(Araucanos) Es uno de los nombres
del habla monosilábico de los Araucanos, cuyo significado no es fijo,
prestándose a interpretaciones diversas; estrechamente vinculado con ALHUE: alma, el AM es el alma del finado,
también de presencia invisible, pero vigilante infaltable de la que es su
tumba, desplazándose sin ser advertido entre las personas que concurren a
rendir homenaje a la memoria del muerto.
Se tiene la certeza de que este curioso ente, participa de las reuniones
sociales y familiares y en cualquier acto que tenga como finalidad la
recordación del finado. Pero cuando el recuerdo piadoso decrece y los deudos
dejan de concurrir a su tumba, el AM cambia su forma y se vuelve PULLU, retirándose
del lugar para engrosar las legiones en el País de Occidente o Morada de los
Espíritus. Entre las varias curiosas costumbres postmortem practicadas por los
indígenas es interesante citar las hogueras que encienden sobre el túmulo para
que el muerto no tenga frío. Se cree que el AM regresa para tomar algunas
chispas que luego lleva a regiones remotas donde solamente impera el olvido.
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