La religión, las leyendas y mitos cosmogónicos, y las tradiciones heroicas de los germanos se originan en las tradiciones indoeuropeas, que algunos han llamado arias, y muestran paralelos muy nítidos con las mitologías de la India y de Grecia, que demuestran su origen común. Después del arrasamiento realizado por el clero cristiano sobre los remanentes de las antiguas religiones, las únicas fuentes para conocer la mitología germánica son los relatos de los historiadores romanos y los escritos que en el siglo IX dejó en Islandia, Snorri Sturluson en su Edda en Prosa.
Para los primitivos germanos, la creación se produjo en el llamado Vacío Mágico (Ginnunga), equivalente al Caos original de los griegos (caos no significa propiamente desorden en su sentido original, sino más bien ámbito en que suceden cosas). De aquel vacío surgió el Creador que para los germanos era, según una de sus versiones, el dios Twisto, (el Doble), que era una divinidad andrógina, a la vez hombre y mujer, quien dio a luz a Mannus, el fundador de la raza humana (Mann = humano). De acuerdo a la versión del romano Tácitus, los germanos ponían a la cabeza de la creación al gigante Ymir, cuyo nombre se relaciona con el sánscrito Yama (el doble, el gemelo), el primer creado, y con el latín Ianus, el Géminis, y con el antiguo dios Jano, al que se representaba con dos caras, mostrando su carácter doble. Como Twisto, Ymir era andrógino, hombre y mujer, y así engendró a Odín (Wotán) y a sus dos hermanos. Del cuerpo de Ymir o Twisto se construyó el mundo, que gira incansablemente mientras va girando la rueca donde se hila el destino.
Odín, identificado con el Árbol de la Vida (Yggdrasill), es el Terrible pilar del Universo, y su proyección hacia los astros pasa por la Osa Menor, en torno de la cual, el firmamento entero da vueltas lo mismo que la tierra. Los dioses germánicos eran en general equivalentes a los greco-romanos, aunque cargados de la barbarie de los nórdicos. Así, Odín o Wotán era considerado equivalente a Zeus o Júpiter; Tyr o Tiw, a Hermes o Mercurio; Dunor o Donar, a Hércules, y Frigg o Freya, a Afrodita y Venus; de esa forma las lenguas germánicas han llamado a los días de la semana. Por ejemplo, Wotanday equivale a Miércoles (día de Mercurio), y Frigg-day equivale a Viernes (día de Venus).
Lo más característico de la mitología germánica es su creencia en un mundo placentero que esperaba a los guerreros caídos en combate, el Walhalla, donde las almas gozaban de festines y combates eternos. Las Valquirias eran ángeles que en forma de bellas muchachas recorrían los campos de batalla recogiendo a los héroes muertos.
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