domingo, 24 de marzo de 2019

La fuente de Rosales

En Rosales, León, existe una fuente en la que hay escondido un tesoro que nadie ha
podido encontrar. El testimonio más reciente de su XX, y fue transmitido por un
existencia viene de principios del siglo venerable padre agustino.
Una pastora estaba una tarde lavándose las manos en la fuente cuando descubrió
que entre el agua, y con el vaivén de la corriente, se movía un hilo que parecía tener
su origen en el propio manantial. La pastora empezó a tirar de aquel hilo y pudo
comprobar que, en efecto, salía de la boca de la fuente. Y tiró del hilo, y tiró, y el hilo
no dejaba de salir, hasta el punto de que la muchacha buscó un palo para irlo
devanando, y continuó tirando y devanando hasta que tuvo en las manos un ovillo
grandísimo.
Sin embargo, el hilo no terminaba, la tarde crecía y la pastora debía reunir el
rebaño y regresar a la casa en que trabajaba, de manera que decidió dar por terminada
aquella labor que parecía no tener fin, sacó de su faltriquera unas tijeritas y cortó el
hilo. Entonces, el extremo que salía del manantial empezó a retroceder hasta perderse
del todo en la boca de la fuente, y la pastora pudo escuchar una voz burlona que, en el
dialecto de la comarca, le dijo:
Devanar, devaneste,
pero no acabeste;
si una vuelta más hubieras dau,
una devanadera de oro hubieras sacau.
Así son las cosas con ciertos encantamientos.

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