En la recopilación conocida como la Edda Prosaica, en la sección llamada El engaño de Gylfi, encontramos historias que hablan de las cortes de los dioses, de la estructura del universo, de la naturaleza del destino y de la jerarquía de las deidades. La Edda Poética contiene asimismo un poema llamado La lista de Rig que suministra una explicación sobrenatural complementaria acerca de los orígenes del orden social humano.
En La lista de Rig, un dios llamado Rig crea tres seres humanos que nombrarán también a las tres clases sociales distintas: Thrall, Granjero y Señor. En nórdico antiguo, la palabra thrall (þræll) servía para designar a un esclavo. En inglés antiguo el término correspondiente era theow (þēow). El poema se halla en el Codex Wormianus, que también contiene una copia de la Edda Prosaica de Snorri Sturluson. El nombre Rig podría proceder de la palabra irlandesa para rey: ri. Esto tal vez indique que el poema en nórdico antiguo pasó algún tiempo en los reinos vikingos del mar de Irlanda. Es incluso posible que el poema original fuese céltico, en vista del uso del nombre Rig. A menudo se considera que Rig es un alias del dios Heimdall, pero esta asociación no está del todo contrastada. La identificación con Heimdall no se encuentra en el propio poema, sino en la introducción en prosa que se agregó cuando se escribió el Codex Wormianus en el siglo xiv. El poema Profecía de la vidente habla de «la primavera de Heimdall» en su línea inicial y eso también parece sugerir la participación de Heimdall en la creación de la humanidad. Por tanto, podría ser que la introducción en prosa realizada en las postrimerías del siglo xiv esté tratando de casar las dos tradiciones y crear una única narración coherente a partir de ambas. Eso podría ser la intención del escritor original de La lista de Rig, o podría tratarse del añadido de una idea posterior en la obra. Heimdall era el guardián de los dioses y otras tradiciones ubicaron su residencia cerca del puente Bifrost, que une Asgard (hogar de los dioses) con Midgard (la Tierra Media).
Es interesante observar que Rey, que aparece al final del poema, es el hijo menor de Señor, y se destaca por su conocimiento de las runas, así como por su relación con Rig. Se presenta aquí la idea de un rey que es elegido por los dioses, y no una simple sucesión de padre a hijo. Esta afirmación de los orígenes divinos de la monarquía podría ser el reflejo de una ideología que hundiría sus raíces en los conceptos paganos de la Era Vikinga. Por otra parte, la idea de una realeza sancionada por la divinidad se encuentra a menudo en las sociedades cristianas de la Europa medieval, por lo que también podría indicar una posterior reescritura del material mitológico previo.
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El viaje del rey Gylfi
El rey Gylfi de Suecia fue a Asgard, el hogar de los dioses, para descubrir los secretos de los Æsir. Mientras estaba allí, hizo multitud de preguntas a los tres misteriosos gobernantes conocidos como Altísimo, Tan Alto y Tercero. Dado que Gylfi no quería delatarse, dijo llamarse El Vagabundo. Y fue así como trató de desentrañar los secretos de los Æsir.
Primero descubrió cómo nació el universo y cómo se crearon los gigantes del hielo, los dioses y los hombres. Aprendió cómo se estructuraron las diversas partes del universo y cómo algún día este llegaría a su fin con terrible violencia. Luego descubrió cómo se organizaba y ordenaba la sociedad dentro del universo en el que había surgido gracias a la acción del fuego y el hielo, y la interacción de los dioses y los gigantes helados.
El templo, la corte y la metalurgia en Asgard
Odín, conocido como Padre Supremo, designó gobernantes para regir Asgard y también el destino de los hombres. Entre todos, construyeron un templo inmenso en el centro de Asgard, en el lugar llamado Gladsheim. En ese templo se erigieron trece tronos: uno para Odín y doce para sus asociados. Se le dio un aspecto, tanto interior como exterior, resplandeciente como el oro. Además de Gladsheim, construyeron un salón para que viviesen las diosas. Lo llamaron Vingolf.
Tras eso, crearon fraguas y equipos de herrería con los que fabricaron cuantos útiles necesitaban. A continuación, se convirtieron en artesanos de todo tipo de materiales —piedra, madera y metal— y en orfebres que realizaron todos los muebles y utensilios en oro. Fue la Edad de Oro. Pronto, esa Edad de Oro se vería desafiada por la llegada de mujeres de Giantland, pero antes los dioses establecieron sus tronos y las cortes que los regían y, lo primero de todo, discutieron entre ellos el destino de los enanos.
Cuando se creó el mundo, la tierra se había formado de la carne del gigante Ymir. En esa carne vivían criaturas que surgieron de la misma forma que lo hacen los gusanos en la carne en descomposición. Fue decisión de los dioses, sentados en el templo de Gladsheim, que tales seres debían adoptar la forma y el raciocinio de los hombres, pero seguir habitando en la tierra y las rocas. Tal fue el origen de los enanos. El primer enano se llamó Motsognir y el segundo Durin. Algunos enanos vivían en la tierra y otros en las rocas.
El fresno Yggdrasil
El lugar más sagrado de los dioses de Asgard se hallaba en el fresno conocido como Yggdrasil. Allí fue donde instalaron su corte. El árbol es el mayor de todo los existentes y sus ramas cubren el mundo entero. Sus raíces son tres, de gran longitud.
Una de las raíces de Yggdrasil crece en el reino gobernado por los dioses de los Æsir.
Otra de sus raíces crece en la tierra de los gigantes de hielo. Debajo de esta se encuentra el pozo de Mimir. Su agua contiene la sabiduría y el conocimiento, y el amo de ese pozo, Mimir, es sabio porque la bebe. Odín, Padre Supremo, fue hasta allí y, por un simple sorbo, entregó uno de sus ojos a modo de pago.
La tercera raíz crece profunda hacia el Niflheim. Bajo esa raíz subyace el burbujeante e hirviente manantial de Hvergelmir (que es fuente de muchos ríos). El dragón Nidhogg roe esa raíz. Esta tercera raíz se extiende lejos —en el cielo— y hay otro pozo bajo ella, el muy sagrado Pozo de Weird. Las deidades celebran allí Cortes y los dioses de los Æsir cabalgan cada día hasta ese lugar a través del puente Bifrost, que une el cielo y la tierra. El mejor caballo de los que monta Odín es Sleipnir, el de ocho patas. Tiene otros diez, pero el que una vez perteneció al dios Baldr fue quemado cuando incineraron a su amo. El dios Thor camina hacia donde se celebran las Cortes y vadea ríos para poder llegar.
Las doncellas que conforman el destino de los hombres
El rojo en el arco iris es el fuego que arde en el puente llamado Bifrost (que une la tierra con el cielo). De no ser así, los gigantes del hielo y los gigantes de la montaña podrían cruzarlo. Protegidos al otro lado, se hallan los hermosos sitios del cielo. Uno de los lugares más bellos es un salón que se encuentra junto al fresno Yggdrasil. En ese salón viven tres doncellas llamadas Weird, Verdandi y Skuld. Son las nornas, y dan forma al destino de las gentes. Otras nornas visitan a cada persona que nace para decidir el curso de sus vidas. Las nornas son de tres orígenes: algunas son divinas y provienen de los Æsir, otras son elfos y el tercer grupo proviene de los enanos. Las nornas buenas determinan el destino de aquellos cuyas vidas discurren bien, en tanto que las nornas malas lo hacen con aquellos que sufren en infortunio su existencia.
Las nornas viven debajo del fresno y en las ramas de este se aposenta un águila que sabe de muchas cosas. Es más, entre los ojos de esa águila se sienta un halcón llamado Wedrfolnir. Una ardilla llamada Ratatosk corretea arriba y abajo del fresno. Lleva mensajes ofensivos entre el águila y el dragón Nidhogg. Y ese no es el mayor problema para el fresno: cuatro ciervos corren por sus ramas y se comen sus hojas. Tienen por nombres Dain, Dvalin, Duneyr y Durathror. Además, hay un gran número de serpientes que viven alrededor del dragón Nidhogg y devoran el fresno por debajo. Y no solo eso, sino que uno de los lados del árbol también se está pudriendo.
Para intentar salvar al fresno, las nornas que viven junto al Pozo de Weird sacan de él agua todos los días y toman también barro de sus próximidades para cubrirlo y tratar de proteger sus ramas de la decadencia. El agua del pozo es tan sagrada que vuelve blanco todo lo que entra en contacto con ella. Además, el rocío que cae del árbol es dulce como la miel y las abejas se alimentan de él. También comen allí, en el mismo pozo, dos cisnes. De ellos descienden todos los cisnes que existen.
Los otros lugares asombrosos
que se encuentran en el reino de los dioses
En el reino de los dioses existen muchos lugares prodigiosos. Uno, llamado Alfheim, es el hogar de los elfos de luz. Los elfos de luz son de apariencia brillante, relucientes como el sol, y eso se refleja en su naturaleza. Bajo tierra, por el contrario, viven los elfos oscuros. Son más negros que la pez y eso también se refleja en su naturaleza.
Otros hermosos palacios son Breidablik y Glitnir; este último está hecho de oro rojo y tiene un techo recubierto de plata. Otro palacio también techado en plata es Valaskialf, que es una residencia de Odín, y es ahí donde tiene su trono llamado Hlidskialf. Desde ese trono, Odín, Padre Supremo, puede ver el mundo entero. Aún más grande es el palacio conocido como Gimle, más brillante que el sol y que sobrevivirá a la destrucción final del cielo y la tierra. Aquellos que mueren y han sido buenos irán a vivir a ese lugar imperecedero.
Gimle sobrevivirá a la destrucción del cielo y la tierra porque hay otros cielos aparte de aquel en el que los dioses viven ahora. Uno, llamado Andlang, se encuentra al sur y por encima de ese en el que viven los dioses, existe otro llamado Vidblain, que está todavía más arriba. Es en ese tercer cielo donde se sitúa Gimle y, de momento, solo los elfos de luz viven en tales lugares.
Pero hay más que decir acerca del orden de las cosas. En el norte del cielo se encuentra la fuente de todo viento, que se produce cuando el águila gigante Hraesvelg agita las alas. Y, en lo tocante a los orígenes del verano y el invierno, el primero nace de su padre Svasud y el segundo de Vindloni, el del corazón duro y helado.
El ordenamiento de la sociedad de los Æsir
Hay doce divinos Æsir. Odín es el que se erige sobre todos. Los otros dioses se someten a él como los niños se someten a su padre. Por tal razón es conocido como Padre Supremo. Está casado con Frigg, que conoce el destino de todas las personas. Odín es también el padre de los guerreros muertos en batalla y es quien decide dónde vivirán en el Valhalla. Por esa razón, se le llama a veces Padre de los Muertos. También se le conoce como Dios de los Ahorcados, Dios de los Prisioneros y Dios de los Cargamentos. O por muchos otros nombres con los que le designan distintas gentes del mundo.
Por debajo de Odín se encuentra Thor. Es el más sobresaliente de los demás dioses. Le llaman Thor de los Æsir y es más fuerte que cualquier otro dios u hombre. Su salón, que lleva el nombre de Bilskirnir, se halla en Thurdvangar. Es más grande que ningún otro y dispone de muchas habitaciones. Thor viaja en un carro tirado por dos cabras que se llaman Tanngniost y Tanngrisnir.
Thor es también conocido por tres de sus posesiones. La primera es el martillo Miollnir, el quebrantacráneos. ¡Bien que lo saben los gigantes del hielo y los gigantes de la montaña! La segunda es una faja que duplica su fuerza cuando se la ciñe. La tercera y última, es un par de guanteletes de hierro que se pone cada vez que blande su martillo. Acerca de Thor corren multitud de historias.
Entre los Æsir hay también muchos otros dioses y diosas. El segundo hijo (Thor es el primero) es Baldr. Apuesto y resplandeciente de luz brillante, es reverenciado por todos. Sus pestañas son tan blancas que hay una planta alba que lleva su nombre. Aunque es el más sabio de los Æsir, misericordioso y de verbo amable, nada de lo que anuncia sucede. En su hogar, Breidablik, no hay nada impuro.
Otro de los dioses es Niord, dios del viento, el mar y el fuego. En su casa, en Noatun, aquellos que van a viajar o a adentrarse en el mar para pescar le ofrecen plegarias. Niord no es de la raza de los Æsir. Al contrario, es de la de los Vanir, y fue entregado a los Æsir como rehén durante la tregua que puso paz entre los Æsir y los Vanir. Su esposa es Skadi, una giganta. Skadi quería vivir en las montañas, pero Niord prefería tener su hogar junto al mar. Para dirimir el problema, dividieron su tiempo entre los dos lugares, aunque Niord manifestó que le perturbaban los lobos aullantes de las montañas y ella se quejaba de las molestias causadas por el griterío de las gaviotas en la costa. Tan infeliz se sentía Skadi que abandonó el mar para irse a las montañas, por lo que es conocida como «dama esquí». Al quedarse en la costa, Niord tuvo dos niños: Freyr, amo de la lluvia, el sol y cuanto crece en la tierra, y Freyia, que elige a la mitad de los guerreros muertos en batalla —la otra mitad son enviados al salón de Odín— y conduce un carro tirado por dos gatos. Aquellos que buscan la paz y la prosperidad rezan a Freyr, en tanto que la gente reza a Freyia pidiendo amor. Las damas de alta cuna reciben un tratamiento que procede de su nombre.
Otro dios es Tyr. Se trata de una deidad guerrera, valiente, a la que rezan aquellos que van a la batalla. Los guerreros más hábiles en las artes de la guerra son nombrados en su honor (tyr-valeroso). Y por su sabiduría, los hombres sabios son nombrados también en su honor (tyr-sabios). Tyr solo tiene una mano. Eso se debe a que la otra se la arrancó el lobo Fenrir. Cuando los Æsir encadenaron a Fenrir, fue Tyr el que colocó su mano en la boca del lobo como garantía de que Fenrir acabaría por ser liberado de la cadena. Cuando los Æsir no lo hicieron, Fenrir le arrancó la mano. Por eso ahora a la muñeca se la llama «juntura del lobo».
Otro dios es Bragi, deidad del lenguaje y la poesía. Tanto los hombres como las mujeres que son buenos oradores llevan su nombre (brag-hombre, brag-mujer). Su esposa, Idunn, es la guardiana de las manzanas que los dioses comen para conservarse jóvenes. Por eso se mantendrán así hasta el Ragnarok.
Otro Æsir es Heimdall el Santo, que tiene dientes de oro y nació de nueve hermanas vírgenes. Es el guardián de los dioses. Vive cerca del Bifrost a fin de protegerlo contra cualquier gigante de las montañas que pudiera tratar de cruzar el puente y llegar al reino de los dioses. Su caballo se llama Gulltop. Duerme menos que un pájaro, su vista es tan aguda por la noche como por el día y puede ver a gran distancia. Tan aguzados están sus sentidos que puede oír crecer la hierba y también la lana en el lomo de las ovejas, a pesar de que eso ocurra muy bajo tierra. Su trompeta se llama Giallarhorn, y sus notas suenan tan fuerte que se pueden oír en los distintos mundos.
El dios Hod es muy fuerte pero ciego. Los dioses no le mencionan porque hizo cosas terribles (como matar de forma involuntaria a su hermano Baldr, por lo que él mismo fue asesinado en venganza por el dios llamado Vali).
Vidar el Silente es casi tan fuerte como Thor y es defensor de las causas de los dioses, no importan los peligros que tenga que arrostrar.
Vali es temerario en el combate e hijo de Odín y la diosa Rind (una giganta). Es muy buen tirador con arco (vengó a Baldr matando a Hod).
Otro buen arquero y esquiador experto es Ull, nietastro de Thor. Además de guerrero valeroso es hermoso de apariencia. Aquellos que se enfrentan a un combate singular rezan a Ull en busca de auxilio.
Los que se ven en dificultades legales rezan a Forseti, el hijo de Baldr y Nanna. Su salón se llama Glitner, tiene paredes y pilares de oro adornados con oro rojo y el techo forrado de plata. Allí juzga las disputas legales tanto entre dioses como entre hombres.
De cómo el dios Heimdall creó los diferentes órdenes de personas
En los tiempos antiguos, el poderoso dios llamado Heimdall, que también lleva el nombre de Rig, viajó por las verdes carreteras que recorren la tierra. En su camino, llamó a la puerta de tres casas y, mientras estuvo en ellas, dio origen, a través de las generaciones siguientes, a los diferentes órdenes sociales de las personas.
La primera casa a la que Heimdall (Rig) llegó, estaba habitada por una pareja de ancianos. Eran campesinos y le dieron la bienvenida con pan basto y ternero hervido. Al llegar la noche, durmió entre ellos en la cama. Permaneció allí tres noches, antes de marcharse. Al cabo de nueve meses, la anciana alumbró a un niño. Era de pelo y piel oscuros, y lo llamó Thrall. Creció fuerte, pero feo. Resultó hábil haciendo cosas para la granja y trabajando. Se casó con una chica cuyo nombre era Esclava, y sus hijos son todos aquellos que trabajan para otros como esclavos. Sus hijos tenían nombres como Curtido, Vago, Gris, Estruendo y Parlanchín.
En la segunda casa que visitó Heimdall vivía una pareja de apuestos ancianos. Él tenía barba bien recortada y ella vestía la cofia y el delantal de la esposa de un granjero. Él era un carpintero habilidoso y ella ducha con el huso de hilar. Al llegar la noche, Heimdall durmió entre ellos en su cama. Se quedó tres noches antes de marcharse. Al cabo de nueve meses, la anciana dio a luz a un niño. Era de tez rubicunda y su madre lo llamó Granjero. Creció y se hizo hábil en los oficios de arar, cuidar del ganado y construir granjas y graneros. Se casó con una chica llamada Nuera y formaron un hogar. Sus hijos son todos aquellos que cultivan la tierra. Tuvieron nombres tales como Herrero, Recortado, Combativo, Esposa y Sensible.
La tercera casa a la que llegó Heimdall estaba habitada por una apuesta pareja. El hombre era hábil con el arco y la dama llevaba el broche y la blusa propios de las mujeres nobles. Le dieron la bienvenida con pan fino, cerdo asado y aves de calidad. Bebieron vino en copas de buena factura. Al llegar la noche, Heimdall durmió entre ellos en su cama. Al cabo de nueve meses, la mujer dio a luz a un niño. Tenía el pelo rubio y mirada brillante. Lo llamó Señor.
Señor creció, haciéndose experto en el uso del arco y el escudo, así como en la equitación. Heimdall regresó y le enseñó las runas, y reveló que Señor era su hijo. Señor se dedicó a la guerra, mató a sus enemigos y se hizo el dueño de las poblaciones cercanas. Se hizo rico y recompensó a los guerreros. Se casó con una chica —la hija de Caudillo— que era sabia y bella. Sus hijos tuvieron nombres tales como Hijo, Noble y Descendiente. Al más joven le llamaron Rey. Conocía las runas y estaba versado en muchos aspectos de la vida. Era fuerte y podía entender el lenguaje de las aves. Tan ducho se hizo en el conocimiento y el empleo de las runas que llegó a ser conocido con el nombre de Rig, su abuelo. Mientras Rey cabalgaba por el bosque, un cuervo le recordó que su destino era dirigir ejércitos y aprender de aquellos que podían capitanear buques y blandir espadas en la guerra.
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