Su culto se introdujo desde Grecia a través de Tusculum. Tradicionalmente fue inaugurado el año 449 a. C., después de que los gemelos divinos lucharan a favor de los romanos en la batalla del lago Regilio. A la sazón los romanos se hallaban empeñados en derrotar a una poderosa coalición enemiga. En lo más tremendo de la lucha, cuando el combate tomaba mal cariz para los romanos, Cástor y Pólux aparecieron de repente a caballo de blancos corceles y armados con refulgentes corazas. Con esta ayuda sobrenatural, los romanos consiguieron una gran victoria.
En Roma, la gente esperaba con angustia el resultado del difícil combate. Los brillantes jinetes aparecieron entonces en el Foro. Se detuvieron ante el templo de Vesta, desmontaron y lavaron a sus corceles alados en la fuente Juturna. Después volvieron a montar y desaparecieron.
Los romanos se dieron entonces cuenta de que la intervención sobrenatural de los dioses gemelos indicaba las preferencias de éstos en la lucha. Agradecidos, levantaron un templo en el Foro en honor de Cástor y Pólux, cercano al de Vesta, y desde entonces los tuvieron como protectores de Roma. Todavía hoy existe el recuerdo del lago por una cisterna rectangular de piedra, así como tres columnas del templo que Augusto construyó por tercera vez. También se asociaron los Gemelos con el comercio; su santuario poseía bajo sus órdenes una oficina de pesos y medidas.
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