a. Algunos dicen que cuando Zeus sedujo a Antíope,
hija de Nicteo el tebano, ella huyó al palacio del rey de Sición, quien accedió
a casarse con ella, y eso ocasionó una guerra en la que murió Nicteo. Lico, el
tío de Antíope, venció poco después a los sicionios en una batalla sangrienta y
llevó a Antíope, ya viuda, de vuelta a Tebas. Después de dar a luz en un soto
situado junto al camino a los mellizos Anfión y Zeto, a los que Lico abandonó
inmediatamente en el monte Citerón, fue maltratada cruelmente durante muchos
años por su tía Dirce. Al fin consiguió escaparse de la prisión en que estaba
encerrada y huyó a la choza en que vivían entonces Anfión y Zeto, a quienes
había salvado un vaquero transeúnte. Pero ellos tomaron equivocadamente a
Antíope por una esclava huida y se negaron a darle albergue. Dirce corrió allá
presa de un frenesí báquico, se apoderó de Antíope y la arrastró fuera de la
choza.
—¡Muchachos —exclamó el vaquero—, conviene que os guardéis
de las Furias!
—¿Por qué de las Furias? —preguntaron ellos.
—Porque os habéis negado a proteger a vuestra madre,
que ahora se lleva para ejecutarla su salvaje tía.
Los mellizos salieron inmediatamente en su
persecución, salvaron a Antíope y ataron a Dirce por el cabello a los cuernos
de un toro bravo que en seguida terminó con ella.
b. Otros dicen
que el río Asopo era el padre de Antíope y que una noche el rey de Sición se
disfrazó de Lico, con quien ella estaba casada, y la sedujo. Como consecuencia
Lico se divorció de Antíope y se casó con Dirce, dejando a sí a Zeus en
libertad para cortejar a la solitaria Antíope y dejarla encinta. Dirce,
sospechando que eso era obra de Lico, encerró a Antíope en un calabozo oscuro,
del cual, no obstante, la sacó Zeus justo a tiempo para que diera a luz a
Anfión y Zeto en el monte Citerón. Los mellizos se criaron entre los vaqueros
con los que se había refugiado Antíope, y cuando tuvieron bastante edad para
comprender lo mal que había sido tratada su madre, ella les incitó a que la
vengasen. Encontraron a Dirce vagando por las laderas del monte Citerón presa
de un frenesí báquico, la ataron por el cabello a los cuernos de un toro bravo
y cuando estuvo muerta arrojaron su cuerpo al suelo, donde surgió una fuente,
llamada luego la Fuente Dircea. Pero Dioniso vengó la muerte de su adoradora;
hizo que Antíope recorriese enfurecida toda Grecia hasta que por fin Foco, un
nieto de Sísifo, la curó y se casó con ella en la Fócida.
c. Anfión y Zeto
fueron a Tebas, donde expulsaron al rey Layo y edificaron las ciudad baja.
Cadmo había construido ya la alta. Ahora bien, Zeto se burlaba con frecuencia
de Anfión por su afición a la lira que le había dado Hermes. «Te distrae —le
decía— del trabajo útil.» Pero cuando se hicieron albañiles, las piedras de
Anfión se movían al son de su lira y se colocaban suavemente en su lugar en
tanto que Zeto se veía obligado a emplear la fuerza y se rezagaba mucho en
comparación con su hermano. Los mellizos gobernaron conjuntamente en Tebas,
donde Zeto se casó con Tebas, cuyo nombre lleva ahora la ciudad, que
anteriormente se llamaba Cadmea; y Anfión se casó con Níobe. Pero todos sus
hijos, excepto dos, fueron muertos por Apolo y Artemis, a cuya madre Leto ella
había ofendido. Anfión mismo fue muerto por Apolo por haber tratado de vengarse
de los sacerdotes délficos, y además se le castigó en el Tártaro.
Anfión y Zeto están enterrados en una sola tumba de Tebas, que es guardada
cuidadosamente cuando el sol está en Tauro; pues entonces los habitantes de
Titorea en Fó-cide tratan de robar tierra del túmulo y colocarla en la tumba de
Foco y Antíope. Un oráculo dijo en una ocasión que este acto aumentaría la
fertilidad de toda Fócide a expensas de Tebas.
*
1. Estas dos
versiones del mito de Dirce muestran lo libres que se sentían los mitógrafos
para hacer que su narración se ajustase a los elementos principales de una
tradición literaria que, en este caso, parece haber sido deducida de una serie
de imágenes sagradas. Antíope saliendo alegremente de su calabozo y seguida por
la ceñuda Dirce recuerda la reaparición anual de Core en compañía de Hécate
(véase 24.k). En este contexto se la llama Antíope («haciendo frente» porque
tiene el rostro levantado hacia el cielo y no inclinado hacia el Infierno, e
«Hija de la Noche» — Nicteis o Nicteo— porque sale de la oscuridad. El «furor
en la montaña» de Dirce y Antíope ha sido interpretado erróneamente como una
orgía báquica; la suya era claramente una danza del tábano erótica, en la que
actuaban como novillas de la Luna en celo (véase 56.1). El nombre de Dirce
(«doble») se refiere a los cuernos de la luna y la imagen de la que está tomado
el mito la mostraría, no atada al toro como castigo, sino casándose ritualmente
con el rey-toro (véase 88.7). Un significado secundario puede ocultarse en dirce, a saber, «hendida», es decir, en
«un estado erótico». La fuente Dircea, como la Hipocrene, debían tener forma de
luna. Los hijos de Antíope son los mellizos familiares que daba a luz la diosa
Luna: su rey sagrado y el sucesor de éste.
2. La lira de tres cuerdas de Anfión, con la que
elevó las murallas de la Tebas baja —puesto que Hermes era su patrón, sólo
puede haber tenido tres cuerdas— fue construida para celebrar a la triple
diosa, que reinaba en el aire, la tierra y el infierno, y la tocarían durante
la construcción para proteger los cimientos, las puertas y las torres de la
ciudad. El nombre «Anfión» («natural de dos países») explica que era ciudadano
de Sición y Tebas.
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