a. Cuando Zeus abandonó a Europa, después de haber
engendrado con ella a Minos, Radamantis y Sarpedón en Creta, ella se casó con
Asterio, el rey reinante, cuyo Téctamo, hijo de Doro, había llevado una colonia
mixta de eolios y pelasgos a la isla y allí se casó con una hija del eolio
Creteo.
b. Corno este
matrimonio no tuvo hijos, Asterio adoptó a Minos, Radamantis y Sarpedón y los
nombró sus herederos. Pero cuando los hermanos llegaron a la edad viril se
pelearon por el amor de un hermoso muchacho llamado Mileto, hijo de Apolo y la
ninfa Aria, a la qué algunos llaman Deyone y otros Teia. Habiendo decidido Mileto
que quien más le gustaba era Sarpedón, Minos lo echó de Creta y navegó con una
gran flota a Caria en el Asia Menor, donde fundó la ciudad y el reino de
Mileto. Durante las dos generaciones anteriores esta región, llamada entonces
Anactoria, había sido gobernada por el gigante Anacte, hijo de Urano y de la
Madre Tierra, y por su igualmente gigantesco hijo Asterio. El esqueleto de
Asterio, a quien mató Mileto y luego enterró en un islote situado frente a
Lade, ha sido desenterrado recientemente; tiene por lo menos diez codos de
longitud. Pero algunos dicen que Minos sospechaba que Mileto conspiraba para
derrocarle y apoderarse del reino; pero que temía a Apolo y que por lo tanto se
abstuvo, de hacer otra cosa que amonestar a Mileto, quien huyó a Caria por su
propia iniciativa Otros
dicen que el muchacho que ocasionó la pendencia no fue Mileto, sino un tal
Atimno, hijo de Zeus y Casiopea, o de Fénix.
c. Cuando murió Asterio, Minos reclamó el trono de
Creta y, como prueba de su derecho a reinar, se jactó de que los dioses
responderían a cualquier ruego que les hiciera. Primeramente dedicó un altar a
Posidón, hizo todos los preparativos para un sacrificio y luego rogó que
saliese del mar un toro. Inmediatamente un toro de un blanco deslumbrante llegó
nadando a la costa, pero Minos quedó tan impresionado por su belleza que lo
envió con sus ganados y sacrificó a otro en su lugar. El derecho de Minos al
trono fue aceptado por todos los cretenses excepto Sarpedón, quien todavía
afligido por la pérdida de Mileto, declaró que el propósito de Asterio había
sido dividir el reino por partes iguales entre sus tres herederos; y, en
verdad, Minos mismo había dividido ya la isla en tres zonas, eligiendo una
capital para cada una.
d. Desterrado de Creta por Minos, Sarpedón huyó a
Cilicia en Asia Menor, donde se alió con Cílix contra los milios, a los que
venció y se convirtió en su rey. Zeus le concedió el privilegio de vivir
durante tres generaciones y cuando por fin murió, el reino milio recibió el
nombre de Licia, por su sucesor Lico, que se había refugiado allí cuando fue
desterrado de Atenas por Egeo.
e. Entretanto, Minos se había casado con Pasífae,
hija de Helio y la ninfa Creta, llamada también Perseis. Pero Posidón, para
vengarse de la afrenta que le había hecho Minos, hizo que Pasífae se enamorase
del toro blanco que se había librado del sacrificio. Confió su pasión no
natural a Dédalo, el famoso artífice ateniense que vivía desterrado en Cnosos
deleitando a Minos y su familia con las muñecas de madera animadas que tallaba
para ellos. Dédalo prometió ayudarla y construyó una vaca de madera hueca que
cubrió con un cuero de vaca, le puso ruedas ocultas en sus pezuñas y la llevó a
la pradera de las cercanías de Cortina donde el toro de Posidón pacía bajo las
encinas entre las vacas de Minos. Luego, después de enseñar a Pasífae cómo se
abrían, las puertas corredizas situadas en la parte trasera de la vaca, y a
entrar en ella con las piernas metidas en los cuartos traseros, se retiró
discretamente. El toro blanco no tardó en acercarse y montar a la vaca, de modo
que Pasífae vio satisfecho su deseo y a su tiempo dio a luz al Minotauro,
monstruo con cabeza de toro y cuerpo humano.
f. Pero algunos dicen que Minos,
quien sacrificaba anualmente a Posidón el mejor toro que poseía, dejó de
hacerlo un año y sacrificó en cambio el que le seguía en excelencia, y de ahí
la ira de Posidón; otros dicen que fue a Zeus a quien ofendió; y otros más que
Pasífae había dejado durante varios años de propiciar a Afrodita, quien la
castigó haciéndole sentir esa lujuria monstruosa. Más tarde el toro se hizo
salvaje y devastó a toda Creta, hasta que Heracles lo capturó y llevó a Grecia,
donde finalmente lo mató Teseo.
g. Minos consultó a un oráculo para saber cómo podía
evitar mejor el escándalo y ocultar la deshonra de Pasífae. La respuesta fue:
«Ordena a Dédalo que te construya un retiro en Cnosos.» Dédalo lo hizo y Minos
pasó el resto de su vida en el recinto intrincado llamado el Laberinto, en el
centro del cual ocultó a Pasífae y el Minotauro.
h. Radamantis,
más sensato que Sarpedón, se quedó en Creta; vivió en paz con Minos y fue
recompensado con la tercera parte de los dominios de Asterio. Famoso como
legislador justo y recto, inexorable en su castigo de los malhechores, legisló
tanto para los cretenses como para los isleños del Asia Menor, muchos de los
cuales adoptaron voluntariamente su código judicial. Cada nueve años hacía una
visita a la cueva de Zeus y llevaba de vuelta una nueva serie de leyes,
costumbre que siguió luego su hermano Minos. Pero algunos niegan que
Radamantis fuera hermano de Minos y le llaman hijo de Hefesto, así como otros
niegan que Minos fuera hijo de Zeus y dicen que lo era de Licasto y la ninfa
del Ida. Legó unas tierras en Creta a su hijo Gortis, cuyo nombre lleva la
ciudad cretense de Cortina, aunque los tegeos insisten en que Gortis era
arcadio e hijo de Tegeates. Radamantis legó también
unas tierras en el Asia Menor a su hijo Éritro, y la isla de Quíos a Enopión,
el hijo de Ariadna, el primero a quien Dioniso enseño a hacer vino; y Lemmos a
Toante, otro hijo de Ariadna; y Cournos a Éniues, y Peparetos a Estáfilo, y
Maronea a Euantes, y Paros a Alceo, y Délos a Anio, y Andros a Andró.
i. Radamantis huyó posteriormente a Beocia porque
había matado a un pariente, y vivió desterrado en Ocálea, donde se casó con
Alcmena, madre de Heracles, después de la muerte de Anfitrión. Su tumba, y la
de Alcmena, están en Haliarto, cerca de una plantación de cañas duras llevadas
de Creta y con las que se hacen jabalinas y flautas. Pero algunos dicen que
Alcmena se casó con Radamantis en los Campos Elíseos después de su muerte. Pues Zeus había nombrado
a Radamantis uno de los tres Jueces de los Muertos; sus colegas eran Minos y
Éaco, y residía en los Campos Elíseos.
*
1. La clasificación de Sir Arthur Evans de los
períodos sucesivos de la cultura cretense pre-clásica como minoica I, II y III,
indica que al gobernante de Creta se le llamaba ya
Minos a comienzos del tercer milenio a. de C.; pero esto induce a error. Minos
parece haber sido el título regio de una dinastía helena que gobernó Creta a
comienzos del segundo milenio y cada uno de cuyos reyes se casaba ritualmente
con la sacerdotisa de la Luna de Cnosos y tomaba de ella su título de «ser
lunar». Se hace anacrónicamente a Minos sucesor de Asterio, el nieto de Doro,
pues los dorios no invadieron Creta hasta el final del segundo milenio. Es más
probable que los eolios y pelasgos (quizás incluyendo a los «jonios del Ática»)
llevados allá por Tectamo («artífice») —nombre que lo identifica con Dédalo y
con Hefesto, el supuesto padre de Radamantis— fueran los compañeros originales
de Minos; y que Asterio («estrellado») sea una masculinización de Asteria, la
diosa como Reina del Cielo y creadora de las potencias planetarias (véase l.d).
Creta es una palabra griega, una forma de crateia,
«diosa fuerte o gobernante»; y de aquí Creteo y Cretheo. Las recientes
investigaciones de los señores M. Ventris y J. Chadwick
sobre la hasta ahora indescifrada Escritura Lineal B, ejemplos de la cual se
han encontrado en Pilos, Tebas y Micenas, así como entre las ruinas del palacio
de Cnosos saqueado en 1400 a. de C., demuestran que el idioma oficial de Cnosos
a mediados del segundo milenio era una forma primitiva del griego eolio. La
escritura parece haber sido inventada originalmente para utilizarla con un
idioma no ario y adaptada al griego con alguna dificultad. (Todavía no se ha
probado si las inscripciones en la Escritura Lineal A están escritas en griego
o cretense.) Gran número de nombres de la mitología griega aparecen en las
tablillas cretenses y del continente, entre ellos los siguientes: Aquiles,
Idomeneo, Teseo, Creteo, Néstor, Enaltes, Juto, Ayax, Glauco y Éolo; lo que
indica que muchos de estos mitos se remontan a una época anterior a la caída de
Troya.
2. Como Mileto es un nombre masculino, al conocido
mito de los dos hermanos que se disputan los favores de una mujer se le dio un
aspecto homosexual. La verdad parece ser que durante un período de desorden que
siguió al saqueo de Cnosos por los aqueos alrededor de 1400 a. de C. numerosos
aristócratas cretenses de habla griega y ascendencia eolio-pelasga o jonia,
para quienes la diosa Luna era la deidad suprema, emigraron con sus subalternos
nativos al Asia Menor, sobre todo a Caria, Licia y Lidia; pues, sin tener en
cuenta la tradición de la dinastía de Sarpedón en Licia, Herodoto constata que
los licios de su época todavía se regían por la sucesión matrilineal (Herodoto:
i.173; Estrabón: xii. 8.5), como los carios (véase 75.5). Miletos puede ser una palabra cretense nativa, o una transliteración
de milteios, «el color de ocre rojo o
de minio»; y por tanto un sinónimo de Éritro, o Fénix, que significan «rojo».
Los cretenses tenían la tez más roja que los helenos, y los licios y carios
eran en parte de raza cretense, lo mismo que los puresati (filisteos), cuyo
nombre significa también «hombres rojos» (véase 38.3).
3. Los gobernantes
gigantes de Anactoria recuerdan a los anaceos del Génesis (Josué xiv.12), gigantes expulsados por Caleb del altar
oracular que en otro tiempo había pertenecido a Efrón, el hijo de Heth
(¿Tetis?). Efrón dio su nombre a Hebrón (Génesis
xxiii.16) y se le puede identificar con Foroneo. Esos anaceos parecen haber
llegado de Grecia como miembros de la confederación de pueblos del mar que
causó a los egipcios tantos trastornos en el siglo xiv a. de C. el cementerio de Asterio, el hijo de Anacte,
tenía probablemente ese nombre en honor de la diosa Lat, Leto o Latona (véase
14.2), y el hecho de que este Asterio tenga el mismo nombre que el padre de
Minos indica que los milesios lo llevaron consigo desde la cretense Mileto
(véase 25.6). Según una tradición razonable que aparece en el Libro de las invasiones irlandés, los
milesios irlandeses de origen cretense huyeron a Siria pasando por Asia Menor,
y desde allí navegaron hacia el oeste en el siglo xiii a. de C. hasta Getulia en el norte de África, y por fin
llegaron a Irlanda pasando por Brigantium (Compostela, en el noroeste en
España).
4. La pretensión de Mileto de que era hijo de Apolo
indica que a los reyes milesios se les daban atributos solares, como a los de
Corinto (véase 67.2).
5. El triunfo de Minos, hijo de Zeus, sobre sus
hermanos se refiere al dominio final de Creta por los dorios, pero fue a
Posidón a quien Minos sacrificó el toro, lo que también indica que los
anteriores poseedores del título de «Minos» eran eolios. Creta había sido
durante siglos un país muy rico y, a fines del siglo viii a. de C. era compartida por los aqueos, dorios, pelasgos
y cidonios (eolios), y, en el lejano oeste de la isla, por «verdaderos
cretenses» (Odisea xix.171-5).
Diodoro Sículo trata de distinguir a Minos hijo de Zeus de su nieto, Minos hijo
de Licasto, pero dos o tres dinastías de Minos pueden haber reinado
sucesivamente en Cnosos.
6. El nombre de Sarpedón («regocijándose en un arca
de madera») indica que llevó consigo a Licia (véase 162.n) el ritual del héroe
Sol, el cual, en el Año Nuevo, hace su reaparición anual como un niño que flota
en un arca, lo mismo que Moisés, Perseo (véase 73.c), Anio (véase 160.t) y
otros. Una relación cretense con el mito de Perseo la proporciona Perséis, la
madre de Pasífae. La concesión de Zeus a Sarpedón de que viviría durante tres
generaciones significa, quizá, que en vez de los ocho años habituales —un Gran
Año— que era el período del reinado de Minos, se le permitió conservar el trono
hasta el año decimonono, cuando se daba una mayor sincronización del tiempo
solar y el lunar que al final de los ocho; y así entró en el tercer Gran Año
(véase 67.2).
7. Como «Pasífae», según Pausanias (iii.26.1), es un
título de la Luna, e «Itona» su otro nombre, un título de Atenea como hacedora
de lluvia (Pausanias: ix.34.1), el mito de Pasífae y el toro indica un
casamiento ritual bajo una encina entre la sacerdotisa de la Luna, que llevaba
cuernos de vaca, y el rey Minos, que llevaba una máscara de toro (véase 76.1).
Según Hesiquio (sub Carten), «Gortis»
es el equivalente de Carten, la
palabra cretense que significa vaca; y el casamiento parece haber sido
entendido como realizado entre el Sol y la Luna, puesto que había un rebaño de
vacas consagrado al Sol en Cortina (Servio sobre las Églogas de Virgilio vi.60). La retirada discreta de Dédalo de la
pradera indica que el acto no se consumaba públicamente al estilo picto o
mesino. A muchos griegos posteriores les disgustaba el mito de Pasífae y
preferían creer que había tenido un amorío no con un toro, sino con un hombre
llamado Tauro (Plutarco: Teseo 19;
Palepato: Sobre fábulas increíbles
ii). Los toros blancos, que estaban consagrados peculiarmente a la Luna (véase
84.1), figuraban en el sacrificio anual que se realizaba en el monte Albano de
Roma, en el culto de Dioniso Tracio, en el ritual del muérdago y la encina de
los Druidas galos (véase 50.1) y, según el Libro
de la Vaca Parda, en los ritos adivinatorios que precedían a una antigua
coronación irlandesa.
8, El palacio de Minos en Cnosos era un conjunto
intrincado de habitaciones, antesalas, vestíbulos y corredores en el que un
visitante del campo podía perderse fácilmente. Sir Arthur Evans sugiere que
éste era el Laberinto, llamado así por la labrys
o hacha de cabeza doble, emblema familiar de la soberanía cretense en forma de
una luna creciente y una luna menguante unidas de espaldas y que simbolizaba
tanto el poder creador como el poder destructor de la diosa. Pero el laberinto
de Cnosos tenía una existencia separada del palacio; era un verdadero laberinto,
como el de Hampton Court, y parece que estaba dibujado en mosaico sobre un
pavimento como un patrón de baile ritual, patrón que se da también en lugares
tan separados como Gales y el nordeste de Rusia, para utilizarlo en la danza
laberíntica de la Pascua de Resurrección. Esta danza se bailaba en Italia
(Plinio: Historia natural xxxvi.85) y
en Troya (Escoliasta sobre Andrómaca
de Eurípides 1139), y parece haber sido introducida en Britania hacia fines del
tercer milenio a. de C. por inmigrantes neolíticos provenientes del África del
norte. Homero describe el laberinto de Cnosos (Ilíada xviii.592) así.
Dédalo ideó en Cnosos un suelo para que danzase la
rubia Ariadna y Lucitano se refiere a danzas populares
cretenses relacionadas con Ariadna y el Laberinto. (Sobre la danza 49).
9. El culto de Radamantis puede haber sido llevado
de Beocia a Creta y no al contrario. Haliarto, donde tenía un altar de héroe,
estaba consagrada, al parecer, a la «Diosa Blanca del Pan», o sea Deméter; pues
Halia, «del mar», era un título de la
Luna como Leucotea, «la Diosa Blanca» (Diodoro Sículo: v.55), y artos significa «pan». Alcmena («fuerte
en la ira») es otro título de la Luna. Aunque se ha dicho que es una palabra
cretense, Radamanto puede significar Rhabdomantis,
«adivinando con una varilla», nombre tomado del cañaveral de Haliarto, donde su
espíritu agitaba las puntas de las cañas oracularmente (véase 83.3). Si es así,
la tradición de que legisló para toda Creta y las islas del Asia Menor
significaría que se consultaba a un oráculo de Creta al comienzo de cada nuevo
reinado, y que sus pronunciamientos tenían autoridad en todas partes en que se
aceptaban los pesos, las medidas y las costumbres comerciales de Creta. Se le
llama hijo de Zeus, más bien que de Hefesto, sin duda porque los oráculos
radamantinos provenían de la Cueva Dictea, consagrada a Zeus (véase 7.b).
10. En Petsofa, Creta, se ha descubierto un depósito
de cabezas y miembros humanos hechos con arcilla, cada uno de ellos con un
agujero por el que podía pasar una cuerda. Si se los fijaba a troncos de
madera, pueden haber formado parte de las muñecas articuladas de Dédalo y haber
representado a la diosa de la Fertilidad. Quizá las colgaban de un árbol
frutal, con los miembros moviéndose al impulso del viento, para conseguir
buenas cosechas. Una muñeca así se ve colgando de un árbol frutal en el famoso
anillo de oro del Tesoro de la acrópolis de Micenas. El culto del árbol es el
tema de varias obras de arte minoicas, y se dice que Ariadna, la diosa cretense,
se ahorcó de un árbol (Disputa de Hornero
y Hesíodo 14), como hizo la ática Erígone (véase 79.a). Ártemis la
Ahorcada, que tenía un templo en Condilea, Arcadia (Pausanias: viii.23.6) y
Helena de los Árboles, que tenía un templo en Rodas, y de quien se dice que fue
ahorcada por Polixo (Pausanias: iii.19.10), pueden ser variantes de la misma
diosa.
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