miércoles, 6 de marzo de 2019

EL ARCO

Un guerrero, armado de la cabeza a los pies, dirigía su caballo hacia el bosque. Al
verlo llegar, tan altivo, un cazador se asustó. Tomó una flecha y tensó su arco.
Al verlo así, dispuesto a disparar, el caballero le gritó:
«¡Detente! No te fíes de las apariencias. La verdad es que soy muy débil. Cuando
llega la hora del combate, estoy más asustado que una vieja».
El cazador le dijo entonces:
«¡Vete! Afortunadamente, me has advertido a tiempo. ¡Si no, habría disparado
contra ti!».
Las armas son, para muchos, la causa de la muerte. Puesto que tú eres miedoso,
abandona tus flechas y tu espada.

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