Este era un padre que tenia dos hijos que se llamaban Pedro el Listo y Juan el Tonto. Y como estaban muy pobres, uno de ellos tenía que ir a trabajar. Y el padre le dijo a Juan que fuera primero a ver si alguien lo quería pa criao de servir.
Se marchó Juan camino alante y llegó a una casa y llamó en la puerta y preguntó si hacía falta un criao. Le dijeron que sí, que entrara a hablar con el amo. Y ya salió el amo y le dijo que le nacía falta un criao, pero que él tenía la costumbre de hacer un contrato que el que se enfadara primero tenía el otro que sacarle una tira de pellejo desde el cogote hasta los pies. Juan dijo que estaba güeno y entró de criao en la casa.
Por la noche lo puso el amo en una cámara llena de harina y le dijo que tenía que cernerla toda. Y el pobre de Juan el Tonto, como no pudo hacerlo, se echó a dormir.
Y al otro día cuando vino el amo a ver si había cernido ¡a harina, halló a Juan durmiendo y le arrimó una güenos palos. Entonces Juan despertó muy enfadado y empezó a insultar al amo. Y el amo le dijo: "¿Qué, te enfadas?". Y el otro le contestó: "Sí que me enfado. ¡Cómo no me he de enfadar si cuando me despierto me está usté dando palos?". Y entonces el amo le dijo: "¡Entonces a la correa!". Y le sacó una correa de pellejo desde el cogote hasta los pies.
Juan se fue entonces pa su casa y les contó a su padre y a su hermano lo que le había pasao. Y Pedro el Listo le dijo: "¡Qué tonto eres! Ahora yo voy a trabajar con ese hombre y verás cómo yo le saco la correa a él".
Conque se marcha Pedro el Listo camino alante y andando, andando, llega a la misma casa ande había servido su hermano y llama a la puerta. Y salen y preguntan si hace falta un criao. Y ya le dicen que sí y el amo sale y le dice lo mismo que al otro, que tiene la costumbre de hacer un contrato que el primero que se enfade le saque al otro una tira de pellejo desde el cogote hasta los pies. Y Pedro el Listo dice que está conforme y se queda de criao de servir. El amo lo lleva a la cámara de harina y le dice que para otro día tiene que estar toda la harina cernida. Y espera Pedro a que todos se duerman y entonces echa toda la harina por la ventana. Y otro día muy temprano se asoma la hija del amo por la ventana de su cuarto y dice: "¡Ay, que ha nevao!".
Y ya se levanta el amo y va a ver qué ha ocurrido.
Y cuando ve lo que ha pasao le pregunta a Pedro: "Pedro, ¿qué has hecho?". Y Pedro le dice: "Se enfada usté?". Y el amo, como no quiere que le saque la tira de pellejo, dice: "No, no me enfado. Pero ya ves que me has estropeao toda - la harina. No me enfado, pero digo".
Y ese día el amo le dijo a Pedro: "Hoy vas y me traes unos sarmientos ni muy verdes ni muy secos".
Y va Pedro y arranca los mejores sarmientos de la viña del amo y se los trae. Y cuando Pedro se los entrega le dice al amo: "¡Ay, Pedro, que me has estropeao la viña!". Y Pedro le dice: "¿Se enfada usté, señor amo?". Y aquél le contesta: "No, no me enfado, pero digo".
Y entonces le dijo: "¡Ahora me vas a hacer una tapia color carne, color pulga y color blanco". Güeno, pues entonces va Pedro ande está el liato de ovejas del amo y las mata a todas. Y entonces les quitó las pieles y fue y hizo la tapia. La lana era el color pulga y el color blanco, y lo de adentro era el color de carne. Y llega el amo y ve lo que ha hecho Pedro y le dice: "¿Qué has hecho, Pedro? Me has estropeao mi hato". Y Pedro le contesta: "¿Se enfada usté, señor amo?". Y el amo pa que no le saquen la tira de pellejo, dice: "No, no me enfado, pero digo".
Y ya, como no sabían qué hacer con Pedro, le dieron una escopeta que tenía el cañón al revés. Del coraje que le tenían querían que se matara. Pero Pedro vio que estaba al revés y fue al monte y mató una yegua del amo. Y llegó a la casa y le gritó al amo: "Ay, señor amo, que me dé usté un carro pa ir a traer el ave!". Y le da el amo un carro y va y vuelve con la yegua muerta en el carro. Y el amo, cuando ve lo que ha matao Pedro, le dice: "Pedro, Pedro, ¿qué has hecho? Y Pedro le dice: "¿Se enfada usté, señor amo? Si usté se enfada, a la correa". Y el amo contesta en seguida: "No, no me enfado, pero digo".
Y ya entonces va el amo y habla con su mujer pa ver cómo se van a librar de Pedro, y discurren echarlo al río. Y va el amo y le dice: "Mira, Pedro, que te vamos a llevar cerca del río ande tenemos costumbre de dar una comida a todos los mozos del lugar". Y se fueron con él, y cuando llegaron a la orilla del río empezaron a beber. Y de tanto que bebieron se emborracharon. Y Pedro se hacía el que bebía, pero nada bebía. Y cuando ya llegó la noche se echaron a dormir. Y los amos discurrieron que Pedro se acostara pal lao del río, el amo en el medio de la cama y la mujer pal lao de arriba. Y se durmieron. Pero a la medianoche, cuando aquellos estaban durmiendo. Pedro se levantó y puso a la mujer pal lao del río y se acostó él pal lao de arriba. Y ya despertó el hombre y dijo: "Ya está dormido Pedro". Y le dio el rempujón a su mujer pensando que era Pedro y la echó en el río.
Y cuando vio lo que había hecho, le dijo a Pedro: "¡Toma las llaves de mi casa. Vete, y eres amo de todo, que yo ya no puedo contigo".
Y se fue Pedro y quedó amo de todo.
De Cuentos populares españoles, recopilados por Aurelio Espinosa, t. I.
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