miércoles, 3 de abril de 2019

Gobernantes legendarios de los hombres

En la Edda Prosaica, en El lenguaje de la poesía, encontramos historias sobre gobernantes heroicos y de los linajes de reyes heroicos.

    La batalla de los Hiadnings es un combate interminable que está documentado en varias fuentes, incluidas la Edda Prosaica y la Gesta Danorum (Hazañas de los daneses, del siglo xii, que es una historia de Dinamarca, obra del autor danés Saxo Grammaticus). Algunas escenas de batalla talladas en una piedra en Stora Hammars (imagen en piedra de Stora Hammars I) en Gotland, Suecia, se han interpretado como una representación de la misma, y hay también alusiones a ella en los poemas en inglés antiguo Deor y Widsith.

    Hild es una valquiria que tiene el poder de resucitar a los muertos, y lo emplea para evitar que mueran sus seres queridos. Es una figura que aparece en otras partes de la literatura nórdica, incluida la lista de las valquirias que se da en la Profecía de la vidente, y en otros poemas en nórdico antiguo. No siempre es fácil de identificar, empero, ya que la palabra hildr significa «batalla» en nórdico antiguo, por lo que a veces no está claro si los poetas se refieren a ella en concreto o usan el nombre como una personificación del combate.

    Al rey Hedin se le describe como hijo de Hiarrand (de ahí Hedin Hiarrandason). Hiarrand es uno de los nombres que dan a Odín en la Edda Prosaica. Tal circunstancia da un significado mitológico añadido a los sucesos que se describen.

    Halfdan el Viejo es un legendario rey nórdico de quien, como se detalla a continuación, descendían muchas familias y personajes legendarios. Eso incluye a algunos de los mencionados en el anterior capítulo sobre los Volsungs.

    * * *

    El secuestro de Hild por parte del rey
    Hedin Hiarrandason y la batalla interminable de los guerreros-lobo hiadnings

    Había una vez un rey cuyo nombre era Hogni, que tenía una hija llamada Hild. Mientras estaba ausente, en una reunión con otros reyes, su tierra fue saqueada por el rey Hedin Hiarrandason, que secuestró a su hija. Cuando Hogni recibió noticias de que su tierra había sido atacada y su hija raptada, partió en persecución de Hedin Hiarrandason. Sus exploradores le informaron de que este había navegado hacia el norte, contorneando la costa, en dirección a Noruega, y el rey Hogni partió en cerrada persecución.

    Cuando la flota llegó a Noruega, descubrió que el rey Hedin Hiarrandason había virado hacia el oeste para adentrarse en el mar rumbo a las islas Orcadas. El rey Hogni le siguió y acabó por alcanzarle en la isla de Hoy. Allí se encontró con todo el ejército de saqueadores congregado. Al llegar, el rey Hedin Hiarrandason envió a Hild a negociar en su nombre con su padre. Ella le entregó a este un mensaje confuso.

    Por un lado, le informó de que el rey Hedin Hiarrandason le ofrecía una gargantilla de oro como compensación por el secuestro de su hija. Por otro, Hild le avisó de que el rey no estaba por la labor de ulteriores negociaciones y se preparaba para combatir. Al oír tal cosa, la respuesta del rey Hogni fue corta y precisa: «no habrá acuerdo, así que disponte a luchar». Ese fue el mensaje con el que volvió Hild.

    Ambos bandos tomaron posiciones en la isla y se dispusieron a resolver la cuestión por las armas. Fue entonces cuando el rey Hedin Hiarrandason envió otro mensaje al rey Hogni. Se lo mandó como un yerno se lo enviaría a su suegro, pues había raptado a Hild para convertirla en su esposa. El mensaje era una última oportunidad de evitar el derramamiento de sangre y llegar a un acuerdo. Y, para lograrlo, Hedin Hiarrandason le ofrecía una enorme cantidad de oro como compensación por lo que había hecho.

    La respuesta del rey Hogni no estaba abierta a la reconciliación. Manifestaba que ya era demasiado tarde para hacer las paces, porque ya había sacado su gran espada, que se llamaba Dainsleif (significa Legado de Dain, que era un enano, aunque algunos dicen que era un rey de los elfos). La espada fue forjada por los enanos y, cuando se desenvainaba, tenía que causar la muerte de un enemigo antes de que se pudiera enfundar de nuevo. Eso se debía a que Dain significa muerto. Además, un tajo de esa espada nunca fallaba a la hora de causar una herida que jamás sanaba. Tal fue el mensaje que el rey Hogni envió al rey Hedin Hiarrandason.

    Al oír esto, Hedin Hiarrandason respondió que, aunque la jactancia sobre la calidad de la espada pudiera ser cierta, eso no era garantía de lograr la victoria en una batalla. Luego, los dos ejércitos se trabaron en combate.

    La lucha es conocida como La batalla de los hiadnings. Los hiadnings eran guerreros-lobo, que entraron en la lid usando capuchas de piel de ese animal. Eran grandes luchadores. Durante todo el día, los dos ejércitos pelearon. Al caer la noche, los reyes se retiraron a sus barcos.

    Pero esa noche, mientras dormían, Hild caminó por el campo de batalla alfombrado de hombres muertos y obró su magia sobre los difuntos, de forma que los que habían fallecido resucitaron. A la mañana siguiente, los dos reyes volvieron al campo y se reanudó la batalla. Allí se trabaron de nuevo todos aquellos que habían muerto el día anterior, junto con los que habían sobrevivido. Un día tras otro sucedió lo mismo: los que morían eran resucitados de noche gracias a la magia de Hild y al día siguiente volvía a continuar la batalla. Aquellos que morían se convertían en piedra, lo mismo que sus escudos y armas ofensivas, pero al amanecer volvían a su forma original: los hombres a hombres y las armas a armas. Y se dice que esos guerreros-lobo lucharán así hasta el fin del mundo, hasta el día del Ragnarok.

    Halfdan el Viejo y su sacrificio

    Había una vez un rey llamado Halfdan el Viejo. Era famoso y sus hazañas bien conocidas. Una vez, realizó un gran sacrificio en mitad del invierno, cuando los días son cortos y gélidos. Lo hizo con la esperanza de llegar a reinar trescientos años. La respuesta que recibió de los dioses fue que no le podían otorgar tal cosa, pero sí, en cambio, que durante trescientos años su linaje fuera de gentes de noble cuna. Ni una mujer ni un hombre tendría rango menor que noble.

    Este Halfdan era un guerrero de gran renombre y viajó muy lejos por las tierras orientales. En ellas, se enfrentó en combate singular con un rey cuyo nombre era Sigtrygg. Y en el enfrentamiento le mató. Luego, en esas tierras del este, se casó con una mujer llamada Alvig la Sabia. Era la hija del rey Emund de Novgorod, de las tierras rusas.


Sigurd, principal representante de la famila Lofdung, recibe un cuerno de bebida de la mano de Brynhild. Grabado de Jenny Nyström realizado en 1893.
     
    Tuvieron dieciocho hijos. Nueve de ellos nacieron al mismo tiempo. Estos nueve fueron grandes guerreros y desde entonces sus obras son tan famosas que sus nombres se han utilizado a modo de títulos para que sean recordados por aquellos que les sucedieron. Así pues, Gylfi significa rugiente o rey marino; Gram, fiereza; Hilmir, casco; Iofur, principe; Raesir, gobernante; Thengil, príncipe de los hombres; Tiggi, noble; Skuli, protector y Herra, señor. Ninguno de estos nueve guerreros tuvo hijos y todos murieron en batalla.

    Halfdan y Alvig la Sabia tuvieron nueve hijos más. Fueron: Hildir, de quien descienden los Hildings; Nefi, de quien descienden los Nibelungos; Audi, de quien descienden los Odlings; Yngvi, de quien descienden los Ynglings; Dag, de quien descienden los Doglings; Bragi, de quien descienden los Bragnings; Budli, de quien descienden los Budlungs; Lofdi, de quien descienden los Lofdungs, uno de los cuales fue Sigurd, que mató a la serpiente Fafnir y cuya partida de guerra era conocida como los Lofar; por último estaba Sigar, de quien descienden los Siklings y a los que se relaciona con los Volsungs. Estas son familias de grandes guerreros. Otras líneas reales que descienden de ellos son los Skioldungs de Dinamarca y los Volsungs de los francos. Otros —aunque en tierras orientales— son la familia de Skelfir (los Skilfings). Estas familias reales y nobles son tan famoso que sus mismos nombres aparecen en poesía como títulos de honor.

    Reyes y reinos nombrados a partir de Odín

    Había una vez un rey sueco en la isla de Gotland de nombre Goti. De hecho, Gotland recibe su nombre de él, así como la tribu de los Gautar o Gotar, que viven en esta isla. Él a su vez recibió su nombre a partir de uno de los utilizados por Odín. Significa Padre.

    De igual manera, el nombre de Suecia deriva de Svidur, otro nombre empleado por Odín. Este significa El sabio.

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