martes, 2 de abril de 2019

Cristo como pobre

Herman Hesse

No hace mucho tiempo, un pobre, no sé por qué motivo, quería hablar con el
duque Enrique, que aún vive, e intentó llegar a él. Uno de los ayudas de cámara,
furioso, le cogió de los hombros y le azotó despiadadamente con el palo; esto lo vio
un lego de nuestra orden y suspiró, pues se compadecía de aquél hasta las lágrimas. A
la noche siguiente se le apareció en sueños el Salvador sobre el altar y en gran
esplendor le dijo:
—Te agradezco que ayer te hayas compadecido tanto de mí, cuando el ayuda de
cámara del duque me castigó sin motivo y de modo tan despiadado.
Con esta voz, el lego se despertó, y reconoció que Cristo sigue sufriendo en sus
miembros hasta el día de hoy.

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