a. Alcmena, la madre de Heracles, había ido a Tirinto llevando con
ella a algunos de sus hijos; otros seguían en Tebas y Traquis. Euristeo decidió
expulsarlos a todos de Grecia antes que pudieran llegar a la edad viril y
destronarlo. En consecuencia envió un mensaje a Ceix, exigiéndole la
extradición no sólo de los Heraclidas, sino también de Yolao, toda la casa de
Licimio y los aliados arcadios de Heracles. Demasiado débiles para oponerse a
Euristeo, salieron conjuntamente de Traquis, pues Ceix alegó que no podía
ayudarles, y visitaron la mayoría de las ciudades griegas como suplicantes,
suplicando hospitalidad. Los atenienses gobernados por Teseo fueron los únicos
que se atrevieron a desafiar a Euristeo; su innato sentido de la justicia prevaleció
cuando vieron a los Heraclidas sentados en el Altar de la Misericordia.
b. Teseo estableció a los Heraclidas y sus compañeros en Tricorito
—una ciudad de la tetrápolis ática— y no quiso entregarlos a Euristeo, lo que
fue la causa de la primera guerra entre Atenas y el Peloponeso. Pues cuando
todos los Heraclidas llegaron a la edad viril Euristeo reunió un ejército y
marchó sobre Atenas; Yolao, Teseo e Hilo fueron designados jefes de los
atenienses y los heráclidas combinados. Pero algunos dicen que a Teseo le había
sucedido ya su hijo Demofonte. Como un oráculo anunció que los atenienses
serían derrotados a menos que uno de los hijos de Heracles muriese por el bien
común, Macaría, la única hija de Heracles, se suicidó en Maratón y así dio su
nombre a la fuente Macaría.
c. Los atenienses, cuya protección de los Heraclidas sigue siendo
un motivo de orgullo cívico, vencieron luego a Euristeo en una batalla campal y
mataron a sus hijos Alejandro, Ifimedonte, Euribio, Mentor y Perimedes, además
de a muchos de sus aliados. Euristeo huyó en su carro, perseguido por Hilo,
quien le alcanzó en las Rocas Escironias y allí le cortó la cabeza a la que
Alcmena le sacó los ojos con agujas de tejer; su tumba se muestra en las
cercanías.
Pero algunos dicen que le capturó Yolao en las Rocas Escironias y lo llevó a
Alcmena, quien ordenó que lo ejecutasen. Los atenienses intercedieron en su
favor, aunque en vano, y antes que se cumpliera la sentencia Euristeo derramó
lágrimas de agradecimiento y declaró que se mostraría, inclusive muerto, como
su amigo constante y enemigo jurado de los Heraclidas. «Teseo —dijo—, no
necesitas verter libaciones ni sangre en mi tumba; inclusive sin esas ofrendas
me comprometo a arrojar a todos los enemigos del territorio del Ática.» Luego fue
ejecutado y enterrado frente al templo de Atenea en Pelena, a mitad de camino
entre Atenas y Maratón. Según una versión muy distinta, los atenienses ayudaron
a Euristeo en una batalla que libró contra los Heraclidas en Maratón, y Yolao,
después de cortarle la cabeza junto a la fuente Macaría, cerca del camino de
carros, la enterró en Ticorito y envió el cuerpo a Gargueto para que lo
enterrasen.
d. Entretanto, Hilo y los Heraclidas que se habían establecido
junto a la Puerta Electriana en Tebas invadieron el Peloponeso y se apoderaron
de todas sus ciudades en un ataque súbito; pero cuando, al año siguiente, se
produjo una peste y un oráculo anunció: «Los Heraclidas han vuelto antes del
tiempo debido», Hilo se retiró a Maratón. Obedeciendo el último deseo de su
padre, se había casado con Yole y fue adoptado por el dorio Egimio; ahora fue a
preguntar al oráculo de Delfos cuándo sería «el tiempo debido» y se le aconsejó
que «esperase la tercera cosecha». Entendió que eso significaba tres años,
esperó a que transcurrieran y atacó de nuevo. En el Istmo le salió al paso
Atreo, que entretanto había ocupado el trono de Micenas y cabalgaba al frente
de un ejército aqueo.
e. Para evitar una matanza innecesaria Hilo desafió a cualquier
adversario de categoría a un combate singular. «Si venzo —dijo—, el trono y el
reino serán míos. Si pierdo, nosotros, los hijos de Heracles, no volveremos por
este camino durante otros cincuenta años.» Équemo, rey de Tegea, aceptó el
desafío y el combate se realizó en la frontera de Corinto y Megara. Hilo murió
y lo enterraron en la ciudad de Megara, después de lo cual los
Heraclidas le rindieron honores por su acción y una vez más se retiraron a
Tricorito, y de allí a Dóride, donde reclamaron a Egimio la parte del reino que
su padre le había confiado. Sólo Licimio y sus hijos y el hijo de Heracles
Tlepólemo, quien fue invitado a fijar su residencia en Argos, se quedaron en el
Peloponeso. Apolo Deifico, cuyo consejo, al parecer erróneo, le había valido
muchos reproches, explicó que por «tercera cosecha» había querido decir la
tercera generación.
f. Alcmena volvió a Tebas, y cuando murió allí a una edad muy
avanzada, Zeus ordenó a Hermes que se apoderase del ataúd que los Heraclidas
llevaban a la tumba, lo que él hizo, sustituyendo hábilmente el cuerpo con una
piedra y llevándose el cuerpo a las Islas de los Bienaventurados. Allí
resucitada y rejuvenecida, Alcmena se casó con Radamantis. Entretanto, al
encontrar que el ataúd era demasiado pesado para sus hombros, los Heraclidas lo
abrieron y descubrieron el engaño. Colocaron la piedra en un bosquecillo
sagrado de Tebas, donde ahora se adora a Alcmena como diosa. Pero algunos dicen
que se casó con Radamantis en Ecalia antes de morir; y otros que murió, durante
un viaje de Argos a Tebas, en Me gara, donde se muestra todavía su tumba;
añaden que cuando se produjo una disputa entre los heráclidas, pues algunos
querían llevar el cadáver de vuelta a Argos y otros continuar el viaje, el
oráculo de Delfos les aconsejó que la enterraran en Megara. Otra supuesta tumba
de Alcmena se muestra en Haliarto.
g. Los tebanos concedieron a Yolao un altar de héroe cerca del de
Anfitrión, y en él los amantes se desposan en obsequio de Heracles; aunque se
admite generalmente que Yolao murió en Cerdeña.
h. En Argos, Tlepólemo mató accidentalmente a su querido tío
abuelo Lidmio. Castigaba a un sirviente con un garrote de madera de olivo
cuando Licimio, viejo y ciego, tropezó con ellos y recibió un golpe en el
cráneo. Amenazado con la muerte por los otros Heraclidas, Tlepólemo construyó
una flota, reunió gran número de compañeros y, por consejo de Apolo, huyó a
Rodas, donde fijó su residencia tras largas andanzas y muchas penalidades.
En esa época Rodas estaba habitada por colonos griegos a las órdenes de Triopas,
hijo de Forbante, con cuyo consentimiento Tlepólemo dividió la isla en tres
partes y se dice que fundó las ciudades de Lindo, Yáliso y Camiro. Su gente fue
favorecida y enriquecida por Zeus. Más tarde Tlepólemo fue a Troya con una
flota de nueve navios rodios.
i. Heracles engendró otro Hilo con la ninfa acuática Mélite, hija
del dios fluvial Egeo, en el país de los feacios. Había ido allá después del
asesinato de sus hijos, con la esperanza de que le purificasen el rey Nausítoo
y Macris, la nodriza de Dioniso. Éste era el Hilo que emigró al Mar Cronio con
algunos de los colonos feacios y dio su nombre a los hileos.
j. El último que nació de todos los Heraclidas se dice que fue el
atleta tasio Teágenes, cuya madre fue visitada una noche en el templo de
Heracles por alguien al que ella tomó por su sacerdote, su marido Timóstenes,
pero que resultó ser el dios mismo.
k. Los Heraclidas finalmente reconquistaron el Peloponeso en la
cuarta generación a las órdenes de Témeno, Cresfontes y los mellizos Proeles y
Eurístenes, después de matar al rey Tisámeno de Micenas, hijo de Orestes. Lo
habrían conseguido antes si uno de sus príncipes no hubiera matado a Carno,
poeta acarniano, cuando se acercó a ellos cantando versos proféticos, pues le
confundieron con un mago enviado contra ellos por Tisámeno. En castigo por este
sacrilegio se hundió la flota heráclida y el hambre dispersó a su ejército. El
oráculo de Delfos les aconsejó entonces que «desterraran al asesino durante
diez años y tomaran a Triopas como guía en lugar de él». Estaban a punto de
llamar a Triopas, hijo de Forbante de Rodas, cuando Témeno observó que un jefe
etolio llamado Óxilo, quien acababa de expiar algún asesinato con un año de
destierro en Elide, montaba en un caballo tuerto. Ahora bien, Triopas significa
«de tres ojos» y en consecuencia Témeno le contrató como guía y, desembarcando
en la costa de Elide con sus parientes heráclidas, no tardó en conquistar todo
el Peloponeso y lo dividió echando suertes. El lote marcado con un sapo
significaba Argos y le tocó a Témeno; el marcado con una serpiente significa
Esparta y correspondió a los mellizos Proeles y Eurístenes; el marcado con una
zorra significaba Mesenia y le tocó a Cresfontes.
1.
La
desastrosa invasión del Peloponeso micénico por montañeses patriarcales
incultos desde la Grecia central, que, según Pausanias (iv.3.3) y Tucídides
(i.12.3) se realizó alrededor del año 1100 a. de C, fue llamada doria porque
sus caudillos provenían del pequeño Estado de Dóride. Tres tribus componían la
Liga Doria: los híleos, que adoraban a Heracles; los dimanes («entrantes»), que
adoraban a Apolo; y los pánfilos («hombres de todas las tribus»), que adoraban
a Deméter. Después de invadir la Tesalia meridional los dorios parecen haberse
aliado con los atenienses antes de aventurarse a atacar al Peloponeso. La
primera tentativa fracasó, aunque Micenas fue incendiada hacia 1100 a. de C.,
pero un siglo después conquistaron las regiones oriental y meridional, después
de haber destruido toda la antigua cultura de Argólide. Esta invasión que causó
emigraciones desde Argólide hasta Rodas y desde Ática hasta la costa jonia del
Asia Menor, y al parecer también desde Tebas hasta Cerdeña, originó la edad del
oscurantismo en Grecia.
2.
El
entierro estratégico de la cabeza de un héroe es común en los mitos:
así, según el M.abinogion, la cabeza de Bran fue enterrada en la
Colina de la Torre para defender a Londres de la invasión por el
Támesis; y, según Ambrosio (Epístola vii.2), la cabeza de Adán fue enterrada en
el Gólgota para proteger a Jerusalén por el norte. Además, Eurípides (Reso
413-15) hace declarar a Héctor que las
ánimas, inclusive de los extranjeros, pueden servir como espíritus guardianes
de Troya (véase 28.6). Tanto Tricorito como Gargueto se hallan en estrechos
desfiladeros que dominan los accesos al Ática. La persecución de Euristeo por
Yolao hasta más allá de las Rocas Escironias parece haber sido tomada de la
misma ilustración que sugirió el mito de Hipólito (véase 101. g).
3.
El
país de los feacios (véase 170.y) era Corara, o Drepane, ahora Corfú, frente al
cual se halla el islote sagrado de Macris (véase 154jz). El Mar Cronio era el
Golfo de Finlandia, desde donde, según parece, llevaban el ámbar a Corcira;
esta isla se halla asociada también con la expedición de los argonautas en
busca de ámbar al Adriático (véase 148.9).
4.
Triopas,
el colonizador griego de Rodas, es una masculinización de la antigua diosa
triple Dánae, o Damkina; de acuerdo con sus tres personas recibieron sus
nombres Lindo, Yáliso y Camiro. Según otras versiones, estas ciudades fueron
fundadas por los Telquinos (véase 54.m), o por Dánao (véase 60.d). Como Alcmena
era simplemente un título de Hera, nada había de notable en que se le dedicara
un templo.
5.
Polignoto,
en su famosa pintura de Delfos, representó a Menelao con la insignia de una
serpiente en el escudo (Pausanias: x.26.3), probablemente la serpiente de agua
de Esparta (véase 125J). Una zorra ayudó al héroe mésenlo Aristómenes a escapar
de un abismo al que lo habían arrojado los espartanos (Pausanias: iv.18.6); y
la diosa como zorra era muy conocida en Grecia (véase 49.2 y 89.8). El sapo
parece haber llegado a ser el emblema argivo, no sólo porque tenía reputación
de ser peligroso de manejar y porque causaba un silencio temeroso a todos los
que lo veían (Plinio: Historia natural xxxii.18), sino también porque a Argos
se le llamó primeramente Forónico (véase 57.d); en el silabario que precedió al
alfabeto en Argos los radicales PHRN podían ser expresados por medio de un
sapo, phryne.
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