jueves, 4 de abril de 2019

Costumbres de Aymaras y Khechuas

Las costumbres de Aymaras y Khechuas, como heredad de la grandeza histórica de su
cultura, nos presentan contornos cada vez más admirables.
Baste decir que, ni las actuales tesis de avanzado pacifismo de la liga de las naciones,
podrían concebir los virtuosos medios por los que el Ande rigió sus conquistas
civilizadoras. Sus ideales de gobierno igualitario, de comunismo agrario, de distribución
equitativa de los productos, de donación de tierras a los recién nacidos, de honradez en
el cumplir de leyes. En realidad, si algo todavía se escribe sobre esta raza y sus
costumbres, es simplemente para admirarla, a pesar de que ya ha asombrado
demasiado con la pujanza de su cultura, cuyo molde tendrán que tomar las naciones de
mañana si quieren ser felices...

Aspectos
El Gobierno sostenía Khorpahuasis, graneros para los pobres a quiénes distribuía
también ropas cuando debían aproximarse a los santuarios.
Recogía a mujeres bellas para que los desheredados las tomaran por esposas, sin
obligación de llenar todas las ceremonias de costumbre. El Gobernador les hacía una
arenga para que lleven vida honorable.
Los delincuentes, ociosos y ladrones, no merecían el seno de la tierra como sepultura:
eran echados a los recintos de Puma. Nadie se embriagaba en día particular. No
existía el robo en épocas de siembra se ayudaban todos recíprocamente. A quiénes
tenían tendencia al ocio se les despropiaba de todo para que la necesidad les obligara a
trabajar. Para épocas de carestía se hacía inmenso acopio de granos.
Los niños, al entrar ya a su primera juventud, eran ejercitados, en grandes stadiums, en
el deporte, por medio de juegos (agilidad, carrera, resistencia, caza, tiro, etc.) con
premios y concesión de grados oficiales dentro del gobierno y ejército. Los torneos se
realizaban con ocasión de la fiesta solar.

Al ser consagrados los jóvenes en los deportes, eran también exhortados por los sabios
y los ancianos próceres, en sentido de comprender que abandonaban su niñez y sus
juegos y que entraban en edad del buen obrar. Su preocupación futura debían ser los
problemas de la comunidad.
Era la ocasión de adquirir títulos. Quiénes se rendían en los juegos de pruebas tenían
que ser sonrojados por todos y se les destinaba a cargos subalternos de servicio común.
Los médicos y cirujanos del Imperio, hacían grandes descubrimientos y practicaban
operaciones que hoy admiran por lo temerarias aún a los científicos más atrevidos.
Conservan su fama a través del tiempo y del espacio los Kallawayas que interpretaban
lo insondable en la coca, así como lo hacen los pueblos del Viejo Continente con otros
elementos. El Kallawaya hacía al mismo tiempo obra de medicina moral. Sus consejos
eran muy buenos y su sabiduría despertaba la ciencia de cuantos le hablaban.
No solamente su conciencia llamaba la atención sino también la singularidad de muchas
de sus costumbres, y entre ellas la del vestido. Los pueblos Kallawayos vivían en lo
tórrido de la Cordillera real. Vestían las mujeres la típica ropa prendida con grandes
topos de plata en forma de cucharas en los que convidaban su licor de oro a los
huéspedes de honor. Llevaban en la frente una cinta de lujo en colores y brillo, muy
ancha. Para emprender sus viajes internacionales llevando su ciencia a través del
mundo, el Kallawaya dejaba a su esposa a la confianza de un amigo intimo.
Otros vestidos
La región del Altiplano era también singular en sus vestidos, tenía hermosos trajes
amplios, negros con franjas de tejido blanco, como si fuera luto heredado desde la
desaparición de la grandeza Tiwanakhota.
Los Khechuas de los valles peinaba a la mujer con Tullmas de tejido fino. Su traje era la
combinación de lijllas atrayentes en sus colores, de aspecto siempre nuevo. Como si
recién las hubieran estrenado.
Los Urus, que tuvieron grande auge y llamaron la atención por sus vestidos, los
conservan aún en sus costumbres tradicionales. La mujer casada llevaba el cabello
recogido en multitud de trencitas que las sujetaba con Laurakes de adorno. La soltera
no llevaba este peinado. Sus vestidos estaban recogidos con topos redondos de plata.
En vez de poncho, el hombre usaba una túnica larga, de manga corta y ancha que le
cubría muy bien. Actualmente, viven envueltos en su tradición, alejados y herméticos.
Conservan los ritos del antepasado. Cultivan sus alimentos y crían ganado suficiente.
Otra región característica por el vestido, era el Lago y todas sus Islas. Era de un
hermoso azul oscuro con fajas de dibujos blancos. La manga corta y ancha. Un manto
muy finamente tejido, caía desde la cabeza hasta la cintura.

Las zonas vecinas de los ríos tenían también trajes interesantes por la riqueza de
colores y la armonía de matices. Hacían bolsas con las que premiaban a los atletas y
gorros de lindos colores. Las jóvenes tejían las fajas representando con símbolos su
historia. En las fajas sobresalía el símbolo Mallku. La pastora hacía su honda con
grecas que admiraban. Cada pueblo se afanaba en acertar en hermosura y finura de
tejidos.

Otras costumbres
El acontecimiento trascendental –el matrimonio– lo realizaba el Jefe supremo, sujeto a
los más severos mandamientos de ejemplo. Lujosamente vestido, iba a la casa de la
Koya y la calzaba con ricas sandalias recamadas de oro. Acto seguido `todos los nobles
cambiaban sus elegantes vestidos por otros aun mejores y obsequiaban los suyos a os
pobres. Manojos de paja del campo con espigas de oro, eran echados en todo el patio
de la casa. El la llamaba entonces: “Señora y Reina”. Y antes del desposorio, todo el
pueblo ayunaba. Los nobles regalaban joyas a los pobres. El matrimonio era ocasión
de mostrarse igualitario, protector. Terminada la ceremonia, eran visitados por todos los
sabios de todos los confines, quienes les dejaban infinidad de consejos, como obsequio.
La costumbre entre los súbditos consistía en que la joven comenzaba por la ceremonia
del Kkichiku, haciéndose peinar el cabello por un grupo de amigas y trenzarlo por otro,
en señal de noviazgo. Ambos ayunaban seis días antes, a base de agua y granos. Si
por alguna circunstancia no podían soportar el ayuno, eran dispensados, previa
asamblea de mayores y autoridades. Los sacerdotes exhortaban a la joven que se
arrepienta de sus pequeños errores de niñez; que fuera en lo sucesivo un símbolo de
abnegación, porque ella debía tener en la vida de hogar igual responsabilidad en el
trabajo y la contribución. En seguida se ponía el manto de brillantes colores en los que
resaltaba más el blanco. Los suyos la conducían a la puerta de su casa donde quedaba
en pie. Aparecía el joven llevándole sandalias adornadas de plata. Los parientes de él
daban sus obsequios y preparaban la fiesta. La esposa era conducida a su nueva casa
por la madre y hermanas del novio. Entraba de espaldas en señal de pureza.
El matrimonio en la actualidad compite también en espiritualidad con las costumbres de
los antepasados.
En las fiestas, se forman todos los casorios. Cuando el indiecito arrebata el topo de
plata del Ajsu de la joven, echando a corre, quiere decir que la pretende, si ella lo sigue,
es señal de que asiente, si no, regresa quién arrebató la prenda, la devuelve y nada se
h dicho...Ganada esta primera prueba, si quieren, pueden ir a vivir con la familia de uno
de ellos o casarse inmediatamente. Cuando prefieren vivir antes de casarse, quiere
decir que desean armonizar sus temperamentos, conocer sus costumbres para no hacer
un hogar desgraciado, y ocurre algunas veces que si no se ha conseguido una armonía,
prefieren no casarse.

El día del matrimonio proporcionan abundantes flores silvestres. Como primera
ceremonia, los padrinos hacen entrega de estas flores a la novia. Ella las distribuye
entre sus invitados.
Por cada flor, le dan regalos que le sirven para equiparse. Las flores que han quedado
sirven a las jóvenes solteras para preguntar a los Manes si son amadas:
“Munakuhuanchus, manachus...” esto resulta como el “si me quieres”...etc., de las
costumbres francesas. Termina la fiesta con el traslado a la nueva casa, donde espera
la suegra para entablar diálogos tradicionales de buen consejo.
Cuando se ve desairado por su pretendida, el indiecito, improvisa coplas en las que, al
son de la música, exterioriza sus quejas: “Ripuspa, pin kutimoj kaskha.–Chinkaspa, pin
rikhurej kaskha.–Khjesachaskha rikukuspa, pin punkunta pasaj kaskha”... Y así, en las
fiestas, se improvisan maravillosas canciones que manifiestan sus sentimientos a flor de
alma... el mismo insulto lo dirige en tonadas expresivas.
En sus fiestas usa el huaillkhepa, el Tautaku, el Chhallchnkichu, el Huankar, la
Chchayña, el Kkairaphuwira, el Kkarapunku, el Kharahuatona, el Pinkillu, la Khena, el
Ayarachi, la Tarkha el Aikkori, la Tinya, el Sikku, el Charo, el Khirkinchu. Cantando el
yaraví y el Salkhantay y bailando la Kkaswa.
Sistema educacional
Motivo de un estudio especial será el aspecto educacional en la época de auge del
Ande. En estas líneas de observación general, solamente nos atendremos a señalar
algunas características de conjunto.
La Educación Pública, practicaba los Sistemas y Procedimientos hoy preconizados
recién, como gran cosa: clases al aire libre; educación individual; enseñanza práctica a
base de material; sistema coeducacional.
Existía la Instrucción Pública Obligatoria y la Instrucción Especial o Profesional.
La Instrucción Primaria se la otorgaba de los seis a los doce años. El sacerdote
AMAUTA ejercía el apostolado de la enseñanza. El programa abarcaba todos los
Ramos y Materias imaginables en la actualidad, pero, desde un punto de vista
esencialmente práctico: construir una casa; confeccionar un vestido; preparar los
alimentos; beneficiar las materias primas; practicar un oficio, un arte, etc.
El más grande cariño y una comprensión intuitiva reglaba las relaciones de maestros y
alumnos, de tal manera que, no existía la disciplina forzada ni la sanción de castigos.
A tal punto se normaba el postulado de hacer en vez de oír, que los alumnos podían
perfectamente construir un puente, por ejemplo, sin saber qué era la definición de la
línea, ángulo, superficie o volumen ni la de las medidas métricas.

Las distintas Artes, Oficios y Profesiones se ejecutaban prácticamente, de tal modo que,
al salir del Ciclo Primaria, al alumno tenía ya definida su aptitud natural y determinada la
carrera que seguiría para su futuro. Por otra parte, el maestro, tenía la obligación de
informar a los padres sobre el particular. Inmediatamente de terminada la Instrucción
Primaria Obligatoria, el alumno pasaba a la Instrucción Profesional correspondiente a
sus aptitudes. En caso de que demostrara insuficiencia o inaptitud –pocas veces– era
conducido a la ejercitación de otro oficio, hasta coincidir con el de su capacidad y
optarlo. A ningún alumno se le imponía su profesión, la que era esencialmente
voluntaria y vocacional. Los cargos oficiales, eran también motivo de profesión, para la
que se escogía a los mejores alumnos en talento. Ninguno podía retirarse de la Escuela
sin haber adquirido una grande soltura en la ejecución de su respectivo oficio.
Entre estos, estaba generalizada la Ciencia Agronómica, que tenía una técnica
prodigiosa, inimitable en nuestros tiempos actuales, a tal punto que fue ella y las formas
de Gobierno, que labraron la felicidad de tan grande y famoso Imperio de millones de
habitantes. Escuelas –Granjas– Agrícolas servían de laboratorios a esta útil profesión.
En ella se ponían en práctica los inventos y las experiencias de los doctos agrónomos.
A costa del Estado. En beneficio general de todo el Imperio. Inventores y sabios hacían
de maestros, de tal suerte que, el alumno recibía una preparación sólida y beneficiosa.
Los Padres de Familia tenían íntima relación con los maestros y se ponían de acuerdo
acerca de la psicología y tendencias de los alumnos para su mejor educación. Grande
importancia se daba a la Pedagogía Sociológica, como dato antecedente que
corroborara los Procedimientos y resultados de la Educación. Siempre que se podía se
aprovechaba el ambiente de los niños para darles pasos en la misma profesión de sus
padres. En la Escuela se educaba, se enseñaba, al mismo tiempo se descubría la
personalidad y la aptitud rodeándosele del ambiente que podía serle propicio para este
éxito.
Comprendiendo el grande valor de la atención y de la concentración, los alumnos eran
sometidos a tesis graduales, metódicos, por los que llegaron hasta la invención y la
sabiduría.
Los parientes de los alumnos podían asistir a presenciar el aprendizaje y escuchar
lecciones.

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