Esta extraña y misteriosa narración nos relata la historia de los dioses, las personas, los gigantes y los enanos desde el comienzo del mundo hasta su fin, e incluso más allá. Se encuentra en la recopilación conocido como la Edda Poética, en una parte llamada la Profecía de la vidente. Su estructura asume que está siendo narrada por una profetisa, una vidente. Las tradiciones que tienen que ver con el Ragnarok se encuentran asimismo en el capítulo 18.
La Profecía de la vidente es el primero de los poemas contenidos en la Edda Poética y probablemente también uno de los más conocidos. Una vidente es la que recita el poema, alguien que puede observar tanto el pasado, los comienzos del mundo, como el futuro, la destrucción final en el Ragnarok. Es una de las fuentes primarias más importantes para el estudio de la mitología nórdica antigua, gracias a su enfoque tan amplio y, con casi absoluta certeza, fue la base de la mayor parte del trabajo de Snorri Sturluson.
El poema nos presenta a Odín interrogando sobre qué sucederá en el Ragnarok, para estar mejor preparado el día que llegue. Esta es una de las formas en las que vemos a Odín, en el corpus mitológico nórdico, tratando de adquirir conocimiento.
El poema está escrito en fornyrðislag, que es una métrica tradicionalmente asociada con la poesía éddica y que habitualmente se emplea en poemas narrativos como este. La Profecía de la vidente se encuentra en el manuscrito Codex Regius del siglo xiii y en el Hauksbok, del xiv. Muchas de sus estrofas también se citan o se parafrasean en la Edda Prosaica. Son en total sesenta y seis, aunque su orden y número varía del Codex Regius al Hauksbok y cada uno de estos textos contiene estrofas que no están en el otro.
Aunque no se consignó por escrito hasta mucho más tarde, se cree que la Profecía de la vidente data de finales del siglo x, cuando el mundo nórdico comenzaba a convertirse al cristianismo. En concreto, la última sección del poema se ha considerado como una prueba de influencia cristiana tardía. La referencia a ese Grande y Poderoso que vendrá a juzgar se ha visto como una referencia a Cristo y puede que al Juicio Final. En el verso último aparece una referencia a un dragón. No está claro si eso alude a ese mal que se considera que aún existe en el nuevo mundo o si hemos regresado al presente, siendo el dragón una alusión a la inminente condenación que supone el Ragnarok.
* * *
Odín, el padre de los guerreros muertos, me requirió para que revelase las historias de los hombres y de los dioses, ya que mi memoria se remonta al mismo principio de todas las cosas. Así que pido que me presten atención: los dioses y todos los seres sagrados; todas las naciones de los hombres a lo largo de todo el mundo. Escuchad, que contaré la historia de todas las cosas.
Nací de la raza de los gigantes y recuerdo el comienzo de los tiempos. Recuerdo lo que viví cuando fui atendida por aquellos que estaban entonces presentes. En aquel tiempo, vi primero los nueve mundos; por entonces había nueve gigantas y el gran árbol que se usa como medida de todas las cosas creció, con sus raíces hundiéndose en la tierra a gran profundidad.
La formación de los mundos
Era un tiempo nuevo, de pocos años, cuando Ymir estableció su hogar (él, de cuyo cuerpo se formaron todos los seres del mundo). Por entonces, allá donde uno mirase, no había mar, ni arena, ni olas; no había tierra abajo ni cielo arriba; no había hierba. Todo era el bostezante vacío del caos… la nada.
Entonces llegaron los primeros, los hijos de Bur (es decir, Odín y sus hermanos Vili y Ve). Su padre, Bur, era él mismo hijo de aquel Buri que salió del hielo gracias a los lametones de la antigua vaca Audhumla. Esos hijos de Bur crearon la tierra. Son los seres esplendorosos que crearon el mundo bajo ellos, y, al hacerlo, el sol del sur brilló refulgente sobre las rocas que apilaban. Y el suelo se formó encima, y las hierbas y las plantas comenzaron a crecer.
En ese tiempo tan lejano, las luces celestiales no estaban en sus lugares correctos ni tenían sus cursos fijados. El sol estaba ahí, con la luna, pero todavía no conocían sus trayectorias o dónde debían descansar cuando hubiesen realizado su tarea. La luna aún no sabía el poder que tenía para dar luz en la noche. Y ninguna de las estrellas conocía sus combinaciones o cómo moverse en la oscuridad a través del firmamento.
Las denominaciones del sol, la luna y las estrellas,
y las de las horas del día
Fue entonces cuando todos estos seres antiguos se acercaron al trono desde donde se decide el destino y la fatalidad. Ya que necesitaban saber cómo han de ordenarse las cosas. Y así fue cómo la noche, junto con la luna y las estrellas, recibió sus nombres y lugares. Ahí fue donde se establecieron las fases del día: a la mañana se le dio nombre y se estableció su lugar; también se dio nombre al mediodía y su papel se fijó en el momento en que el sol estuviese en lo más alto del cielo; la tarde y las crecientes sombras del anochecer se fijaron en el momento en el que el sol se retira a su hogar y la luna y las estrellas aparecen. Fue también cuando se asentó que, según se sumasen los ciclos diarios, se formarían y calcularían los años.
La creación del hogar de los dioses
Luego los Æsir se reunieron en la gran llanura llamada Idavoll y construyeron los templos y altares de los dioses. También establecieron lugares de trabajo: fraguas para los herreros, herramientas para fabricar bienes preciados y también objetos de uso cotidiano. Tras eso, se entretuvieron con juegos de mesa y se regocijaron en las grandes sumas de oro que poseían. Hasta que llegaron tres gigantas procedentes de Giantland. Entonces la Edad de Oro llegó a su fin, pero sabremos más al respecto según la historia se desarrolle…
La creación de los enanos
De nuevo los seres antiguos se aproximaron al trono desde el que se decide el destino y la fatalidad, pues necesitaban saber cómo debían ordenarse las cosas. Preguntaron quién debía regir sobre los enanos, ya que tales seres se habían formado a partir de Brimir (es decir, Ymir); nacidos de su sangre y de su cuerpo. Fue entonces cuando se creó al más grande de los enanos, Motsognir, y luego otro llamado Durin. Así se creó la raza de los enanos; seres que se parecen a los humanos. Se hicieron a partir de la tierra y recibieron multitud de nombres antiguos, como Meadwolf, Loamfield, Oakensield y Fialar. Estos fueron los que establecieron el antiguo linaje de Dvalir, el pueblo de Lofar, y erigieron en la tierra sus rocosos hogares.
La llegada de Odín y sus compañeros
Aparecieron tres dioses de gran fortaleza y hermoso continente (Odín, Haenir y Lodur). Encontraron fresnos y olmos en la orilla, árboles que no tenían vida en su interior hasta que se la insuflaron. Odín les dio aliento, Haenir les dio espíritu y Lodur puso una chispa de vida en su interior. El más grande de los fresnos es el conocido como Yggdrasil. Se alza alto sobre la Tierra y la Tierra brilla en su corteza. A partir de ese gran árbol, el rocío cae sobre la tierra y verdea los valles. Junto a ese gran fresno se halla el pozo del destino.
Las tres fatas
Es hora de volver a hablar de esas tres gigantas que llegaron a la tierra de los Æsir. Porque tenían gran sabiduría, y llegaron desde el lago que está junto al gran árbol. Una se llamaba Escrito, otra Porvenir y la tercera tenía por nombre Debe-Ser. Tallaron sus propios nombres en trozos de madera y asentaron las leyes que deben seguirse. También marcaron los destinos que deben alcanzar cada uno de los humanos.
La primera guerra en la historia
Ocurrió que, a la vidente y practicante de magia de nombre Gullveig (cuyo nombre significa Oscuridad Dorada) le atacaron y ensartaron con multitud de lanzas. También la quemaron hasta tres veces en el salón de Odín, sin embargo, las tres veces resucitó y aún vive. La llamaron la Brillante y su nombre cambió de Gullveig a Heid (que eso significa). Era una vidente que veía el futuro, capaz de embrujar con sus ensalmos. Podía hacer magia del tipo llamado seid (brujería) y manipular las mentes de los demás (algunos la llaman Freyia de los Vanir). Las mujeres malvadas la adoran.
La guerra entre los Æsir y los Vanir
Una vez más, los antiguos seres se acercaron al trono desde el que se decidían el destino y la fatalidad, pues necesitaban saber cómo debían ordenarse los seres. Preguntaron si los Æsir debían rendir tributo (a los Vanir) o si todos los dioses (Æsir y Vanir) habrían de compartir sacrificios.
Fue entonces cuando estalló la guerra entre los Æsir y los Vanir por esa cuestión. Odín alzó su lanza y la arrojó sobre el ejército, en la primera guerra en la historia del mundo. Luego los muros de la fortaleza de los Æsir fueron quebrantados por los indomables Vanir, cuando estos marcharon sobre la llanura en la que vivían los Æsir.
La guerra entre los Æsir y los gigantes
Una vez más, los antiguos seres se acercaron al trono desde el que el destino y la fatalidad se deciden, pues necesitaban saber cómo debían ordenarse los seres. Preguntaron quién había contaminado el aire con infamias y había entregado a Freyia, esposa de Od, a los gigantes. (Ya que, tras la guerra con los Vanir y la firma de las paces entre estos y los Æsir, los muros rotos de los Æsir los reparó un gigante que exigía como precio el sol, la luna y a Freyia).
Fue entonces cuando Thor, con enorme ira, descargó un golpe sobre el gigante que había exigido tan alto precio. No pudo quedarse pasivo ante tal demanda de los gigantes. Con ese acto de violencia se quebrantaron los juramentos y las palabras y promesas se hicieron añicos. Porque habían hecho promesas solemnes (las de recompensar al gigante con lo que exigía), pero fueron rotas por Thor cuando actuó movido por la furia.
La obtención de la sabiduría
Sé lo mucho que se ha ofrecido para poder ganar en sabiduría. Heimdall (el guardián de los dioses) entregó su oreja para catar un poco de la misma y la dejó como pago en el pozo del destino, junto al fresno llamado Yggdrasil. Está ahí escondida, en las profundidades del árbol.
Veo en el torrente que mana de ese árbol lo que ocurrió por una apuesta hecha por el Padre de los Guerreros Muertos (Odín, que entregó un ojo para conseguir el conocimiento de las runas y lo puso también en ese pozo del destino).
Me senté a solas cuando el viejo (Odín) vino a verme. Es el miembro de los Æsir llamado el Terrible. Me miró directamente, pero le expliqué que yo lo sé todo y que es imposible que me pongan a prueba y me cojan en falta. Porque sé que él renunció a un ojo y lo tiró al pozo del destino. Lo echó al agua donde Mimir (aquel cuyo nombre significa Recordador), el sabio, bebe cada mañana. Lo hizo para cumplir con su apuesta, con tal de obtener sabiduría.
El Padre de Muchos me ofreció anillos de oro y collares de artesanía fina. A cambio le entregué erudición en forma de hechizos y un equipo mágico para revelar el futuro. Acudió a mí porque puedo ver mucho y muy lejos, en cada uno de los mundos existentes.
La vidente ve el destino de los dioses
Vi valquirias acercándose por todas direcciones desde grandes distancias. Estaban listas para cabalgar hasta la nación de los godos. Allí estaban Skuld con un escudo; Skogul con otro escudo; Gunn, Hild, Gondul y la conocida como Skogul, la Portadora de la Lanza. Se habían reunido y estaban listas para bajar a la Tierra.
Vi a Baldr y vi su sangre. Aunque era hijo de Odín, pude leer su destino oculto. Porque, así como le vi allí parado, también vi el muérdago crecer alto, delgado y hermoso en la llanura en la que viven los Æsir. Pues fue con esa planta —en apariencia tan adorable— con la que se hizo una flecha mortífera. Y fue Hod el que la disparó y quien mató a Baldr. Entonces, un hijo de Odín (Vali) creció con rapidez y estuvo en condiciones de luchar en un solo día. No se peinó ni lavó hasta haber vengado a Baldr y castigado a quien le mató. Ese (Hod) fue conducido a la pira funeraria de Baldr. Todo lo ocurrido hizo llorar a Frigg. Lloró por la tristeza que eso arrastraba al Valhalla.
Fue entonces cuando usaron las tripas del hijo de Loki para atar a este en castigo. Esas ataduras le mortificaron por lo que hizo (pues él fue quien organizó la muerte de Baldr). Entonces vi a Loki prisionero, atado bajo aguas termales por su amor por la maldad. Ahí se sienta su esposa, penando por su esposo cautivo.
El camino al Ragnarok
De las tierras orientales, surge un torrente de espadas y cuchillos que mana desde valles venenosos. Al norte está el salón de enanos de Sindri, hecho de oro, y el salón del gigante Brimir, donde bebe cerveza.
Veo otro salón. Se alza a la luz del sol y encara al norte. El veneno gotea de su techo y está construido con cuerpos de serpientes.
Veo más. Hombres que matan y rompen juramentos vadeando los ríos. Hombres que seducen a las esposas de otros hombres. Y en ese lugar, el dragón Nidhogg se solaza con los cadáveres de los muertos y un lobo también los desgarra.
En el este, en el Bosque de Hierro, hay una anciana. Ella encumbró a los hijos de Fenrir el lobo. Uno de esos será el lobo que al final devorará a la Luna.
Los muertos caen… los salones de los dioses enrojecen con la sangre… el sol sucumbe ante la oscuridad… el clima se torna duro y cruel. Un gallo crestado de oro despierta a los guerreros de Odín y otro los reúne bajo la Tierra, en el reino de Hel. Garm, el sabueso terrible, se libera y corre libre y voraz (ese es el que peleará con Tyr en el Ragnarok). Pues tengo mucha sabiduría y puedo ver mucho. Puedo ver la destrucción de los dioses.
El hermano matará al hermano; hermano y hermana se violarán mutuamente y romperán los lazos de parentesco; será un tiempo terrible y época de muchos adúlteros. Será una era de hacha y espada, cuando los escudos se hagan astillas. Será una era de vientos, de lobos, cuando el mundo se derrumbe y nadie sobreviva.
Se verá a los hijos de Mim en acción y el propio destino arderá. Heimdall, el vigilante de los dioses, hará sonar su cuerno de aviso. Odín consultará a la cabeza de Mim (fue decapitado por los Vanir, que enviaron su cabeza a los Æsir), que impartirá sabiduría.
El fresno Yggdrasil temblará, el gigante se liberará y el camino a Hel se consumirá en el fuego. Garm, el sabueso terrible, aullará cuando su cuerda se parta y quede libre. Miro más allá y puedo ver la destrucción de los dioses.
El gigante de la helada, Hrym, llegará desde el este con su escudo por delante. La gran serpiente (la serpiente Midgard) se retorcerá llena de ira y levantará oleaje con su furia. Sobrevolándolo todo, el águila chillará mientras espera el momento de solazarse con los muertos; su pico pálido hozará en los cuerpos, en el campo de batalla. Naglfar (el barco construido con las uñas intactas de los muertos) romperá sus amarras. Y, desde el este, llegarán las gentes de Muspell (que significa el fin del mundo). Ese barco surcará las olas con Loki al timón. Viaja acompañado de todos esos monstruos para dispensar destrucción.
¿Y qué será de los Æsir? ¿Qué será de los elfos? Todo se sumirá en el caos. La tierra de los gigantes estará del todo conmocionada. Los Æsir se reunirán para decidir sus estrategias; los enanos gritarán de pavor en sus fortalezas de las montañas.
Entonces, Surt el gigante avanzará desde el sur con fuego para sumirlo todo en la destrucción; las llamas se reflejarán en las hojas de las espadas. Las montañas temblarán y se harán pedazos mientras la mujer troll y los monstruos recorren la tierra. El cielo se desgarrará y las gentes tendrán que recorrer el camino que lleva al infierno.
La muerte de los Æsir
Ese día, Frigg no solo llorará por su hijo Baldr, pues el propio Odín caerá. Al medirse contra el lobo Fenrir encontrará su destino. A su lado estará Freyr, el que mató a Beli el gigante. Freyr se enfrentará a Surt, pero Odín será vengado por su hijo Vidar. Saldrá al paso del lobo, esa bestia carnicera, y la apuñalará en el pecho. Así caerá el lobo, hijo de Loki, y el padre de Vidar será vengado.
La serpiente Midgard abrirá sus terribles mandíbulas a medida que se eleve por los aires desde las profundidades. Y el hijo de Odín, hermano de Vidar (Thor), hará frente al hijo ofidio de Loki. Golpeará lleno de rabia a la bestia. En ese momento, todas las granjas y poblaciones quedarán vacías de habitantes. Tras golpear a la serpiente, Thor, hijo de Fiorgyn (por Odín) no dará más de nueve pasos, porque esa serpiente es terrible.
Entonces el sol dejará de lucir, la tierra se verá sumida por el mar, las estrellas caerán del cielo y todas ellas serán destruidas por un fuego que llegará al mismo cielo. Garm, ese sabueso terrible, quedará libre. Esa bestia de destrucción correrá sin trabas, porque veo la destrucción de los dioses.
¿Y después del Ragnarok?
Veo una segunda tierra que emerge del gran mar. Será verde, con cascadas y águilas volando, mientras pescan peces en los ríos de montaña. Y luego los Æsir (los supervivientes) se reunirán en Idavoll y hablarán de lo ocurrido: de la serpiente Midgard y de los grandes sucesos que han visto. Y recordarán las runas que Odín el Poderoso consiguió en tiempos antiguos.
Luego encontrarán las piezas de juego doradas, perdidas entre la hierba por aquellos que jugaron con ellas en tiempos antiguos.
Los cultivos crecerán en campos sin que haya que sembrarlos y lo que estaba roto se recompondrá. Baldr vivirá una vez más, y él y Hod (otrora separados por la enemistad) vivirán juntos en paz. Las piezas de madera que predicen el futuro se arrojarán una vez más y Haeni (que una vez acudió a Mimir en busca de conocimiento) elegirá por sí mismo esas piezas para interpretarlas, mientras el mundo se puebla de nuevo de gentes.
Veo un salón lujoso que es más brillante que el sol y que tiene el techo de oro. Será allí, en Gimle, donde los señores de este nuevo mundo vivirán felices y en paz.
Por último, vendrá el más grande y poderoso: el que gobierna sobre todas las cosas. Vendrá desde lo alto hasta el lugar donde otrora juzgaban los dioses.
Entonces el dragón llegará volando. Saldrá de las colinas que están a oscuras cuando la luna se pone. Nidhogg llevará los cuerpos de los muertos en sus alas al volar sobre la llanura.
Ahora me acostaré y guardaré silencio.
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