En el camino de Carrera existe un hueco en el cual,
según cuentan los antiguos, está oculto un becerro de oro
cuyo excremento es también de oro, y su baba, de plata.
Este becerro pertenecía a un brujo, quien le guardó durante
toda su vida en un baúl. Mas cuando el brujo murió,
el becerro salió de la caja donde estaba guardado y se
escondió en el hueco o agujero de Carrera. Para sacarlo y
apoderarse de él se necesita mucho coraje, pues hay que
librar una feroz batalla con el animal.
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