martes, 2 de abril de 2019

EL SOZH Y EL DNIÉPER

Érase un ciego, llamado Dvina, que tenía dos hijos, nombrado el uno Sozh y el otro, que
era el más joven, Dniéper. El primero, de carácter emprendedor, recorría continuamente los
bosques, las montañas y las llanuras; pero Dniéper, de un carácter más apacible, estábase
siempre en casa y era el favorito de su madre. Cierto día, hallándose Sozh ausente de casa,
el anciano padre, inducido por su mujer á dar á su hijo menor la bendición destinada al
mayor, hablóle en estos términos:
— Hijo mío, disuélvete en río ancho y profundo, corre por las ciudades y baña los
pueblos que se encuentran hasta el mar azul; tu hermano te servirá; sé rico y próspero hasta
el fin.
Dniéper, convertido en río, corrió á través de fértiles prados y espesos bosques; pero á
los tres días Sozh volvió á casa y comenzó á quejarse.
— Si deseas ser superior á tu hermano, díjole su padre, deslízate ligeramente por ocultos
caminos, á través de bosques no explorados aún, y si puedes aventajar á tu hermano, él será tu
servidor.
Sozh comenzó á correr de nuevo por lugares casi desconocidos, barriendo con su corriente
pantanos, abriendo abismos y desarraigando árboles. El Buitre refirió al Dniéper lo que pasaba,
y éste, aumentando su celeridad, abrióse camino á través de altas montañas, en vez de
correr por su flanco.
Sozh indujo al Cuervo á volar en línea recta hacia el Dniéper, y tan pronto como llegase
á él, á graznar tres veces. Entre tanto, Sozh correría por debajo tierra, procurando saltar á
la superficie apenas oyera el grito del Cuervo y adelantarse así á su hermano; pero el Buitre
cayó sobré el Cuervo, y como éste comenzase á graznar sin haber llegado al Dniéper,
Sozh, surgiendo de la tierra antes de tiempo, cayó en las ondas del Dniéper.

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