Cuentan que junto al lago Cusimayo habitaba un pueblo
que desapareció a raíz de un cataclismo. Alrededor del
lago se oían los gritos de los náufragos, que pedían auxilio
diciendo «¡Soga! ¡Soga!». Un indio que en ese momento
pasaba por allí oyó los gritos y pensó que algo extraño había
sucedido en su ausencia. Al instante una voz misteriosa lo
enteró de todo lo acontecido; y los náufragos fueron saliendo
uno a uno en forma de pájaros, que comían las hojas de
los renacos que crecen en las orillas del lago. Al ver esto el
indio, que estaba muerto de hambre, comió los frutos de los
renacos y se convirtió en huancahui, pájaro grande de alas
plomas y de ojos rojos que parecen dos carbones encendidos.
Desde entonces los moradores que habitan en los alrededores
de dicho lago temen el canto de esta ave, porque
dicen que el canto de este pájaro anuncia la muerte,46
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