domingo, 4 de agosto de 2013

128 El sexto trabajo las aves estinfálidas

a. El sexto trabajo de Heracles consistió en extirpar a las innumerables aves de pico, alas y garras de bronce y devoradoras de hombres, consagradas a Ares, que, asustadas por los lobos del Barranco de los Lobos en el camino de Orcómene, habían huido al Pantano de Estínfalo. Allí procreaban y andaban por el agua junto al río del mismo nombre y de vez en cuando remontaban el vuelo en grandes bandadas para matar a hombres y animales descargando una lluvia de plumas de bronce y al mismo tiempo un excremento venenoso que arruinaba las mieses.

b. Cuando llegó al pantano, al que rodeaba un espeso bosque, Heracles se vio en la imposibilidad de ahuyentar a las aves con flechas, pues eran demasiado numerosas. Además, el pantano no parecía lo bastante sólido para que un hombre pudiera caminar por él, ni lo bastante líquido para utilizar una embarcación. Mientras Heracles permanecía en la orilla sin saber qué hacer Atenea le dio un par de címbalos de bronce hechos por Hefesto; o quizá fuera una matraca. Desde una estribación del monte Cilene, que domina el pantano, Heracles tocó los címbalos, o sacudió la matraca, produciendo tal estrépito que las aves levantaron el vuelo formando una gran bandada y enloquecidas por el terror. Derribó a muchas de ellas mientras volaban frente a la isla de Ares en el Mar Negro, donde más tarde las encontraron los argonautas; algunos dicen que Heracles iba con los argonautas en esa ocasión y mató a muchas más de esas aves.

c. Las aves estinfálidas son del tamaño de las grullas y se parecen mucho a los ibis, sólo que sus picos pueden atravesar un peto de metal y no son encorvados. También se crían en el desierto de Arabia y allí causan todavía más daño que los leones y los traspasan. Los cazadores árabes han aprendido a llevar corazas protectoras de corteza trenzada, en las que se enredan los picos mortales, pudiendo ellos asir y retorcer los cuellos de sus atacantes. Es posible que una bandada de esas aves emigrara de Arabia al pantano de Estínfalo y éste diera su nombre a toda la especie.

d. Según algunas versiones, las llamadas Aves Estinfálidas eran mujeres: hijas de Estínfalo y Ornis, a quienes mató Heracles porque le negaron la hospitalidad. En Estínfalo, en el antiguo templo de Ártemis Estinfálida, hay imágenes de esas aves colgadas del techo, y detrás del edificio hay estatuas de doncellas con patas de ave. Allí también Témeno, un hijo de Pelasgo, fundó tres templos en honor de Hera; en el primero se la adoraba como Niña, pues Témeno la había criado; en el segundo como Novia, porque se casó con Zeus; y en el tercero como Viuda, porque había repudiado a Zeus y se había retirado a Estínfalo.

1.      Aunque Atenea sigue ayudando a Heracles, este trabajo no pertenece a la serie de tareas relacionadas con el matrimonio, sino que lo glorifica como curador que expulsa a los demonios de la fiebre, identificados con las aves del pantano. Las aves con yelmo que aparecen en las monedas estinfalias son espátulas, primas de las grullas, que aparecen en tallas medievales inglesas chupando el aliento de enfermos. Son en realidad sirenas con patas de ave, personificaciones de la fiebre; y los címbalos, o matracas, eran utilizados en la antigüedad (y todavía lo son en los pueblos primitivos) para ahuyentar a los demonios de la fiebre. Ártemis era la diosa que tenía el poder de infligir o curar la fiebre con sus «flechas misericordiosas».

2.      El pantano de Estínfalo solía crecer en tamaño considerablemente siempre que el cauce subterráneo por el que salían sus aguas se cerraba, como sucedió en la época de Pausanias (viii.22.6); e Ifícrates, cuando sitió la ciudad, lo habría cerrado deliberadamente si no se lo hubiera impedido una señal del cielo (Estrabón: viii.8.5.). Es posible que en una versión de la fábula Heracles desecara el pantano abriendo el cauce, como había desecado anteriormente la llanura de Tempe (Diodoro Sículo: iv.18).

3.      El mito, no obstante, parece tener un significado histórico tanto como ritual. Al parecer, un colegio de sacerdotisas arcadias que adoraban a la Triple Diosa como Doncella, Novia y Anciana, se refugió en Estínfalo después de haber sido expulsadas del Barranco de los Lobos por invasores que adoraban a Zeus Lobuno; y Mnaseas ha explicado razonablemente la expulsión o matanza de las Aves Estinfálidas como la supresión de ese colegio de hechiceras por Heracles, es decir, por una tribu de aqueos. El nombre Estínfalo sugiere prácticas eróticas.

4.      Las «aves árabes de pico fuerte» de Pausanias pueden haber sido demonios insoladores mantenidos a raya por petos de corteza espinosa, a los que se confundió con los avestruces de fuerte pico que los árabes cazan todavía. Leucerodes, «garza blanca», es el nombre griego de la espátula; se dice que un antepasado de Herodes el Grande fue un esclavo del templo de Heracles Tirio (Africano, citado por Eusebio: Historia eclesiástica i.6.7), lo que explica el nombre de la familia. La espátula se relaciona estrechamente con el ibis, otra ave de pantano, consagrada al dios Thoth, inventor de la escritura, y el Heracles Tirio, como su equivalente celta, era un protector de la cultura, que hizo famosa a Tiro (Ezequiel xxviii.12). En la tradición hebrea, su sacerdotisa Hiram de Tiro intercambió adivinanzas con Salomón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario