domingo, 28 de julio de 2013

El diluvio de Deucalión

En una ocasión, paseando por la Tierra disfrazado de viajero pobre, Zeus
descubrió que el pueblo de Arcadia se estaba portando tan mal y con tanta crueldad, que
decidió destruir a todos los mortales con un enorme diluvio. En aquellos momentos,
Deucalión, rey de Ftía, estaba en el Cáucaso, tratando de ahuyentar el águila que le roía
el hígado a su padre, Prometeo, pero el animal siempre volvía. Prometeo, que podía
predecir el futuro, advirtió a su hijo del diluvio, así que Deucalión construyó un arca, la
llenó con sus rebaños y demás posesiones, y se subió a bordo. Su esposa, Pirra, también
se embarcó. Luego, el viento del sur comenzó a soplar; la lluvia cayó a cántaros; y los
ríos se desbordaron, arrasando ciudades y templos, hasta ahogar casi todas las criaturas
vivientes. Cuando el arca ya flotaba por encima de los árboles, el agua aún seguía
creciendo. Al cabo de un tiempo, la lluvia cesó y el arca, después de balancearse
durante nueve días, se posó en la cima del monte Otris, en Tesalia, cerca de Ftía.
Deucalión y Pirra desembarcaron, sacrificaron un carnero a Zeus y, cuando el nivel del
agua descendió un poco, encontraron un templo cubierto de algas y desperdicios, en el
que oraron tristemente para que la humanidad fuese perdonada. Zeus escuchó sus
plegarias y envió a Hermes para decirles:
—Todo irá bien. Cubríos la cabeza y lanzad los huesos de vuestra madre hacia
atrás.
Dado que Deucalión y Pirra tenían madres distintas, ambas enterradas en
cementerios sumergidos a gran profundidad, decidieron que vuestra madre significaba
la madre Tierra y, cubriéndose las cabezas, lanzaron piedras a sus espaldas. Aquellas
piedras, al tocar el suelo, se convirtieron en hombres y mujeres.
Otros mortales también pudieron salvarse del diluvio. Parnaso, hijo del dios
Poseidón, se despertó a causa de unos aullidos de terror procedentes de unos lobos y
siguió a estos animales hasta la cumbre del monte que ahora lleva su nombre. Por su
parte, Meagro, hijo de Zeus, se despertó con los gritos de unas grullas y lo que hizo fue
seguir a estas aves hasta la cumbre del monte Gerania. Ambos supervivientes también
salvaron a sus familias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario