jueves, 7 de marzo de 2019

El Padre Sin Cabeza

Existe una leyenda que habla de una maldición proferida
por el Papa contra la vieja ciudad de León, al tener
noticias del asesinato del tercer obispo de Nicaragua: Antonio
de Valdivieso, a manos de los hermanos Contreras,
pues el obispo se oponía a la crueldad que éstos infringía
a los indios.
Se dice que como resultado de esa maldición, aparecieron
calamidades que hicieron imposible vivir en la
ciudad, por lo que sus habitantes, frustrados, luego de un
oficio religioso, con el estandarte de España y la municipalidad
al frente, marcharon el 2 de enero de 1610, donde
procedieron a delinear la nueva ciudad.
La acción cruel y sacrílega de los Contreras aún es
mencionada con horror y muchas personas dicen que todavía
se puede observar entre las ruinas de León Viejo
la sangre del obispo acecinado. Cuenta la historia que su
muerte tiene relación directa con la erupción del volcán
Momotombo que destruyó por completo la ciudad de
León Viejo.
Antonio de Valdivieso era un personaje cuyo surgimiento
se remonta al periodo colonial, fue nombrado
obispo de la Diócesis de Nicaragua en el año 1543, defendió
a los indígenas siguiendo los principios de Fray Bartolomé
de las Casas. Él pensaba que además de construir
una nueva Iglesia y convertir almas, era necesario corregir
los vicios, fundando virtudes para alcanzar la misericordia
de Dios. Incansable luchador de los derechos de
los indios, defendió hasta su muerte estas impotentísimas
personas de los ambiciosos conquistadores.
Fue asesinado el 6 de Febrero de 1550 por el soldado
Juan Bermejo, cómplice de los hermanos Contreras. Dicen
que su asesinato fue horrible, lo decapitaron y la cabeza
rodó desde la iglesia hasta la costa del lago en cuyas
aguas se desapareció.
Después de esto se originó en las mismas aguas un
vientos muy fuerte que dio origen a una oleada que devastó
al pueblo, luego de un tiempo los sobrevivientes
comenzaron a construir sus humildes ranchitos, hasta
lograr construir el pueblo, el cual fue el escenario de las
apariciones del fraile, quien apareció como lo asesinaron
de ahí su nombre y la leyenda de “El padre sin cabeza”, su
fantasma andaba penando la iglesia y se pasaba las noches
recorriendo el pueblo.
El Padre sin Cabeza aún pena en las ruinas del destruido
León Viejo y también en la zona donde se levanta
orgullosa hoy en día la Santa Catedral de San Pedro, en la
actual ciudad de León. También se le ha visto los Sábados
de Gloria, como un reflejo en la oscuridad, recorriendo
en silencio los siete antiguos y oscuros túneles del sótano
de la Catedral.


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