Hijo de Oileo y jefe de los locrios, Ayante
el pequeño es un tipo ágil y veloz que combate en Troya, muchas
veces junto al gran Telamonio. Pero su hecho más famoso
es el brutal sacrilegio que cometió en el saqueo de Troya,,cuando
arrastró con violencia y violó a la princesa y sacerdotisa Casandra,
que se había refugiado junto a la estatua de Atenea.
Ayante derribó sin reparo alguno la efigie de la diosa, que desde
entonces le guardó un implacable rencor. En el viaje de vuelta
una tempestad hundió su nave (y todas las de los locrios se
estrellaron contra los escollos) y sólo él logró salvarse del nau
fragio, subiendo a una roca. En un exceso de orgullo se jactaba
de haber escapado otra vez a la ira de los dioses, cuando Poseidón
—tal vez inspirado por Atenea— con su tridente hendió el
peñasco y hundió al impío en el mar.
Se cuenta también que para desagraviar a la diosa por el
rapto de Casandra —ya que Atenea los castigó con una peste
hasta que un oráculo les aconsejó este remedio—, los locrios
enviaron durante mil años a dos muchachas al templo troyano
de la diosa, en reparación del ultraje de Ayante, y esas dos doncellas
debían avanzar en una caminata furtiva cada vez desde el
mar hasta el santuario para evitar los golpes y denuestos de las
gentes de Troya, enfurecidas contra las compatriotas del brutal
sacrilego.
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