Creían los indios de Yucatán que había un dios único, vivo y verdadero,
que decían ser el mayor de los dioses, y que no tenía figura ni
se podía representar por ser incorpóreo. A éste llamaban Hunab Ku, y
decían que de él procedían todas las cosas; y como era incorpóreo no
lo adoraban con imagen alguna, ni la tenían de él. Tenía un hijo a quien
llamaban Hun Itzamná o Yax Coc Ah Mut.
Este dios era mayor que todos los otros, y le llamaban también
Kinch Ahau. Era casado y su mujer fue inventora del tejer las telas de
algodón con que se vestían. Por eso la adoraron por diosa, y la llamaban
Ix Azal Voh. El hijo del dios único, que llamaban Itzamná, tengo
por cierto fue el [mismo] que entre ellos inventó primero los caracteres
que servían de letras a los indios; porque a éste le llamaban también
Itzamná, y lo adoraban por dios.
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