martes, 30 de julio de 2013

52 El alfabeto

. Las tres Parcas o, según dicen algunos, Io, la hermana de Foroneo, inventaron las cinco vocales del primer alfabeto y las consonantes B y T; Palamedes, hijo de Nauplio, inventó las otras once consonantes, y Hermes redujo los sonidos a caracteres, utilizando formas cuneiformes porque, las grullas vuelan formando cuña, y llevó el sistema de Grecia a Egipto. Éste era el alfabeto pelasgo, que más tarde Cadmo llevó de vuelta a Beocia y que Evandro de Arcadia, un pelasgo, introdujo en Italia, donde su madre Carmenta formó los quince caracteres familiares del alfabeto latino.
b. Desde entonces agregaron otras consonantes al alfabeto griego Simónides de Sarrios y Epicarmo de Sicilia, y dos vocales, la O larga y la E breve, los sacerdotes de Apolo, de modo que la lira sagrada de éste tiene ahora una vocal para cada una de sus siete cuerdas.
c. Alfa era la primera de las dieciocho letras, porque alphe significa honor y alphainein es inventar, y porque el Alfeo es el más notable de los ríos. Además Cadmo, aunque cambió el orden de las letras, conservó a alfa en su lugar, porque aleph, en idioma fenicio, significa buey y Beocia es la región de los bueyes.

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1. El alfabeto griego era una simplificación de los jeroglíficos cretenses. Los eruditos están generalmente de acuerdo ahora en que el primer alfabeto escrito se desarrolló en Egipto en el siglo xviii a. de C. bajo la influencia cretense, lo que corresponde con la tradición de Arístides, de la que informa Plinio, de que un egipcio llamado Menos («luna») lo inventó «quince años antes del reinado de Foroneo, rey de Argos».
2. Hay pruebas, no obstante, de que antes de la introducción del alfabeto fenicio modificado en Grecia existía allí un alfabeto como un secreto religioso mantenido por las sacerdotisas de la Luna-Io o las Tres Parcas; estaba Intimamente vinculado con el calendario y sus letras estaban representadas no por caracteres escritos, sino por ramitas cortadas de diferentes árboles típicos de cada uno de los sucesivos meses del año.
3. El antiguo alfabeto irlandés, como el que utilizaban los druidas galos acerca de los cuales escribió César, al principio no podía escribirse y todas sus letras tenían nombres de árboles. Se lo llamaba el Beth-luis-nion («abedul-serbal-fresno») por sus tres primeras consonantes; y su canon, que indica una procedencia frigia, correspondía con los alfabetos pelasgo y latino, es decir que tenía trece consonantes y cinco vocales. El orden original era A, B, L, N, O, F, S, H, U, D, T, C, E, M, G, Ng o Gn, R, I, que probablemente también fue el orden empleado por Hermes. Los ollaves irlandeses lo convirtieron en un lenguaje de sordomudos utilizando las coyunturas de los dedos para representar las diferentes letras, o en uno de cifras verbales. Cada consonante representaba un mes de veintiocho días de una serie de trece, que comenzaba dos días después del solsticio hiemal, a saber:

1 24 de diciembre               B                abedul o acebuche
2 21 de enero                      L                serbal
3 18 de febrero                   N                fresno
4 18 de marzo                     F                 aliso o cornejo
5 15 de abril                       S                 sauce; SS (Z), endrino
6 13 de mayo                      H                espino o peral silvestre
7 10 de junio                       D                roble o terebinto
8 8 de julio                          T                acebo o roble espinoso
9 5 de agosto                      C                nogal; CC (Q), manzano,
serbo o membrillo
10  2 de septiembre            M               vid
11 30 de septiembre           G                hiedra
12 28 de octubre                 Ng o Gn              caña o mundillo
13 25 de noviembre            R                saúco o mirto

4. Hacia el año 400 a. de C., como consecuencia de una revolución religiosa, se modificó el orden para que correspondiera a. un nuevo sistema de calendario del siguiente modo: B, L, F, S, N, H, D, T, C, Q, M. G, Ng, Z, R. Éste es el alfabeto asociado con Heracles Ogmio, o «Cara del sol Ogma», así como el anterior estaba asociado con Foroneo (véase 132 J).
5. Cada vocal representaba una estación trimestral del año: O (aulaga) el Equinoccio de Primavera; U (brezo) el Solsticio de Verano; E (álamo) el Equinoccio de Otoño; A (abeto o palmera) el árbol del nacimiento, e I (tejo) el árbol de la muerte, compartían el Solsticio de Invierno. Este orden de árboles está implícito en el mito griego y latino y la tradición sacra de toda Europa y. mutatis mutandis, de Siria y el Asia Menor. La diosa Carmenta (véase 86.2 y 132.6) inventó la B y la T, así como las vocales, porque cada una de estas vocales del calendario iniciaba una mitad de su año, dividido entre el rey sagrado y su sucesor.
6. Las grullas estaban consagradas a Hermes (véase 17.3 y 36.2), protector de los poetas antes que Apolo usurpara su poder; y los caracteres alfabéticos más antiguos eran cuneiformes. Palamedes («inteligencia antigua»), con su grulla sagrada (Marcial: Epigramas xiii.75) era el equivalente cario del dios egipcio Thoth, inventor de letras, con su ibis parecida a una grulla; y Hermes era el primitivo equivalente helénico de Thoth (véase 162.s). Que Simónides y Epicarmo agregaron nuevas letras al alfabeto es historia y no mito, aunque el motivo exacto por el que lo hicieron sigue siendo dudoso. Dos de las adiciones, xi y psi, eran innecesarias y la supresión de la H aspirada y la digamma (F) empobreció el canon.
7. Se puede demostrar que los nombres de las letras conservadas en el Beth-luis-nion irlandés, que según se ha dicho tradicionalmente provenía de Grecia y llegaron a Irlanda pasando por España (véase 132.5), formaban un encantamiento griego arcaico en honor de la Diosa Blanca Arcadia Alfito, quien en la época clásica había degenerado en un mero coco para niños. El orden cadmeo de las letras, perpetuado en el familiar ABC, parece ser un arreglo deliberadamente erróneo hecho por mercaderes fenicios; éstos utilizaban el alfabeto secreto con fines comerciales, pero temían ofender a la diosa revelando su verdadero orden.
Este tema importante y complicado se trata extensamente en La Diosa Blanca (capítulos 1-15 y 21).
8. Las vocales agregadas por los sacerdotes de Apolo a su lira eran probablemente las mencionadas por Demetrio, un filósofo alejandrino del siglo i a. de C. en su disertación Sobre el estilo:
«En Egipto los sacerdotes cantan himnos a los dioses pronunciando las siete vocales sucesivamente, y su sonido produce una fuerte impresión musical en sus oyentes como si se emplearan la flauta y la lira... pero quizá convenga que no trate detalladamente este tema.»
Esto sugiere que las vocales eran utilizadas en la música de lira terapéutica en los templos de Apolo.

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