lunes, 1 de abril de 2019

LOS ASTROS

Tienen un claro sentido simbólico y, desde un punto de vista mitológico,
interesa destacar que, las antiguas culturas, les concedían un poder
trascendental; por lo general se acudía a ellos para solicitar protección contra los
enemigos. "¡Que los astros me sean favorables!", exclamaba el héroe cuando iba
a entrar en cruento combate o cuando se hallaba ante un inminente peligro.
Siempre que el héroe, o sus compañeros, levantaban los ojos al cielo, se
encontraron que allí estaban los astros, como si fueran fieles e impertérritos
guardianes que nada, ni nadie, pudiere sobornar.
Entre los antiguos, los astros fueron considerados como detentadores de un
manifiesto poder sobre los elementos esenciales, especialmente sobre el agua, el
fuego y el aire. Siempre que se disponían a sembrar, o a recoger sus cosechas,
solicitaban el favor de los astros para que la tierra les devolviera copiosos y
abundantes frutos. Existía, además, la creencia de que los astros acogían las
almas de los humanos célebres cuando éstos morían. También se creía que eran
deidades: y otras veces se decía que su movimiento, tan regular y perfecto —
puesto que nunca chocaban entre sí y siempre, al trasladarse, describían círculos
perfectos—, simbolizaba la adecuada simetría y la absoluta belleza. La
influencia de los astros era reconocida por todos los pueblos antiguos y, en
ocasiones, se les atribuía un poder místico y esotérico y se les recitaba todo tipo
de plegarias compuestas en honor de los propios astros.
PLEGARIA A LOS ASTROS
En los primeros siglos de nuestra era se concedió a los astros un poder y
una fuerza inigualables. Las mejores composiciones para describir sus
cualidades nacieron entonces y, su transcripción es como sigue:
"Sol grande y bueno, que te asientas en el centro del cielo y regulas, como
una perfecto jefe, el mundo y las cosas, que haces que el fuego de las otras
estrellas permanezca siempre avivado y que su destello tenga las justas
proporciones de luz....
Y tú, Luna, que te hallas situada en la región más baja del cielo y, sin
embargo, resplandeces de mes en mes, siempre nutrida por los rayos del Sol;
que con tu augusto brillo perpetúas las simientes generadoras de vida y fértiles...
Y tú, Saturno, que estás en el extremo del cielo y te mueves de manera
pausada e indolente...
Y tú, Júpiter, que vives en la roca de Tarpeya y con tu salvadora majestad
no cesas de dar alegría a la tierra, y que detentas el supremo gobierno del
segundo círculo celeste...
Y tú también, Marte, que te encuentras situado en la tercera región del
cielo, y que con tu brillo rojo llenas de horror sagrado a toda criatura...
Y, por último, vosotros, Mercurio y Venus, que sois los más fieles
compañeros del Sol.
A todos os encarezco que protejáis a los nuestros y los volváis invencibles.
Extended vuestro favor sobre nuestros hijos, y sobre los hijos de nuestros hijos,
para que nunca les alcance la aflicción o el mal y para que, así, contribuyan a la
consecución de una felicidad y una paz eternas para todos los humanos."
ZODIACO
Está compuesto por diversas zonas que, por sí mismas, tienen un claro
significado emblemático. Es el Zodiaco, por tanto, un conjunto de símbolos y, de
la mutua relación entre ellos nace su riqueza interpretativa y simbólica. El
número de zonas —doce— es ya de por sí significativo, pues el doce está
considerado como un número perfecto. Cada uno de esos espacios se
corresponde con las doce constelaciones. De entre éstas, las que marcan los
tiempos fuertes de la carretera solar serían: Leo, Acuario, Tauro y Escorpión.
La importancia del Zodiaco es más bien simbólica que mítica y, desde muy
antiguo, sus símbolos cósmicos han sido fuente y en la que han bebido
psicólogos y caracterólogos para lucubrar sobre determinados aspectos —tanto
psíquicos como físicos— de la personalidad.
El papel más importante del Zodiaco, por tanto, se desarrolla en la
Astrología. Para los astrólogos, el Zodiaco es una franja que rodea la eclíptica, y
dentro de ella se mueven los planetas y también las luminarias. Cada uno de los
signos del Zodiaco representa, y significa, una fase evolutiva y un ciclo
completo, y ello tanto desde perspectivas inmanentes como trascendentes:
Aries simboliza el impulso y la fuerza primordial que late en el orden
cósmico.
Tauro está relacionado con el esfuerzo y la entereza.
Géminis es interpretado como la diversidad de los opuestos:
materia/espíritu, forma/contenido...
Cáncer aparece relacionado con lo convencional y con el apego a lo
conocido y establecido.
Leo es el símbolo, por excelencia, de la vitalidad y de la creatividad. Virgo
indica diferenciación, autonomía e individualismo.
Libra aparece siempre como el símbolo de la mesura y la armonía y la
sociabilidad.
Escorpión es igual a separación y disgregación.
Sagitario indica la existencia de mundos opuestos y la diferencia entre
instinto y razón.
Acuario equivale a seguir el camino que conduce siempre a un estado
superior.
Piscis se relaciona con lo profundo y con el mundo interior.
Pero el Zodiaco también tiene una significación mitológica, y no sólo
astrológica. Para los pueblos de la antigüedad clásica, el Zodiaco no sólo era esa
zona circular de la eclíptica, sino que también representaba las distintas figuras
míticas con que hasta ahora ha seguido nombrándose. Fueron los antiguos
griegos quienes dividieron el Zodiaco en doce secciones y a cada una de ellas le
pusieron nombres mitológicos que se han conservado hasta nuestros días:
El Carnero, que era el nombre del animal mítico que se inmoló en honor
del rey del Olimpo y que dio lugar a los legendarios hechos del "Vellocino de
Oro". El Toro, aparece relacionado con el pasaje mitológico en el que Zeus se
transforma en toro para raptar a la bella Europa. Los Gemelos personifican a los
célebres hermanos gemelos Castor y Pólux, también llamados Dióscuros, que
participaron en la expedición de los Argonautas. Cáncer llevaba este nombre en
memoria de aquella hazaña realizada por el héroe Hércules, cuando se dispuso a
matar a la Hidra de Lerna, uno de los monstruos que la diosa Hera había criado.
La tradición mítica explica que la astuta diosa había enviado también un
cangrejo gigante para que ayudara a la Hidra en su lucha contra Hércules.
El León recuerda al "León de Nemea" que también fue vencido por
Hércules y le arrancó la piel. La leyenda mitológica dice que, después de su
muerte, fue transformando en la constelación de Leo. Virgo nos remite a la
"Virgen" mitológica Astrea que vivió en la tierra durante la "Edad de Oro" y
personificaba la 'Justicia". Tuvo que huir del firmamento en la "Edad de Bronce"
porque su vista no soportaba los crímenes, ni a maldad, de los hombres. La
Balanza guardaba también relación con el pasaje anterior, puesto que era uno de
los atributos de Astraia. Escorpión fue el animal que mató a Orión, siguiendo las
instrucciones de Artemisa/Diana. Sagitario aparece relacionado con el centauro
Quirón. Capricornio con la mítica cabra Amaltea, que amamantó el propio Zeus.
Acuario se refiere a Ganimedes, "copero de los dioses" y Los Peces fueron
quienes ayudaron a la diosa Afrodita cuando huía, en compañía de Eros, de la
persecución de Tifón.

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