a.En agradecimiento a Hera por haber facilitado su casamiento con
Pélope, Hipodamía convocó a dieciséis matronas, una por cada ciudad de Elide,
para que le ayudaran a instituir los Juegos Hereos. Desde entonces, cada cuatro
años, las dieciséis matronas, sus sucesoras, han tejido una túnica para Hera y
han celebrado los Juegos, que consisten en una sola carrera entre vírgenes de
diferentes edades, en la que los impedimentos para las competidoras varían con
su edad y las más jóvenes se colocan delante. Corren con túnicas que no les
llegan a las rodillas, el pecho derecho al descubierto y la cabellera suelta.
Cloris, la única hija sobreviviente de Níobe, fue la primera vencedora en los
juegos; la carrera consiste en el recorrido de las cinco sextas partes del
circuito olímpico. El premio es una corona de olivo y una parte de la vaca
sacrificada a Hera; la vencedora puede también dedicar una estatua de ella
misma en su propio nombre.
b. Las dieciséis matronas actuaron en una ocasión como
pacificadoras entre los písanos y los eleos. Ahora organizan también dos grupos
de bailarinas, uno en honor de Hipodamía y el otro en honor de Fiscoa, la elea.
Fiscoa le dio a Dioniso su hijo Narceo, célebre guerrero que fundó el santuario
de Atenea Narcea y fue el primer eleo que rindió culto a Dioniso. Como algunas
de las dieciséis ciudades ya no existen, las dieciséis matronas las
proporcionan ahora las ocho tribus eleas, un par cada una. Como los árbitros,
se purifican a sí mismas, antes de comenzar los Juegos, con la sangre de un
cerdo adecuado y el agua tomada de la Fuente Pieria en el camino entre Olimpia
y Elide.
c. Se dice que los siguientes fueron hijos de Pélope e Hipodamía:
Piteo de Trecén; Aireo y Tiestes; Alcátoo, pero no el que mató a Enómao; el
argonauta Hipalco, Hipalcmo o Hipálcimo; el heraldo Copreo; el bandido Escirón;
el argivo Epidauro, llamado a veces hijo de Apolo;
Plístenes; Diante, Cibosuro; Corintio, Hipase, Cleón, Argeo, Elino, Astidamía,
a quien algunos llaman madre de Anfitrión; Lisídice, cuya hija Hipótoe fue
llevada por Posidón a las Islas Equinadias y allí dio a luz
a Tafio; Eurídice, a quien algunos llaman madre de Alcmena;
Nicipe, Antibia4 y
finalmente Arquipe, madre de Euristeo y Alcione.
d. Los megarenses, en una tentativa para borrar el recuerdo de la
captura de su ciudad por Minos y para sugerir que al rey Niso le sucedió
pacíficamente su yerno Megareo, y a éste su yerno Alcátoo hijo de Pélope, dicen
que Megareo tuvo dos hijos, el mayor de los cuales, Timalco, fue muerto en
Afidna durante la invasión del Ática por los Dioscuros; y que cuando el más
joven, Evipo, fue muerto por el león de Citerón, Megareo prometió su hija
Evecme y su trono a quien vengara a Evipo. Inmediatamente Alcátoo mató al león
y, convertido en rey de Megara, construyó allí un templo a Apolo Cazador y Ártemis
Cazadora. La verdad es, no obstante, que Alcátoo fue de Elide a Megara
inmediatamente después de la muerte de Niso y el saqueo de la ciudad; que
Megareo nunca reinó en Megara y que Alcátoo hizo sacrificios a Apolo y Posidón
como «constructores anteriores» y luego reconstruyó la muralla de la ciudad
sobre nuevos fundamentos, pues los lugares por donde pasaba la muralla anterior
habían sido borrados por los cretenses
e. Alcátoo fue el padre de Isquépolis; de Calípolis; de Ifínoe,
que murió virgen y en cuya tumba, situada entre la Sala de Consejo y el altar
de Alcátoo, las novias megarenses vierten libaciones, así como las novias
delias dedican su cabellera a Hecaergo y Opis; y también de Automedusa, quien
dio Yolao a Ificles; y de Peribea, que se casó con Telamón y cuyo hijo Ayax
sucedió a Alcátoo como rey de Megara. El hijo mayor de Alcátoo, Isquépolis,
pereció en la cacería caledonia; y Calípolis, el primer megarense que se enteró
de la dolorosa noticia, corrió a la Acrópolis, donde Alcátoo ofrecía holocaustos
a Apolo, y arrojó del altar los haces de leña en señal de duelo. Como no sabía
lo que había sucedido, Alcátoo, irritado por su impiedad, le mató con un leño.
f. Isquépolis y Evipo están enterrados en el Palacio de Justicia;
Megareo en el lado derecho de la subida a la segunda Acrópolis megarense. El
templete de héroe de Alcátoo es ahora la Oficina de Registros pública, y el de
Timalco, el Ayuntamiento.
g. Crisipo pasaba también por hijo de Pélope e Hipodamía, pero era
en realidad un bastardo al que Pélope había engendrado en la ninfa Astíoque,
una danaide. Ahora bien, sucedió que Layo, cuando lo desterraron de Tebas, fue
recibido hospitalariamente por Pélope en Pisa, pero se enamoró de Crisipo, a
quien enseñó el arte del auriga; y tan pronto como se anuló la condena al
destierro retiró al niño en su carro de los Juegos Nemeos y lo llevó a Tebas
como su amante.
Algunos dicen que Crisipo se mató de vergüenza; otros, que Hipodamía, para
impedir que Pélope designase a Crisipo su sucesor relegando a sus propios
hijos, fue a Tebas, donde trató de convencer a Atreo y Tiestes para que matasen
al niño arrojándolo a un pozo. Cuando ambos se negaron a asesinar al huésped de
su padre, Hipodamía, en plena noche, entró furtivamente en el dormitorio de
Layo y, encontrándolo dormido, tomó su espada que colgaba de la pared y la
hundió en el vientre de su compañero de lecho. Layo fue acusado inmediatamente
por el asesinato, pero Crisipo había visto a Hipodamía cuando huía y le acusó
antes de expirar.
g. Entretanto, Pélope marchaba sobre Tebas para rescatar a
Crisipo, pero, al saber que Layo había sido ya encarcelado por Atreo y Tiestes,
le perdonó noblemente, reconociendo que sólo un amor irresistible le había
impulsado a violar la hospitalidad. Algunos dicen que Layo, y no Támiris o
Minos, fue el primer pederasta, motivo por el que los tebanos, lejos de
condenar la práctica, mantienen un regimiento, llamado la Banda Sagrada,
compuesto enteramente por muchachos y sus amantes.
i. Hipodamía huyó a Argólide y allí se suicidó; pero
posteriormente, de acuerdo con un oráculo, sus huesos fueron transportados a
Olimpia, donde las mujeres entran en su templo tapiado una vez al año para
ofrecerle sacrificios. En una de las curvas del Hipódromo se alza una estatua
de bronce de Hipodamía que sostiene una cinta para condecorar a Pélope por su
victoria.
1.
Los
Juegos Héteos se realizaban en la víspera de los Juegos Olímpicos. Consistían
en una carrera pedestre de muchachas, originalmente para el cargo de suma
sacerdotisa de Hera (véase 60.4), y k vencedora, que llevaba el ramo de olivo
como símbolo de paz y fertilidad, se hacía igual a la diosa al compartir su
vaca sagrada. Las dieciséis matronas pueden haberse turnado en otro tiempo para
oficiar como ayudantes de la suma sacerdotisa durante las dieciséis temporadas
de la olimpíada de cuatro años; cada rueda del carro regio representaba el año
solar y tenía cuatro rayos, como una rueda de fuego o esvástica. «Narceo» es
claramente una forma posterior de Atenea Narcea («entumecedora»), una diosa de
la muerte. Las matronas que organizaban los Juegos Hereos, que en un tiempo
implicaban el sacrificio humano, propiciaban a la diosa con sangre de cerdo y
luego se lavaban con agua corriente. Los numerosos hijos de Hipodamía
atestiguan la fuerza de la confederación presidida por la dinastía de los
Pelópidas, y todos sus nombres se asocian con el Peloponeso o el Istmo.
2.
El asesinato por Alcátoo de su hijo Calípolis
en el altar de Apolo ha sido deducido probablemente de una representación gráfica
en la que aparecía ofreciendo su hijo en holocausto al «constructor anterior»,
el dios de la ciudad Melicertes o Moloch, cuando volvió a fundar Megara, como
hizo también un rey de Moab (Josué vi.26). Además, como Sansón y David, había
matado un león en un combate ritual. La mitología corintia tiene muchas
afinidades con laPalestina (véase 67.1).
3.
El
mito de Crisipo sobrevive sólo en una forma degenerada. Que fuera un bello
muchacho pisano que conducía un carro, lo llevaran como a Ganímedes o a Pélope
mismo (aunque no, ciertamente, al Olimpo) y le matara Hipodamía, indica que,
originalmente, era uno de los sustitutos del Rey que moría en el choque del
carro; pero su mito ha sido confundido con una justificación de la pederastía
tebana, y con la leyenda de una disputa acerca de los Juegos Nemeos entre Tebas
y Pisa. Hipodamía, «domadora de caballos», era un título de la diosa Luna, cuya
estatua con cabeza de yegua en Figalia tenía en la mano una marsopa pelópida;
cuatro de los hijos e hijas de Pélope tienen nombres de caballos.
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