego que luego concedió a los hombres.13

No hay comentarios:

Publicar un comentario