Había
un rey de nombre Pururavas. Cazando un día en el Himalaya, oyó un grito pidiendo
ayuda; dos apsaras habían sido llevados a una fiesta de placer en los bosques
floridos. Pururavas los persiguió y los rescató; ellos eran Urvashi y su amigo
Chitralekha. Él pidió a Urvashi su amor, y ella lo otorgó, con esta condición:
«No debes dejarme verte desnudo.»
Ella
vivió largo tiempo con él, y llegó el momento en que ella se convertiría en
madre. Pero los gandharvas, que eran los amigos y compañeros de los apsaras,
perdieron a su compañera, y dijeron juntos: «Ya hace mucho, realmente, que
Urvashi vive con los hombres; encontrad una forma de traerla de vuelta.»
Acordaron una forma de traerla de regreso. Ella tenía una oveja con dos
pequeños corderos, queridas mascotas entre las suyas, atadas a su cama.
Mientras todavía Pururavas estaba tumbado junto a su amada los gandharvas se
llevaron un cordero. «¡Ay de mí», gritó ella, «ellos se han llevado mi mascota
como si ningún héroe u hombre estuviera conmigo.» Entonces se llevaron la
segunda y Urvashi se quejó de la misma forma.
Pururavas
pensó: «¿Cómo puede ser un sitio sin un héroe u hombre aquel donde yo estoy?
Desnudo, salto para ir en su búsqueda; pensó que le llevaría demasiado tiempo
ponerse las ropas. Entonces los gandharvas llenaron el cielo con rayos y
Urvashi lo vio claro como en el día, y se desvaneció instantáneamente.
El
apenado rey merodeó por todo el Himalaya gimiendo por su querida. Finalmente
llegó al lago Anyataplaksha. Allí vio una bandada de cisnes; ellos eran los
apsaras, con Urvashi, pero Pururavas no los conoció. Ella dijo: «Allí está
aquel con quien yo he vivido.» Los apsaras dijeron juntos: «Hagámonos conocer.»
«Que así sea», dijeron otra vez. Entonces Pururavas vio a Urvashi y le rogó con
ardor: «Oh querida esposa, espera y escúchame. Secretos no dichos que son tuyos
y míos no harán gracia; quédate y hablemos juntos». Pero Urvashi contestó:
«¿Qué tengo yo que hablar contigo? Yo he partido como la primera de las
madrugadas. Vete a casa, Pururavas. Soy como el mismo viento y difícil de atar.
Tú rompiste el convenio entre nosotros; vete a tu casa otra vez, dado que yo
soy difícil de ganar.»
Entonces
Pururavas se afligió y gritó: «Entonces tu amigo y compañero se marchará hoy a
la más larga travesía hecha, sin regresar nunca; buscará la muerte, y feroces
lobos lo poseerán.»
Urvashi
contestó: «¡No mueras Pururavas; no te marches! ¡No dejes que crueles lobos te
devoren! No te lo tomes a pecho, dado que, ¡mira!, no puede haber amistad con
ninguna mujer; los corazones de las mujeres son como los de las hienas. Vete a
tu casa otra vez.» Pero a su mente
vino un recuerdo de su vida con él y se ablandó un poco; ella dijo a Pururavas:
«Ven la última noche del año a partir de ahora; entonces te quedarás conmigo
una noche, y después, también, este hijo tuyo habrá nacido.»
Pururavas
la buscó la última noche del año: había un palacio dorado y los gandharvas le
gritaron: «Entra», y le buscaron a Urvashi. Ella dijo: «Cuando llegue la mañana
los gandharvas te ofrecerán un deseo, y tú debes hacer tu elección.» «Elige tú
el deseo por mí», dijo, y ella respondió: «Di: “Déjame ser uno de vosotros.”»
Cuando amaneció dijo: «Dejadme ser uno de
vosotros.» Pero ellos respondieron: «En verdad no arde sobre la tierra fuego
sagrado que pueda hacer de un hombre como a uno de nosotros.» Le dieron fuego
en una bandeja y le dijeron: «Sacnfícate con esto, y tú te convertirás en un
gandharva como nosotros mismos.» Él cogió el fuego, cogió a su hijo y se largó.
Puso el fuego en el bosque y se marchó con su hijo a su propia casa. Cuando
volvió, dijo:
«Aquí
estoy de vuelta, pero, ¡mira!, el fuego ha desaparecido. Lo que había sido el
fuego era un árbol Asvattha; y lo que había sido la fuente, un árbol Shami.»
Entonces buscó otra vez a los gandharvas. Ellos le aconsejaron: «Haz fuego con
un palo alto del árbol Asvattha y un palo bajo del árbol Shami; el fuego por
ello será el verdadero fuego que tú recibes de nosotros.» Entonces Pururavas
hizo fuego con palos del Asvattha y el Shami, y haciendo ofrendas con ello, fue
hecho uno de los gandharvas y vivió con Urvashi para siempre.
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