Desde el momento en que la mujer siente haber concebido (a cuyo acto llama hacutatha, si es en matrimonio, hacutaracatha, si fuera de él, o también hapitatha y hapihuarkhatatha, respectivamente) evita comer garbanzos, por temor de que su hijo nazca cabezón. Igual cosa presume que le sucederá si no anda mucho y lleva vida sedentaria.
La mujer preñada o hapi[26] no debe ver un cadáver, ni manejar animales muertos, ni consentirlos próximos a ella, sino quiere dar a luz un hijo aquejado de raquitismo o sea larphata.
El parto no reviste entre los indios aquel solemne significado que tiene para las mujeres de razas superiores y civilizadas. Apenas la india siente los dolores, se retira a su casa, si el tiempo le alcanza, y allí realiza el alumbramiento, cuando no lo verifica al aire libre, por haber sido sorprendida en el campo, y llevando en brazos al recién nacido se recoge al hogar. En los más de los casos, pare sin recibir auxilios de ninguna persona extraña. A los dos o tres días del hecho, alguna vez, al día siguiente, se la ve trabajando cual si no hubiera estado de parto; de la única región del cuerpo que cuida es de las plantas de los pies, que las abriga para no resfriarse.
Durante el alumbramiento se acostumbra poner bajo la almohada de la enferma y sin que ésta sepa, una tijera abierta en cruz y se clava en la puerta un cuchillo, con objeto de que no hagan daño al recién nacido los malos espíritus. También se pone un cuchillo o tijera junto a la criatura para dejarle sola en una habitación.
La placenta deberá enterrarse bien lavada y cubierta de flores, en paraje donde no llegue el sol, para evitar irritaciones en la matriz de la madre o enfermedades al párvulo. Añaden cuando ha sido varón el recién nacido, útiles de labranza o albañilería, pedazos de papel o de madera para que sea un buen agricultor o albañil, o un pequeño libro para que sea doctor o cura. Si es niña, dedal, aguja, o tijera de papel y figuras de enseres de cocina, para que sea una mujer hacendosa y buena madre de familia. Tienen por cosa cierta que la Pacha-Mama al recibir en su seno aquel objeto con tales agregados, concede lo que le piden.
El nacimiento de mellizos, pachahuahuas o pachachahatahuahuas lo tienen de mal agüero, como se dijo en otra parte. Al primero de los niños que sale a luz, llaman uisa, al segundo caka. Si son mujeres, a la primera, ahualla, a la segunda hispalla.
El que se entretiene en contar las estrellas tendrá numerosa prole.
Los esposos que no tienen descendencia y crían y miman un perro, apenas notan que les nacerá un hijo, matan el perro para que este no pida a San Roque la muerte del recién nacido, a fin de no verse privado del cariño que le profesaban sus amos.
La criatura que nace muy desarrollada está destinada a morir pronto.
Un niño se enferma de los ojos, cuando alguna persona le ha dirigido miradas de odio o con ánimo de dañarle. Esta enfermedad llaman miqui.
El párvulo que llora y grita el momento que se le bautiza, vivirá hasta la vejez; si se orina durante la ceremonia, es señal de que morirá antes del año, así como cuando no llora en ese acto. Si tiene los piesecitos siempre fríos, también denota que no vivirá muchos meses; igual resultado anuncia la costumbre de morder el pezón del pecho de su madre al lactar, o la de comer tierra.
Para que un niño viva hay que criarlo con camisa de mujer.
No debe comer frijoles la que hace lactar, porque se le secará la leche en los pechos.
La abundancia de liendres en la cabeza de un niño es señal de que será huérfano.
Si a la madre que se encuentra fuera de su casa, le sale leche de sus pechos, es porque su niño está llorando y la reclama.
Cuando una criatura se atora la madre debe darle tres palmadas en el pecho e inmediatamente cesa el accidente.
La criatura que se besa las extremidades de los pies tardará en andar.
A la madre le duelen los pechos para que el hijo que hace lactar se enferme.
No debe rascarse la planta de los pies a los niños porque les da gusanera en el estómago.
Las criaturas lloran mucho en la noche cuando han sido agitados o llevados por el viento sus pañales en el día.
El niño que se chupa los dedos hace caer el cabello de su madre. Sucede lo mismo cuando ha fallecido, durante el período en que entran en putrefacción sus manecitas.
La madre que desea tener abundante leche debe hacer hervir chuño y tomar su caldo con frecuencia.
[26] Esta es la palabra con que en aymara se designa propiamente la preñez de la mujer. Huallkke, corresponde a la hembra de los animales.
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