sábado, 23 de marzo de 2019

EL MENSAJERO DE LA LUZ

Cuenta una antigua leyenda:
Desde un mundo lejano llegó un Mensajero a otorgar a los hombres Igualdad, Hermandad y Alegría.
Los hombres habían olvidado desde hacía mucho tiempo sus canciones. Ellos permanecían es un estupor de odio.
El Mensajero expulsó a la obscuridad y a la sensación de agobio del ser humano, destruyó la contaminación y levantó el júbilo por el trabajo. Frenó el odio y la espada del Mensajero permaneció en la pared.
Mas todos se callaron y no pudieron cantar.
Entonces el Mensajero reunió a los niños pequeños y los llevó al bosque y les dijo, “Estas son sus flores, sus arroyos, sus árboles. Nadie nos ha seguido. Voy a descansar – y sean ustedes llenos de gozo.”
Acto seguido y de manera tímida ellos avanzaron hacia el bosque. Al fin, el más pequeño de ellos permaneció en el pasto, completamente extasiado contemplando los rayos del sol. En ese momento una oropéndola amarilla empezó a cantar. El pequeño siguió el canto, primero con susurros; pero pronto, exclamó gozosamente, “¡El sol es nuestro!”
Uno por uno, los niños retornaron al pasto y un nuevo himno a la luz empezó a sonar.
El Mensajero dijo, “El hombre ha empezado a cantar nuevamente. ¡Vengan, la hora ha llegado!”

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