domingo, 24 de marzo de 2019

El árbol que quema (San Martín)

En la selva hay un árbol llamado hítil, que tiene la
propiedad de quemar a la gente que lo toca o pasa cerca
de él sin saludarlo. Su tallo está cubierto de granulaciones
rojizas, semejantes a las ampollas o ronchas que produce
en la piel una quemadura.
La persona quemada por este árbol se cubre de ronchas,
se le hinchan la cara, las orejas, los pies y las manos, tiene
fiebre alta y solo sana bañándose durante una semana con
infusión de hojas de paico o de papayo. Aunque dicen que
puede curarse inmediatamente, haciendo el simulacro de
ahorcarse en el mismo árbol que lo quemó; a medida que
va realizando el simulacro dirá al árbol: «Yo soy hítil y tú
(le dará su nombre)»; y correrá a su casa, sin mirar atrás,
apenas se rompa la débil soga con la que fingió ahorcarse.
Por eso, la gente que anda en la selva, al descubrir al
hítil, lo saluda respetuosamente: «Buenos días (o buenas
tardes), señor hítil». Y el árbol se queda contento, pudiendo
la persona tocarlo, y hasta cortarlo, sin ningún
peligro.4'

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