jueves, 28 de febrero de 2019

La conquista del dunu

En otro tiempo sólo había dunu en el país de las hienas, y los hombres ignoraban su uso.

  Un día un hombre llamado Siramaka oyó un sonido de tamtam agradable a sus oídos. De manera que resolvió apropiarse el instrumento que producía tal sonido.

  Se dirigió al lugar donde había oído resonar el dunu, y así llegó al pueblo de las hienas.

  Las fieras se apoderaron de él y lo amarraron para impedir que se escapase. Resolvieron ofrecerlo en sacrificio a su dunu, que emitía un sonido tan potente como para oírlo desde Bamako cuando lo batían en Bogandé.

  Durante la noche, Siramaka acertó a desgastar las ligaduras que le paralizaban los brazos, se apoderó del dunu y huyó con él.

  Antes que las hienas se percatasen del robo, ya estaba de regreso en su pueblo y comenzó a batir el dunu, cuyo sonido atrajo una muchedumbre de curiosos.

  Desde entonces los hombres han poseído dunus, cuyo uso se ha perpetuado

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