a. Una fábula que se relata acerca de la fundación de Troya es
que, en una época de hambre, una tercera parte de la población cretense, a las
órdenes del príncipe Escamandro, partió para fundar una colonia. AI llegar a
Frigia acamparon junto al mar, no lejos de la ciudad de Hamaxito,
al pie de una alta montaña que llamaron Ida en honor de la patria cretense de
Zeus. Ahora bien, Apolo les había aconsejado que se establecieran dondequiera
que les atacaran enemigos nacidos de la tierra a cubierto de la oscuridad, y
esa noche misma una horda de ratones campestres hambrientos invadió las tiendas
y royó las cuerdas de los arcos, las abrazaderas de cuero de los escudos y
todas las otras partes comestibles del armamento cretense. En consecuencia,
Escamandro ordenó que hicieran alto y dedicaran un templo a Apolo Esminteo
(alrededor del cual surgió pronto la ciudad de Esmintea) y se casó con la ninfa
Idea, quien le dio un hijo, Teucro. Con la ayuda de Apolo, los cretenses
vencieron a sus nuevos vecinos, los bébrices, pero durante la lucha Escamandro
cayó en el río Janto, que por ello tomó su nombre. Teucro, por quien los
pobladores recibieron el nombre de teucros, le sucedió. Pero algunos dicen que
Teucro mismo fue al frente de los inmigrantes cretenses y en Frigia le recibió
Dárdano, quien le dio en casamiento su hija y llamó a sus subditos teucros.
b. Los atenienses dan una versión completamente distinta. Niegan
que los teucros provinieran de Creta y recuerdan que cierto Teucro, perteneciente
al demo de Troes, emigró de Atenas a Frigia, y que Dárdano, hijo de Zeus y la
pléyade Electra y nacido en la Feneo arcadia, fue recibido en Frigia por este
Teucro, y no al contrario. En apoyo de esta tradición se alega que Erictonio
aparece en la genealogía tanto de la casa real ateniense como de la teucra.
Dárdano, añaden los atenienses, se casó con Crisa, hija de Palante, quien le
dio dos hijos, Ideo y Dimante. Éstos reinaron durante un tiempo en el reino
arcadio fundado por Atlante, pero los separaron las calamidades del Diluvio de
Deucalión. Dimante se quedó en Arcadia, pero Ideo fue con su padre Dárdano a
Samotracia, donde colonizaron juntos, y a la isla se la llamó en adelante
Dardania. Crisa había dado a Dárdano como dote las imágenes sagradas de los
Grandes Dioses de los que era sacerdotisa, y él introdujo su culto en
Samotracia, aunque manteniendo en secreto sus verdaderos nombres. Dárdano fundó
también un colegio de sacerdotes salios para que realizasen los ritos
necesarios, que eran los mismos que realizaban los curetes cretenses.
c. La pena por la muerte de su hermano Yasión llevó a Dárdano a
través del mar a Tróade. Llegó solo, conduciendo a remo una balsa hecha con una
piel inflada lastrada con cuatro piedras. Teucro le recibió hospitalariamente
y, con la condición de que le ayudase a dominar a ciertas tribus vecinas, le
dio una participación en el reino y le casó con la princesa Batiea. Algunos
dicen que esta Batiea era tía de Teucro; otros, que era su hija.
d. Dárdano se proponía fundar una ciudad en la pequeña colina de
Ate, que se alza en la llanura donde se halla ahora Troya, o Ilio; pero cuando
urí oráculo de Apolo frigio le advirtió que la desgracia acompañaría siempre a
sus habitantes; eligió un lugar en las laderas más bajas del monte Ida y llamó
a su ciudad Dardania.
Después de la muerte de Teucro, Dárdano le sucedió en el resto del reino, al
que dio su nombre y extendió su gobierno sobre muchas naciones asiáticas;
también envió colonias a Tracia y más allá de ésta.
e. Entretanto, el hijo menor de Dárdano, Ideo, le había seguido a
Tróade llevando las imágenes sagradas, lo que permitió a Dárdano enseñar a sus
subditos los Misterios samotracios. Un oráculo le aseguró entonces que la
ciudad que estaba a punto de fundar sería invencible sólo mientras la dote de
su hija siguiera bajo la protección de Atenea.
Todavía se muestra su tumba en la parte de Troya que se llamaba Dardania antes
de mezclarse con las aldeas de Ilio y Tros formando una ciudad única. Ideo se
estableció en los Montes Ideos que, según dicen algunos, se llaman así por él,
e instituyó allí el culto y los Misterios de la Madre de los Dioses frigia.
f. Según la tradición latina, el padre de Yasión era el príncipe
tirreno Corito; y su mellizo, Dárdano, hijo de Zeus y de Electra, la esposa de
Corito. Ambos emigraron de Etruria después de dividir entre ellos las imágenes
sagradas; Yasión fue a Samotracia y Dárdano a Tróade. Mientras combatía con los
bóbrices, que trataban de arrojar a los tirrenos nuevamente al mar, Dárdano
perdió el yelmo y, aunque sus soldados se hallaban en retirada, los hizo volver
para recuperarlo. Esta vez obtuvo la victoria y fundó una ciudad llamada Corito
en el campo de batalla, tanto en memoria de su yelmo (corys) como de su padre.
g. Ideo tenía dos hermanos mayores, Erictonio e lio, o Zacinto; y
una hija, Idea, que llegó a ser la segunda esposa de Fineo. Cuando Erictonio
sucedió a Dárdano en el reino se casó con Astíoque, hija de Simunte, quien le
dio a Tros.
Erictonio, descrito también como un rey de Creta, era el más próspero de los
hombres, dueño de tres mil yeguas de las que se enamoró Bóreas. Tros sucedió a
su padre Erictonio, y no solamente Troya, sino también toda Tróade recibió su
nombre. Con su esposa Calírroe, hija de Escamandro, llegó a ser padre de
Cleopatra la Menor, llo el Menor, Ásáraco y Ganimedes.
h. Entretanto, lio, el hermano de Erictonio, había ido a Frigia,
donde intervino en los juegos que se realizaban en aquel momento, salió
vencedor en la lucha y ganó como premio cincuenta muchachos y cincuenta
muchachas. El rey frigio (cuyo nombre se ha olvidado) le dio también una vaca
torda y le aconsejó que fundara una ciudad allí donde el animal sintiera el
deseo de acostarse, lio siguió a la vaca, que se acostó al llegar a la colina
de Ate, y él construyó allí la ciudad de Ilio, aunque, a causa de la
advertencia del oráculo a su padre Dárdano, no la fortificó. Algunos dicen, no
obstante, que fue a una de sus propias vacas misias la que siguió llo y que sus
instrucciones provenían de Apolo. Pero otros sostienen que Ilio fue fundada por
inmigrantes locrios y que ellos dieron el nombre de su montaña Friconis al
monte Gime de Troya.
i. Cuando quedó marcado el circuito de los límites de la ciudad,
lio pidió una señal a Zeus Omnipotente, y a la mañana siguiente encontró un
objeto de madera delante de su tienda, medio enterrado en la tierra y cubierto
con malezas. Era el Paladio, imagen sin piernas de tres codos de altura, hecha
por Atenea en recuerdo de su difunta compañera de juegos libia Palas. Palas,
cuyo nombre agregó Atenea al suyo, tenía una lanza en alto en la mano derecha y
una rueca y un huso en la izquierda, y la égida le envolvía el pecho. Atenea
había puesto primeramente la imagen en el Olimpo, junto al trono de Zeus, donde
era objeto de grandes honores, pero cuando la bisabuela de lio, la pléyade
Electra, fue violada por Zeus y la profanó con su contacto, Atenea la arrojó
airadamente, juntamente con la imagen, a la tierra.
j. Apolo Esminteo aconsejó ahora a llo: «Protege a la Diosa que
cayó del cielo y protegerás a tu ciudad, pues adondequiera que va lleva el
imperio.» En consecuencia, erigió un templo en la ciudadela para alojar a la
imagen.
k Algunos dicen que se erigía ya el templo cuando la imagen
descendió del cielo como un don de la diosa. Cayó a través de una parte del
techo que todavía no estaba terminada y la encontraron colocada exactamente en
el lugar apropiado.
Otros dicen que Electra le dio el Paladio a Dárdano, su hijo tenido con Zeus, y
que lo llevaron de Dardania a Ilio después de su muerte.
Otros más afirman que cayó del cielo en Atenas y que el ateniense Teucro lo
llevó a Tróade. Y no faltan quienes creen que hubo dos paladios, uno ateniense
y otro troyano, el último hecho con los huesos de Pélope, así como la imagen de
Zeus en Olimpia estaba hecha con marfil indio; o que hubo muchos Paladios, todo
igualmente lanzados desde el cielo, incluyendo las imágenes samotracias que
llevó Ideo a Tróade.
El Colegio de las Vestales en Roma conserva al presente el que es considerado
como el Paladio auténtico. Ningún ser humano puede contemplarlo impunemente. En
un tiempo, cuando se hallaba todavía en poder de los troyanos, lio corrió a
salvarlo en una alarma de incendio y por ello fue castigado con la ceguera;
pero más tarde consiguió aplacar a Atenea y recuperó la vista.
l. Eurídice, hija de Adraste, tuvo con llo a Laomedonte, y a
Temiste, que se casó con el frigio Capis y, según dicen algunos, fue la madre
de Anquises. Con
Estrimo, hija de Escamandro y de Leucipe, o Zeuxipe, o Toosa, Laomedonte tuvo
cinco hijos: Titón, Lampo, Clitio, Hicetaón y Podarces; así como tres hijas:
Hesione, Cila y Astíoque. También engendró a dos mellizos bastardos con la
ninfa pastora Cálibe. Fue él quien decidió construir las famosas murallas de
Troya y tuvo la buena suerte de conseguir los servicios de los dioses Apolo y
Posidón, con quienes en aquel momento estaba disgustado Zeus porque se habían
rebelado contra él, obligándoles a trabajar como peones. Posidón construyó las
murallas mientras Apolo tocaba la lira y daba de comer a los rebaños de
Laomedonte; y el lélege Éaco le echó una mano a Posidón. Pero Laomedonte no
pagó a los dioses lo que les debía, por lo que mereció su enconado
resentimiento. Ésta fue la causa de que él y todos sus hijos —con excepción de
Podarces, que había cambiado su nombre por el de Príamo— perecieran cuando
Heracles saqueó Troya.
m. Príamo, a quien Heracles concedió generosamente el trono de
Troya, sospechaba que la calamidad que había caído sobre Troya se debía a su
situación desafortunada más bien que a la ira de los dioses. En consecuencia
envió a uno de sus sobrinos a que preguntara a la Pitonisa de Delfos si todavía
pesaba una maldición sobre la colina de Ate. Pero el sacerdote de Apolo, Pántoo
hijo de Otrias, era tan bello, que el sobrino de Príamo, olvidando su misión,
se enamoró de él y lo llevó de vuelta a Troya. Aunque eso le molestó a Príamo,
no se atrevió a castigar a su sobrino. En compensación por el mal que había
cometido nombró a Pántoo sacerdote de Apolo y, como le daba vergüenza volver a
consultar a la Pitonisa, reconstruyó Troya sobre los mismos cimientos. La
primera esposa de Príamo fue Arisbe, hija de Merope, el adivino. Después de
haberle dado a Esaco, la casó con Hirtaco, con quien fue madre de los
hirtácidas Asió y Niso.
n. Este Ésaco, que aprendió el arte de interpretar los sueños de
su abuelo Merope, es famoso por su gran amor a Astérope, hija del río Cebrén;
cuando ella murió, Ésaco trató repetidamente de matarse saltando desde un risco,
hasta que por fin los dioses se compadecieron de él y lo transformaron en una
ave acuática, permitiéndole así que satisfaciera su obsesión con más decencia.
o. Hécabe, la segunda esposa de Príamo —a la que los latinos
llaman Hécuba— era hija de Dimante y de de la ninfa Eunoe; o, según dicen
algunos, de Cisco y Teleclea; o del río Sangario y Metope; o de Glaucipé, la
hija de Janto. Le
dio a Príamo diecinueve hijos, y los restantes eran hijos.de concubinas; los
cincuenta ocupaban dormitorios adyacentes de piedra pulimentada. Las doce hijas
de Príamo dormían con sus maridos en el lado más lejano del mismo patio.
El hijo mayor de Hécabe era Héctor, al que algunos llaman hijo de Apolo; luego
dio a luz a París, Creúsa, Laódice y Políxena; y después a Deífobo, Heleno,
Casandra, Pamón, Polites, Antifo, Hipónoo y Polidoro. Pero no hay duda de que a
Troilo lo tuvo con Apolo.
p. Entre los hijos menores de Hécabe se hallaban los mellizos
Casandra y Heleno. En la fiesta de su cumpleaños, celebrada en el templo de
Apolo Timbreo, se cansaron de jugar y quedaron dormidos en un rincón, mientras
sus olvidadizos padres, que habían bebido demasiado vino, volvieron
tambaleándose a su casa sin ellos. Cuando Hécabe volvió al templo se encontró
con que las serpientes sagradas lamían los oídos de los niños y gritó aterrada.
Las serpientes desaparecieron inmediatamente en un montón de hojas de laurel,
pero desde aquel momento Casandra y Heleno poseyeron el don de la profecía.
q. Otra versión del tema es que un día Casandra se quedó dormida
en el templo; apareció Apolo y le prometió enseñarle el arte de la profecía si
se acostaba con él. Casandra, después de aceptar el don, se arrepintió de lo
convenido, pero Apolo le rogó que le diera un beso, y cuando ella lo hizo le
escupió en la boca, con lo que se aseguró de que nadie creería nunca lo que
ella profetizara.
r. Cuando, tras varios años de gobierno prudente, Príamo consiguió
que Troya recuperara su riqueza y poderío anteriores, convocó a un consejo para
tratar el caso de su hermana Hesíone, a la que el eácida Telamón había llevado
a Grecia. Aunque él estaba a favor de emplear la fuerza, el consejo recomendó
que primeramente se intentara la persuasión. En consecuencia, su cuñado Antenor
y su primo Anquises fueron a Grecia y entregaron las demandas troyanas a los
griegos reunidos en la corte de Telamón, pero éstos acogieron desdeñosamente
esas demandas. Este incidente fue una de las causas principales de la guerra de
Troya,
el triste fin de la cual predecía ya Casandra. Para evitar el escándalo, Príamo
la encerró en un edificio piramidal de la ciudadela; la guardiana que cuidaba
de ella tenía la orden de mantener a Príamo informado de todas sus profecías.
1.
La
situación de Troya en una llanura bien regada a la entrada del Helesponto,
aunque la convertía en el principal centro comercial de la Edad de Bronce entre
Oriente y Occidente, provocaba frecuentes ataques de todas partes. Las
alegaciones griegas, cretenses y frigias de haber fundado la ciudad no eran
irreconciliables, puesto que en la época clásica ya había sido destruida y
reconstruida con mucha frecuencia. Hubo en total diez Troyas, y la séptima era
la homérica. La Troya a la que se refiere Homero parece haber sido poblada por
una federación de tres tribus —troyanos, ilianos y dardáneos—, cosa habitual en
la Edad de Bronce.
2.
«Apolo
Esminteo» señala a Creta, pues smirthos es la palabra cretense con que se
designa al «ratón», animal sagrado no sólo en Cnosos (véase 90.3), sino también
en Filistia (1 Samuel vi.4) y Fócide (Pausanias: x.12.5); y Erictonio, el
Viento Norte fertilizante, era adorado tanto por los pelasgos de Atenas como
por los tracios (véase 48.3). Pero la pretensión ateniense de haber fundado
Troya puede ser rechazada como propaganda política. Los ratones blancos que se
mantenían en los templos de Apolo eran profilácticos contra la peste y contra
las invasiones súbitas de ratones, como las que mencionan Eliano (Historia de
animales xii.5 y 41) y Aristóteles (Historia de animales vi.370). Dárdano puede
haber sido un tirreno de Lidia (véa se 136.g) o Samotracia, pero Servio se
equivoca al decir que provenía de Etruria, donde los tirrenos se establecieron
mucho tiempo después de la guerra de Troya. «Zacinto», palabra cretense, que
figura en la genealogía regia de Troya, era el nombre de una isla perteneciente
al reino de Odiseo; y esto sugiere que reclamaba derechos hereditarios respecto
a Troya.
3.
El
Paladio que las Vírgenes Vestales guardaban en Roma para la buena suerte de la
ciudad tenía inmensa importancia para los mitógrafos italianos; alegaban que
había sido rescatado de Troya por Eneas (Pausanias: ii.23.5) y llevado a
Italia. Quizás estaba hecho con marfil de marsopa (véase 108.5). «Paladio»
significa una piedra u otro objeto de culto alrededor del cual bailaban las
muchachas de un clan particular, como en Tespia (véase 120.a) o saltaban los
muchachos, pues pallas se emplea indistintamente para ambos sexos. El Colegio
de Salios romano era una sociedad de sacerdotes saltarines. Cuando esos objetos
de culto se identificaban con la prosperidad de la tribu y eran guardados
cuidadosamente para impedir su robo o mutilación, se interpretaba que palladla
significaba palta, «o cosas arrojadas desde el cielo». Los palta no podían
estar ocultos al cíelo; por eso la piedra del trueno sagrada de Término en Roma
se hallaba bajo un agujero abierto en el techo del templo de Júpiter, lo que
explica una abertura análoga en Troya.
4.
La
adoración de los meteoritos se extendió fácilmente a los monolitos antiguos, el
origen fúnebre de los cuales había sido olvidado; y luego del monolito a la
imagen de piedra, y de la imagen de piedra a la imagen de madera o de marfil
sólo había un corto paso. Pero la caída de un escudo del cielo —el ancile de
Marte (Ovidio: Fasti iii.259- 73) es el caso más conocido— necesita una
explicación mayor. Al principio se creía que los meteoritos, como los únicos
palta auténticos, originaban el rayo que raja los árboles de los bosques. Luego
las hachas de piedra neolíticas, como la que se encontró recientemente en el
templo de Asine en Micenas, y las hachas o martinetes primitivos de la Edad de
Bronce, como el de Cibeles en Éfeso (Hechos xix.35), fueron tomados
erróneamente por rayos. Pero el escudo era también un instrumento del trueno.
Los hacedores de lluvia prehelenos convocaban tormentas haciendo girar matracas
para imitar el sonido del viento, y para imitar al trueno golpeaban grandes
escudos de piel de buey muy estirada con palillos de tambor de dos cabezas como
los que llevan los sacerdotes salios en el relieve de Anagni. La única manera
de hacer que una matraca suene continuamente es girarla en circuito en forma de
ocho, como hacen los niños con los molinos de viento de juguete; y como a las
antorchas utilizadas para imitar el relámpago se las hacía girar, al parecer,
del mismo modo, el escudo hacedor de lluvia tenía también la forma de ocho y
los palillos dobles golpeaban continuamente en ambos lados. Por esto las
ilustraciones cretenses que sobreviven muestran al espíritu del trueno
descendiendo como un escudo en forma de ocho, y, por tanto, a los escudos
antiguos se los adoraba como palta. Una tablilla de piedra caliza pintada de la
acrópolis de Micenas demuestra, por el color de la carne, que el espíritu del
Trueno era una diosa más bien que un dios; en un anillo de oro encontrado en
las cercanías no se indica el sexo .del escudo que desciende.
5.
Casandra
y las serpientes recuerdan el mito de Melampo (véase 122.c) y el acto de
escupir Apolo en su boca el de Glauco (véase 90.f). Su prisión era
probablemente una tumba en forma de colmena desde la que hacía profecías en
nombre del héroe que yacía enterrado allí (véase 43.2 y 154.1).
6.
Éaco,
el nombre del hijo profético de Príamo, significa la rama de mirto que se
pasaba de uno a otro comensal en los banquetes griegos como un desafío a cantar
o componer. Como el mirto es un árbol de la muerte (véase 101.1 y 109.4), esos
poemas pueden haber sido originalmente profecías hechas en una fiesta dedicadas
a un héroe. El ave acuática estaba consagrada a Atenea en el Ática y asociada
con el anegamiento del pharmacos regio (véase 94.1). El salto de Escamandro en
el río Janto tiene que referirse a una costumbre troyana análoga de ahogar al
rey viejo (véase 108.3); se suponía que su ánima preñaba a las muchachas cuando
iban a bañarse allí (véase 137.3). Tántalo, que parece haber sufrido la misma
suerte, se casó con la hija de Janto (véase 108.d)
7.
Príamo
tenía cincuenta hijos, diecinueve de los cuales eran legítimos; esto indica que
en Troya la longitud del reinado del Rey se regía por el ciclo metónico de
diecinueve años y no por el ciclo de cien lunaciones compartido entre el rey y
el heredero, como en Creta (véase 138.j) y Arcadia (véase 38.2). Sus doce hijas
eran quizá guardianas de los meses.
8.
La
importancia de la participación de Éaco en la construcción de las murallas de
Troya no se debe pasar por alto: Apolo había profetizado que sus descendientes
estarían presentes en su captura tanto en la primera como en la cuarta
generación (véase 66.i), y sólo se podría abrir una brecha en la parte
construida por Éaco (Píndaro: Odas píticas viii. 31-46). Andrómaca recordó a
Héctor que esa parte era la cortina del lado occidental de la muralla, «cerca
de la higuera», donde la ciudad podía ser atacada con más facilidad (Homero:
Ilíada vi.431-9), y «los más valientes que siguen a los dos Ayantes ya por tres
veces se han encaminado a aquel sitio para intentar el asalto: alguien que
conoce los oráculos se lo indicó, o su mismo arrojo los impele y anima». Las
excavaciones realizadas en Troya por Dórpfeld demostraron que la muralla era,
inexplicablemente, más débil en ese punto; pero los compañeros de Ayax y de
Éaco no necesitaban que un adivino les informara de ello si, como sugiere
Polibio, «Éaco» provenía de la locrense Opus, la ciudad de Áyax el Pequeño.
Lócride, que parece haber proporcionado el elemento iliano de la Troya
homérica, y gozaba del privilegio de nombrar a las sacerdotisas troyanas (véase
168.2), era un distrito lélege pre-helénico con instituciones matrilineales e
inclusive matriarcales (véase 136.4); otra tribu de léleges, quizá de
ascendencia locria, vivía en Pedaso, en Tróade. Una de sus princesas, Laótoe,
fue a Troya y tuvo un hijo con Príamo (Homero: Ilíada xxi.86). Parece haber
sido la buena voluntad de las sacerdotisas locrias para sacar a escondidas el
paladio y ponerlo a salvo en Lócride lo que facilitó la toma de la ciudad por
los griegos (véase 168.4).
9.
Puesto
que un Teucro era hijo de Escamandro y otro nieto de Éaco e hijo de Hesíone, la
hermana de Príamo (véase 137.2), al elemento teucro en Troya se le puede
identificar con el lélege, o eácida, o iliano; los otros dos elementos eran el
lidio, o dardanio, o tirreno, y el troyano, o frigio.
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